Hoy quiero hablar de un modesto milagro, un logro de salón, silencioso, discreto y con mucha potencia: una mesa de diálogo entre una asamblea de ARTISTAS de Salto y AGADU.
Esto no es algo fortuito ni un hecho aislado, tampoco producto de la casualidad, es un movimiento, una iniciativa organizada que busca transformar la realidad de los artistas de Salto. Queremos mejorar, hemos tomado la decisión de hacerlo y estamos en ese tránsito.
La Asamblea de Artistas
Una experiencia muy interesante de la cual tengo la dicha de participar es el diálogo en la Asamblea de Artistas Germen Cultural, de la cual formo parte interactuando de manera virtual.
Sin duda nuestro gran desafío es la horizontalidad, ¿cómo ser eficientes en la toma de decisiones cuando dependemos de colocar todo en votación? ¿Cómo conseguir ese equilibrio que nos permita mantener un espíritu participativo e igualitario y al mismo tiempo tomar las decisiones ejecutivas para que nuestros proyectos avancen?
Las asambleas catárticas
Uno de los grandes problemas que debemos enfrentar es que hemos perdido la calidad de sesionar en asamblea, parecen más grupos de autoayuda que asambleas sectoriales. La calidad de la sesión de una asamblea está directamente vinculada a la calidad de sus conquistas.
Según Aristóteles en su libro La Poética, la catarsis es una de las funciones del teatro, por lo tanto, si las personas necesitan nuevos ámbitos para hacer catarsis, significa que no hay suficientes obras de teatro.
No tenemos derecho a la catarsis, porque no nos pertenece. La catarsis debe sucederle al público durante un espectáculo, no al artista en una asamblea.
Las asambleas mezcladas
Otro gran desafío es entender que no se puede servir a dos amos. Una asamblea, que de por sí es un instrumento de representación, no puede defender intereses diferentes.
No son los mismos intereses los de los artistas diletantes que los intereses de los artistas que quieren desarrollar una carrera profesional. Son 2 públicos con lógicas, objetivos e intereses distintos. Son 2 asambleas diferentes.
Prometeo sin cadenas
Una vez nos robamos el fuego sagrado, fue en el 87 cuando hubo casi 20 murgas, pero nos acostumbramos a ver la leña ardiendo y nuestro fuego se fue volviendo profano.
Prometeo es hora de que te des cuenta de que nadie te ha castigado, las cadenas no existen, todo es persecuta, está en tu mente. No hay ningún problema con querer ser profesional, debemos asumir nuestra condición de artistas y dejar de llevar una doble vida.
AGADU
La representación de los creadores nunca fue un asunto sencillo. ¿Cómo conciliar, por un lado, el perfil disperso y desordenado de quienes viven para componer, escribir o cantar y por el otro, las planillas, mecanismos jurídicos y económicos que garantizan que ese trabajo sea respetado?
En ese terreno siempre delicado, Salto se transformó en escenario de tensiones recientes que merecían algo más que el teléfono descompuesto al que estamos acostumbrados: era hora de entender que se nos estaba yendo la moto y que si no tomábamos una actitud íbamos a terminar chocando la calesita.
La administración de conflictos
Desde esta humilde columna hemos gestionado una aproximación para iniciar un diálogo constructivo, intermediado por A Imensa Minoria, convencidos de que los autores no deben vivir enfrentados con la institución que los representa.
La pregunta es más amplia que el conflicto puntual: ¿qué significa para un creador vivir en un país que no percibe los bienes intangibles? ¿Qué ocurre con la descentralización, cuando Montevideo concentra recursos y decisiones? ¿Cómo lograr que los autores del interior tengan la misma voz que cualquier colega de la capital?
La Asamblea dialoga con AGADU
Me animo a decir, con todo el respeto y el cuidado que estas palabras merecen, que también es una cuestión de salud mental, porque en definitiva, que los autores estemos enfrentados a quien nos representa, tiene algo de alienación y se podría decir que estamos peleando con nuestro propio reflejo.
Cuando esto sucede existe un 100% de probabilidades de que terminemos golpeándonos a nosotros mismos.
Hemos iniciado el diálogo y queremos puntuarlo, porque de este diálogo surgirán ideas y acciones para revertir la situación en que se encuentra la producción de ARTE en Salto.
Son cuestiones que exceden un recibo o un trámite. Se trata de cómo una sociedad construye aquello que la define. Por eso esta mesa es un mecanismo administrativo con alma, un gesto de reconciliación, una invitación a pensar el futuro construyendo puentes en lugar de murallas.
La expectativa está planteada. La mesa ya existe. Lo que se diga en ella marcará el rumbo de la relación entre los creadores y la sociedad que los escucha.
Esta semana habrá novedades… ¿Querés ser parte de esta historia? ¡Sumate a la Red de Artistas que esto recién está empezando!