La mayor pobreza estará entre las primeras consecuencias

Ayer en estas columnas comenzábamos a analizar las consecuencias de la pandemia y uno de los aspectos más preocupantes es sin lugar a dudas el que tendrá sobre la economía.
La profundización de la pobreza será una de ellas, porque seguramente serán los más endebles, los marginados y los que hacen “la diaria” en el mercado negro los que caerán más abajo aún y verán crecer notoriamente su número.
Según estudios divulgados por técnicos de la CEPAL y el BID, el año 2021 ha sido calificado como un año de recuperación. Sin embargo estos estudios advierten que la pandemia aún no ha sido dominada. América Latina ha sufrido una de las peores crisis de su economía en toda su historia y de mantenerse las actuales situaciones, seguramente seguiremos cayendo.
Quizás lo peor del caso es que la mayoría de los gobernantes de los países emergentes considera que la crisis ya ha pasado y lo que viene es la recuperación.
Nada más errado. Si bien América Latina cerro con un 28 por ciento de las muertes confirmadas como consecuencia del COVID, aún estamos en una de las etapas más críticas de la pandemia.
Los mismos estudios referidos indican que la mayoría de los empleos que vendrán serán creados por el mercado informal, lo que complicaría aún más la situación para los gobiernos que se suponen deben paliar la situación con medidas económicas que incluyen importantes renuncias de recaudación.
En nuestro país no es descubrimiento para nadie que a diario vemos caras nuevas dedicadas a revolver lo contenedores de basura fundamentalmente de la zona céntrica, los que deambulan como sonámbulos pidiendo “algo para comer” o una monedita que difícilmente será destinada a su alimentación. No ignoramos que estamos ante una pandemia y no buscamos culpables de la situación.
Eso sin desconocer que las mayores consecuencias se viven “intra muro”, vale decir en el seno de cada familia y lo peor del caso, es que precisamente los que salen a revolver la basura o a pedir un mendrugo de pan , quizás sean los que más sufren, los que tienen más pruritos en mendigar, porque no o consideraran algo digno de gente joven, sana y con fuerzas para el trabajo.
Seguramente es el desafío que se viene, el que tendrán los gobiernos de los países emergentes y el que sufriremos todos, los que pasaran por esta situación y los que la vemos sin tener otras posibilidades que darla a conocer.
A.R.D