Siempre se ha dicho que las cosas dependen del cristal con que se las mire. Siempre hemos resistido esta afirmación, en el entendido que la verdad es una sola y por más que se la disimule, se la tergiverse o se la esconda, siempre saldrá a luz. Sólo hay que saber buscarla.
Esto va de la mano con aquello de los que revelan o solo muestran la parte de la película que me interesa mostrar, la que me favorece, aunque resulte una verdad a medias. Aunque se haga hincapié solo en los beneficios o aciertos de una iniciativa y se esconda o minimice sus perjuicios.
Es lo que ha ocurrido con esta mentada “reforma” de la Seguridad Social. En primer término se afirma y es un hecho innegable, que todos los partidos políticos saben que es necesaria una reforma porque el sistema actual es deficitario.
A tal punto lo es que ya se ha afirmado que los jóvenes que no trabajan y por lo tanto no aportan son tantos que su incidencia en el sistema de Seguridad Social en los próximos años será determinante.
Partimos entonces de la necesidad de una reforma, porque es necesario que haya más trabajadores o qué estos aporten más al sistema. Que sepamos la generación de trabajo es tan difícil como el rechazo mismo al mayor aporte o al hecho de mayores exigencias para jubilarse.
En contrapartida nadie explica porqué hay situaciones que “no se tocan” y son y han sido siempre tremendamente injustas. En primer lugar recién ahora se iguala a privados con públicos. Mientras éstos pueden seguir trabajando en el área privada, aquellos difícilmente pueden hacerlo por un problema etario.
Mientras un oficial militar puede llegar a jubilarse a temprana edad e incluso con sueldos superiores al último. Un trabajador privado sólo puede jubilarse con más de 60 años (65 cuando la reforma este plenamente vigente).
Hay que decir entonces que en los hechos esto nada cambia porque las exigencias y otros aspectos de la ley, así lo determinan.
En segundo lugar nadie ha explicado si se ajusta o modifica el hecho de que sean los militares los únicos pasivos que tienen aguinaldo. Es una situación harto injusta. Si estos pasivos ganan poco, si no tienen derecho a jubilarse con sueldos superiores, nadie lo ha explicado, ni siquiera se ha preocupado por hacerlo.
Es por esto que entendemos que se trata de una iniciativa, mentirosa, deformada y mirada desde el ángulo que nos conviene. Esto rige tanto para uno como para otra visión.
A.R.D.
