Variadas opiniones hemos escuchado con respecto al denominado “cierre” de la Costanera Norte de nuestra ciudad, durante los fines de semana.
Se ha dicho por ejemplo, que no hay ley que lo prohíba y por lo tanto si me estacionó en el lugar no estoy infringiendo nada.
Se ha dicho también que los jóvenes, casi un año después del inicio de la pandemia, están cansados y como no tienen donde ir a divertirse es lógico que se concentren en lo que es su lugar “natural” en Salto en los últimos años, es decir en el privilegiado lugar de la Costanera Norte.
Si bien es cierto todo esto, y no hay nada que discutir, también es cierto que la medida fue tomada luego de comprobarse una falta total de responsabilidad. Vale decir no hubo alternativa alguna.
De vieran saber los jóvenes que la cuestión es entre la libertad, cosa que nadie discute, a la cual tiene derecho como cualquier otro ciudadano y la responsabilidad social, dado que mis derechos individuales terminan donde comienzan los derechos de las demás personas.
Vale decir que si con mi conducta estoy afectando o puedo estar afectando a otras personas, es lógico que se determinen medidas como la que nos ocupa.
En estos momentos está en juego la responsabilidad social, si integro una sociedad, si me desenvuelvo en ella, debo aceptar sus normas. No tengo derecho a poner en riesgo la salud de otros.
Pero cuidado, lo que vemos es que temerariamente se va produciendo una brecha generacional. A los jóvenes les importa cada vez menos la posibilidad del riesgo en que pueden poner a sus mayores.
Esto es lo preocupante. Situaciones como ésta, frecuentemente por motivaciones políticas fueron generando lo que hoy conocemos como “grieta” generacional, dado que está muy frecuentemente presente en la sociedad aquello que les hemos inculcado a los jóvenes “hacé la tuya”.
Esta convocatoria al individualismo es lo que rige la cuestión hoy, cuando factores externos llevan a poner en práctica dicha filosofía. Una sociedad individualista, que piensa en su propio placer, en sus “necesidades”, seguramente pronto olvidará los derechos de los demás.
No nos gusta la medida de cierre de la costanera, pero entendemos los motivos que han llevado a adoptarla.
Si no se sabe ejercer la libertad con la responsabilidad debida, preferimos que se impongan medidas como ésta. Es lo que corresponde.
A.R.D.
