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sábado, noviembre 29, 2025
Columnas De Opinión
Dr. Gabriel Cartagena Sanguinetti
Dr. Gabriel Cartagena Sanguinetti
Abogado y docente uruguayo especializado en derecho informático, nacido en Fray Bentos en 1978. Egresado de la Universidad de la República, es expresidente de la Asociación de Abogados de Salto, autor de publicaciones nacionales e internacionales sobre derecho informático, y miembro de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Derecho e Informática. También está involucrado en actividades sociales y voluntariado, habiendo sido miembro directivo de los Clubes de Leones de Salto, y es un activo defensor de derechos a través de su práctica legal.

La Ética Profesional como Pilar de la Abogacía

Ser abogado en estos tiempos es una tarea humana y social, que exige dedicación, sensibilidad y compromiso de gran responsabilidad. Significa plasmar valores en cada actuación profesional y comprender que detrás de cada expediente hay una persona, una familia y una historia que busca justicia. La abogacía no es solo una profesión; es una forma de servicio público y moral hacia la sociedad y así lo entiendo desde hace 20 años. La labor del abogado no se limita a conocer el derecho o dominar los códigos. Es, ante todo, una tarea profundamente humana, guiada por la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros y por la responsabilidad que tenemos frente a la comunidad, más allá de situaciones complejas siempre es bueno tener los valores éticos claros en cada actuación para lograr el objetivo equilibrado. Cada caso que llega a nuestras manos es una búsqueda de justicia y también una prueba de nuestros valores. Los clientes nos brindan las herramientas: los hechos, las explicaciones, sus verdades. Pero es el abogado quien debe construir, sobre esa base, un trabajo profesional que respete los principios éticos y legales. En este sentido, el pensamiento de Eduardo J. Couture sigue siendo una guía insustituible. Su “Decálogo del Abogado” no es solo una lista de deberes, sino una invitación permanente a ejercer con dignidad, prudencia y respeto. “Lucha por el Derecho, pero el día en que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.” “Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana.” “Sé leal con tu cliente, pero también con tu adversario y con el juez.” Estos valores resumen el compromiso ético que debe inspirar nuestro trabajo diario. La honestidad y la responsabilidad no son solo virtudes personales; son pilares del ejercicio profesional. Ser abogado es servir al Derecho y, a través de él, servir a la comunidad y al Estado de Derecho. El Código de Ética del Colegio de Abogados del Uruguay refuerza esta visión al establecer que el abogado debe actuar con independencia, veracidad y respeto a la justicia. Dicho código nos recuerda que la confianza del cliente y la credibilidad ante los tribunales se sostienen únicamente sobre la conducta ética y la buena fe. En tiempos donde la inmediatez y el interés personal a veces parecen imponerse, defender la ética profesional es también un acto de resistencia moral. Es demostrar que se puede asesorar, litigar y defender con firmeza, sin traspasar los límites éticos ni sacrificar la verdad. Y sobre todo, es dar ejemplo a nuestros hijos, enseñándoles que el verdadero éxito no está en la ventaja fácil ni en el resultado inmediato, sino en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Que la honestidad, el respeto y la rectitud profesional son valores que dignifican la vida. Porque más allá de los juicios y los tribunales, el mejor legado que podemos dejar es el ejemplo de una vida guiada por la ética, la justicia y la verdad. “El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.” — Eduardo J. Couture. GECS.

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