Martín Da Costa Porto, 32 años después. Atravesar una capa de nubes y esa lucha contra el viento.
Nació y vive en Salto. Es casado y tiene una hija.»Toda mi vida viví en Salto, desarrollé mis estudios y carrera aquí y considero que Salto es mí lugar en el mundo. Trabajo y vivo de mi pasión que es la aviación. Hace 32 años que soy Piloto de aviones y soy feliz». Más de tres década de vuelos en MARTÍN DA COSTA PORTO. A veces la vida desde la altura, descubre otra mirada. Es él….y su circunstancia.
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¿Desde cuándo tu pasión por el vuelo?
Lo mío es totalmente atípico y diferente de lo que sufren la mayoría de los jóvenes hoy, no tener una vocación definida. Mis dos primeros años escolares, fueron en el pueblo Cuchilla de Guaviyú, me quedaba en la casa de la tía Bina, de lunes a viernes. Los fines de semana mis padres me iban a buscar. El cuento viene a que una vez al mes, a Cuchilla de Guaviyú llegaba un avión (no recuerdo a hacer qué) y ese era para mí el momento más esperado. Sólo sentir el motor del avión, me alegraba el corazón. Desde siempre quise volar. Todos mis juguetes aunque fueran autos o tractores «volaban». Teníamos con mi hermano Jorge, un avión de lata a pedal. Siempre me apasionó y me atrajo el vuelo y los aviones.
¿Cómo llegaste a la aviación?
Cuando pasa el tiempo te das cuenta que Dios ordena las cosas y a veces no entendemos porque pasan determinadas circunstancias. Hace más de 38 años hice mi primer vuelo en las Termas del Arapey, en un avión del Centro de Aviación Salto. Lo paradójico del tema es que tiempo después yo mismo fui a hacer vuelos bautismos a Termas en ese mismo avión. El piloto en ese entonces fue Jorge Fratt, quien hoy aún vuela profesionalmente y tengo el orgullo de decir que es mi amigo.
Luego, mi tío Roberto me llevó un día al Centro de Aviación y ese fue el día que cambió mi vida para siempre. Ese día con el mismo piloto, salí a hacer lo que hoy llamamos «vuelo introductorio a la aviación». Soñé una semana entera con ese vuelo, literalmente (risas), tener un avión en mis manos por primera vez fue algo que cambió mi vida para siempre. Desde ahí no paré más.
Me fijé como meta ser piloto y por suerte tuve el apoyo de mi familia y en especial el sacrificio económico de mi madre (quien en ese momento era madre soltera) para ayudarme a cumplir mi sueño. Hice muchos trabajos para pagarme mis horas de vuelo, entre los trabajos que tuve, fui procesador de texto en EL PUEBLO, al que siempre estaré agradecido.
¿Cómo llegaste a ser piloto?
El proceso al igual que hoy es bastante estructurado y exigente. Toda mi carrera la hice en el Centro de Aviación Salto (institución a la que le debo mucho), a excepción de algunos cursos que hice en Montevideo y otros en Estados Unidos.
Primero fue el curso de Piloto Privado, luego obtuve mi licencia de Piloto Comercial, vuelo por instrumentos, Piloto Agrícola y por último Instructor de Vuelo.
A lo largo de mi formación he tenido la ayuda de mucha gente y sobre todo un par de hombres que han sido mis mentores que fueron quienes me orientaron. Mis instructores fueron Heber Rattin y Amalio Blanco dos profesionales de la aviación con todas las letras.
¿Cuál fue tu primer trabajo en Aviación?
Caminando por la calle un día me encuentro con Oscar Bueno, piloto agrícola de aquí de Salto. Me comenta que estaban precisando piloto en su empresa y me dice que me arrime y vea como es la actividad. A ningún sordo le habló, comencé a formarme como Piloto Agrícola y el 8 de marzo 1994 hice mi primer trabajo a los mandos de un avión.
Sólo tengo buenos recuerdos de ese mi primer empleo, que duró 11 años. La familia Bueno, en especial Tito y Dora, fueron como unos padres para mí y dejaron una huella en mi vida al mostrarme su don de buena gente.
¿Qué significa la aviación en tu vida?
Si me dieran a elegir nuevamente que quiero ser en mi vida, no dudaría, sería Piloto. La aviación moldeo mí vida, me hizo disciplinado y «responsable». Tengo más de 11.000 horas de vuelo, eso significa que me he pasado más de un año entero de mí vida sentado a los mandos de un avión. Eso tiene un impacto en la vida, la aviación lo es todo para mí, y ya no la concibo mi vida sin volar. Poder atravesar una capa de nubes, luchar contra el viento, aguantar la turbulencia y sobre todo ver sonreír a alguien que vuela por primera vez es algo indescriptible.
Como lo dijo Charles Lidbergh, «ciencia, libertad, belleza y aventura. ¿Qué más se puede le puede pedir de la vida? La aviación combina todos esos elementos que amo». Eso es la aviación para mí.
¿Tu trabajo hoy?
Actualmente trabajo como Piloto Agrícola y tengo mi propia Escuela de Vuelo. Combino el trabajo como piloto agrícola y la pasión de enseñar a volar.
¿Qué significa ser Instructor de Vuelo?
Significa dejar una huella en la vida de alguien. Es mágico ver que alguien que en su primer vuelo no puede alinear el avión con el eje de pista, al cabo de unas horas de vuelo hace su primer vuelo solo. Y solamente después de 40 horas de instrucción obtiene su licencia de piloto. Ser Instructor es una actividad muy gratificante, es desafiante y sobre todo conlleva muchas responsabilidades.
Con todos mis alumnos termino siendo amigo, y esa es una de las cosas que no cambiaría jamás en mi vida.
Enseñar a volar, es tocar el alma de alguien para siempre.
¿Vuelos memorables?
La aviación me ha dado grandes satisfacciones, en orden cronológico, el primer vuelo solo que lo hice el 27 de enero de 1987 te marca como Piloto, tener el coraje de dar potencia e irte al aire sin tu Instructor es algo impactante, luego de los nervios iniciales viene el grito de alegría.
El segundo vuelo que marcó mi vida fue cuando trasladé en un vuelo sanitario a un bebe en una incubadora a Montevideo, cuando llegamos y su madre me abrazó sentí que había hecho algo importante con mí vida. Y el tercer vuelo memorable, el día que saque a volar a mi hija por primera vez.
¿El futuro de la aviación?
Impredecible, en tiempos en que apretando un botón hay aviones que aterrizan solos, que se planifica turismo espacial con naves que se desprenden de un avión y llegan al espacio, aviones que han dado la vuelta al mundo volando con energía solar o aviones que se tripulan con el pensamiento es difícil predecir el futuro.
Hoy con ésta pandemia, tengo amigos pilotos de línea aérea que están a punto de perder el trabajo, el mundo no será el mismo. Si te puedo decir que la aviación es quien ha evolucionado más rápidamente en la historia. Pasamos del primer vuelo de los hermanos Wright en 1903 a pisar la luna en 1969, y eso tiene la aviación es impredecible.
Seguramente veremos aviones no tripulados muy pronto y aviones hipersónicos. Solo el tiempo dirá lo que lograremos ver.
¿Un sueño por cumplir en aviación?
Si, poder ir volar una hora en el simulador del Concorde (el avión más difícil de pilotear) en Gran Bretaña. Hace años tengo la plata guardada en una alcancía. Ya se va a dar»