-Arrancaron mal y terminaron bien. ¿De acuerdo?
«Hubo dos aspectos por sobre todos: nos sorprendieron y caímos en distracciones. A veces lo mejor en los primeros minutos, es estar bien balanceados, no ceder frente a la presión del rival. Y como ellos presionaron arriba, nos costó salir. Amoldarnos al trámite».

-¿Lo bueno es haber rectificado a tiempo?
«Más que nada, corregir. Cuando Henry Giménez tuvo influencia, Huracán fue una cosa. Después de los 20 minutos fuimos encontrando mejor respuesta y llegar al empate antes del final del primer tiempo, nos vino a la medida».
-La expulsión de Albin, pero al fin de cuentas la adaptación del equipo a una situación que mueve la estantería.
«Creo que se trata justamente de eso: adaptarnos a lo no previsto. Máxime que Albín había evolucionado, con un golazo incluído, En este aspecto, al equipo no le faltó respuesta y sobre todo algo que en fútbol es clave: tener orden. Lo tuvimos. Por ahí está la explicación de haber ganado un partido que fue duro siempre. Cada partido para nosotros es un examen, porque somos del Interior y se trata de rivales a los que no nos hemos enfrentado. Ahora viene Huracán Buceo. Es otro examen más. Estamos en la misma. Ir descubriendo que tiene y que le falta».
Cuando el contragolpe en esos minutos finales, ya con el artiguense Camargo en cancha.
La pelota en profundidad fue un puñal perfecto.
Cuando Bruno pico y ganó el especio, para resolver a pleno.
La certeza pidiendo pista.
De la elaboración a la ejecución. Un todo conjugado.
Fue el estallido. De todos, en ese Salto Fútbol Club de JOAQUÍN BURUTARÁN en la Dirección Técnica.
El mismo «Coqui» que DEBE asumir esa condición de técnico, «porque a veces hasta sigo pensando que soy un jugador de fútbol.».
La tarde en el Parque Juan José Vispo Mari, para la prolongación de la huella favorable. ¿Qué veta optimista podía suponer este arranque, con declaración de protagonismo a ultranza?
El Salto segundo en la tabla. Con 10 goles en los últimos tres partidos.
La condición de invicto.
Los 360 minutos sin derrotas. De local o de visitante, acumulación de puntos.
Ni el «Coqui» ni «Maxi» Summers mencionan la palabra ascenso, «porque uno va viendo lo que es posible, a partir de lo que tiene. Nos dimos cuenta en los últimos partidos, aparece el gol repartido. Más de uno puede golear. De última aparecieron Albín y Camargo, mientras Federico Pereira confirmó lo que puede ser en los metros finales.
Lo bueno es que pasamos a convencernos que la exigencia nos hace bien; nadie se esconde frente a la responsabilidad. Hablo del entrenamiento y hablo a la hora de jugar.
Ganar aumenta la autoestima, ¿quién lo duda? Pero cuando ganamos nos medimos. Claro que lo celebramos, pero sabiendo que la apuesta es el ciclo total y no solo un par de partidos. En esa línea del pensamiento, es en la que estamos. Esa línea es la que nos convence».
-Tanto el «Cooqui» como «Maxi», admiten el poder de la rebeldía.
Ese fluir de la actitud desde el corazón que se entrega y no renuncia.
Por lo demás, el Salto de la acentuada vigencia.
Ese mismo. El de los 10 puntos en 12.
Dos puntos debajo de Bella Vista y con Huracán Buceo en la mira. ¡Hablamos de Bella Vista y Huracán Buceo….y Salto como uno más, entre los dos!
¿Este era el fin querido?
¿Volver a ser uno más para despegarse del calendario doméstico y creer en el valor de una apuesta acaso distinta?
Por eso el «Coqui» acude a las dos palabras de esencia: el exigir y la responsabilidad.
Al fin de cuentas, de eso se trata. De eso