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    JUAN y UN MUNDO DE 20 ASIENTOS

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    LA VIDA DE UN COLECTIVERO
    Había dejado estacionado su colectivo 60 rumbo a Tigre. Mientras tanto, Victoria llega al reducto del pasaje Matorras y se esconde ante la presencia de Juan, el conductor del ómnibus. Paralelamente, en la casa de éste se produce un altercado entre los componentes de la familia, motivada por el constante entrometimiento de tía Rosita en la vida de su hermana mayor. La rubia Victoria, por su lado, ha decidido romper su relación con su novio Marcelo, y le devuelve sus pertenecencias y los obsequios que recibiera durante la relación. Juan se retira de su hogar disgustado con su tía y sorprende en altas horas de la noche a su vecina Victoria barriendo la vereda, que se hace pasar por la criada de la casa… Esta es una breve parte de la trama de «Un mundo de 20 asientos, tira argentina que encierra las historias de un conductor-guarda enamorado de la chica bonita, y de su profesión. La popular teleserie de 50 minutos de duración, emitida por Canal 9 Libertad de Buenos Aires, a partir del 4 de marzo de 1978, fue protagonizada por Claudio Levrino personificando a Juan Arregui y Gabriela Gili -1945-1991- como Victoria, y en la segunda temporada María de los Angeles Medrano. En el reparto se destacaban: Amelia – María Elena Sagrera, Ignacio interpretado por Roberto Escalada, Luisa Agripina – María Bufano, Julio César es Pablo Codevila, María Gimena – Rita Terranova, Rosita por Chelo Ruiz, Pancho es Carlos Moreno, Ana – Hilda Bernard, Marcelo – Mario Pasik, Dr. Menville es Mario Morets, bajo el libro de Delia G. Márquez y la dirección de Diana Alvarez. La telecomedia joya de la tv en blanco y negro culminó el 26 de noviembre de 1979, y en Montevideo se propaló a través de Saeta TV Canal 10, casi paralelamente, a manera de video-tape. La señal Volver de la vecina orilla, hasta hace poco reiteró todos los capítulos. Varios se pueden ver por youtube. Fue uno de los teleteatros más seguidos en la historia de la pantalla chica bonaerense.
    PARA VIVIR UN GRAN AMOR
    En la presentación de «Un mundo de veinte asientos», mientras Juan frente al volante hacía maniobras, en la zona de Constitución, y atendía a los pasajeros, se dejaba oír el tema central característico de la cinta, «Para vivir un gran amor», escrito y vocalizado por Cacho Castaña, un referente de las mil y una noches porteñas. La producción logró altísimos niveles de teleaudiencia y generó un fervor del público similar al que años anteriores había cosechado «Rolando Rivas Taxista», con Soledad Silveyra y Claudio García Satur, donde muchos caballeros también comenzaron a interesarse por ésta clase de comedias, al margen de su público en potencia, las damas. Claudio Levrino y Gabriela Gili se consolidaron en forma definitiva profesionalmente en la tira; ambos más tarde intentarían repetir el suceso con «Daniel y Cecilia», propuesta que culminó de manera fulminante tras la lamentable muerte de Levrino.
    CLAUDIO LEVRINO: ÍDOLO POPULAR
    Claudio Norberto Levrino nació el 6 de enero de 1945 en Barranqueras, Provincia del Chaco, Argentina, y menos de 10 largo-metrajes, y algunas novelas le bastaron para que se convirtiera rápidamente en un actor consagrado y popularísimo en el Río de la Plata. Hijo de Beatriz Teper y Vicente Levrino, separados en 1949, y hermano de Guido Levrino, sus familiares y amigos personales le solían llamar «Rodi». Después de estudiar desempeño artístico y actoral en las tablas, obtuvo su primer papel en teatro. Fue en 1967 con «Estampas de la vida purpúrea», y su primera novela fue «La rebelde de los Anchorena», por Canal 13, aunque anteriormente ya había estado con un breve papel en «Alta Comedia», en 1965. Seguiría con «Los Muertos» -de Florencio Sánchez- también en el ciclo de «Alta Comedia», en la personificación de Augusto. En 1971 continuaría con «El ángel de la muerte», como Conrado, «El avaro» -thriller dirigido por Alejandro Doria- en «Alta Comedia», en el papel de Valerio, y «Viernes de Pacheco», capítulo «Giuanín, rey de las pizzas». «Un extraño en nuestras vidas» -drama romántico- dirigido por Roberto Denis y Diana Alvarez, en 1972. «Cacho de la esquina» donde es Miguel, a mediados de 1973. «Amar al ladrón» con Claudio Levrino y su esposa Cristina del Valle, donde logra un fenomenal hit, en una tira que se pasaba a las once de la mañana, 1974. «Alguien por quien vivir», 1975, «La posada del sol», 1976-1977, «Tiempo de vivir», y 1979, «El fortín quieto».
    CASAMIENTO y SUICIDIO
    En 1974 Claudio Levrino se había casado con la actriz Cristina del Valle, que ya tenía un hijo, Patricio, 1970, de un matrimonio anterior. Levrino tuvo otro hijo con ella, Federico, 1976. El sábado 19 de enero de 1980, en un hecho confuso se suicidó manejando un arma de fuego, dentro de su auto, en Mar del Plata. Estaba discutiendo con su esposa, sobre la tenencia y uso de una pistola frente a sus hijos. En ese instante, Levrino le sacó el cargador al arma y empezó a hacer movimientos sobre su cabeza, tratando de demostrar a su esposa que podría tener la pistola siempre y cuando estuviera descargada. Sin embargo el destino le jugó una mala pasada, ya que un proyectil había quedado en la recámara y éste se le disparó directo a su cabeza. Murió al otro día, el domingo 20 de enero de 1980. Su fallecimiento fue llorado por mujeres y hombres, que seguían sus novelas todas las noches.
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    Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI,
    desde Montevideo

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