Salto Nuevo 0 Ceibal 0 y en los penales, la decisión albiverde 4 a 3.
-La gente fue. Estaba cantado.
Jugando Salto Nuevo y Ceibal siempre tendrá para el hincha, una razón capaz de superar la razón. Y no es un juego de palabras, simplemente la consecuencia válida.
Más de 2.000 aficionados en la asistencia y habrá que coincidir: la fiesta más afuera que adentro. Porque las limitaciones no faltaron en los 90′. Fueron puntuales. Incluso en la recta final, la sensación que Salto Nuevo fue declinando demasiado en el aspecto físico, con volantes al margen de la recuperación de pelota y con Ceibal ejerciendo un mandato superior en el trámite y lo que supuso arriba, la constancia de Braian Rodríguez.
Un balazo de Fraga en el primer tiempo que obligó a la felina reacción de Jorge Fleitas. Una chance de Ceibal sobre el final del primer tiempo. Y en la recta complementaria, ya los dos con variantes, para que en 25′ Fabio Rondán ejecutara un remate libre de 35 metros, sumando en el final de la escena, la notable reacción del «Nico» Panelli para evitar.
Es cierto que Ceibal fue más íntegro en el segundo tiempo, hasta menos expuesto a la duda, más allá de la expulsión de Agustín Suárez. Salto Nuevo resignó con facilidad el sentido unitario que en algún momento del primer tiempo expuso. En los 30′ del complemento, la filtración de Gastón Bueno, gambeta en el área y la posibilidad que no distó de ser gol.
ESO DE LA CRISIS QUE NO FALTÓ
En lo emotivo, la tibieza del partido, pero más acentuado aún, los vaivenes de ese fútbol expuesto al rebote, a la descorazonada sensación de no poder, entre tanto enjambre de marcas y contenciones, con el vuelo de la creación en tiempos de crisis y con Salto Nuevo desplazando arriba al «Nene» González, con el equipo perdiendo ideal de partida y construcción.
Hasta pudo ganar Ceibal. Sucede que alimentó más la consigna de explorar el fondo de Salto Nuevo, pero la réplica no faltó en la solvencia de Panelli y en todo lo que reveló Enzo González. Y en la hora de los penales, Panelli se lució bárbaro. Eduardo Lleme en el sexto penal ejecutó sin anestesia y Ceibal lo malogró.
Fue el final con victoria del Salto Nuevo que se copó cuando la noche caía.
Después de todo, un sorbo no viene mal. Alimenta el espíritu, pero además, invita al mañana.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
