Nadie puede pensar, recurriendo a un argumento sólido que la pandemia está llegando a su fin o que la vacuna nos pondrá a salvo de este virus y sus mutaciones.
Con esto no estamos sembrando pánico, sino exhortando a poner los pies sobre la tierra y asumir la situación que vivimos.
Superado un año de una pandemia, que nadie esperaba ni mucho menos quería, notamos que la gente (principalmente los jóvenes), han perdido de vista la gravedad de la situación y es como como si estuvieran convencidos de que lo que hace es suficiente para sentirse a salvo.
No pretendemos sembrar pánico, ni recurrimos al miedo paralizante de la enfermedad, como si fuera inevitable que nos alcanzara. Lo que pretendemos es tomar conciencia que no estamos ante una “gripezinha”, como dijo el presidente brasileño, o que se ridiculicen las medidas y los protocolos aconsejados ante este virus, como hacían los presidentes de Brasil y el ex presidente de los Estados Unidos.
Nos enerva ver como todo se politiza y la oposición no pierde oportunidad de responsabilizar al gobierno, acusándolo de tomar medidas insuficientes, tardías o exageradas.
En tanto el oficialismo cuestiona a la oposición y la califica de irresponsable o de hacer oposición por oposición (¿cuando fue oposición hizo algo diferente a esto?). En tanto la pandemia sigue avanzando, no sólo en el Uruguay sino en el mundo.
Con honestidad queremos decir hoy que nadie en el mundo puede sostener que se ha manejado acertadamente ante la pandemia, sino de emplear lo mejor posible los recursos conque cuenta. A lo sumo lo que se ha hecho es tratar de prevenir consecuencias mayores, pero no conocemos un sólo país que pueda ufanarse de haber dominado la pandemia.
Con toque de queda o sin él, con confinamiento obligatorio o libertad responsable, en menor o mayor medida los resultados han sido muy parecidos, porque en suma nadie ha logrado superar la pandemia. Los protocolos, las vacunas, los tapabocas el lavado de manos, todas cosas imprescindibles a nuestro entender, no nos ponen a salvo del virus. A lo sumo retrasarán su llegado y de alcanzarnos confiamos en que no sea grave.
Cada vez hay infectados más jóvenes (no olvidemos los 300 niños hisopados en una escuela de Melo, Cerro Largo).
Hoy hay portadores de todas las edades y lo que no se ve es que la responsabilidad sea acorde a la situación. Tomemos conciencia por favor.
A.R.D.