“No me impido tener un trato ameno con una persona que piense diferente”
Hoy tiene 32 años, es Profesor de Derecho y 2° Vicepresidente en la Junta Departamental de Salto, pero lo conocimos mucho más joven, cuando apenas era “Toto”, haciendo una suplencia en la mesa de controles de Radio Turística. Nos pusimos a conversar para esta nota con EL PUEBLO, que nos permite conocer un poco más de su intensa vida.
1. ¿Cómo fueron esos primeros años de su vida?
– Nací en el Sanatorio Salto, pero viví por lo menos hasta los seis años en Belén, mientras mis padres estuvieron juntos, éramos una familia con bastantes carencias económicas que después nos vinimos para Salto con mi madre, Noemís, cuando se divorciaron. Una familia tipo, con dos hermanos, Macarena y Jaime, yo soy el menor de ellos. Un padre, Luis Alberto, que en esa zona de Salto, donde no había muchas opciones laborales, él tuvo la suerte de ser funcionario del Espinillar, que después con su cierre pasó como funcionario público a la Escuela N° 6 de Belén como auxiliar de servicio, donde se jubiló hace un par de años.
2. ¿Cómo llegaste a la radio?
– Con 15 años me toca independizarme, mi madre por una situación económica se fue a buscar suerte a Montevideo, me ayudaba, pero tuve que arreglarme solo. Siempre tuve claro que tenía que trabajar. Antes de llegar a la radio, hacía changas en la cebolla, en la naranja. Seguí estudiando, hice el liceo nocturno. ¿Cómo llego a la radio? En esa independencia forzada que tuve, encontré un aviso en el diario EL PUEBLO de una habitación que se alquilaba, y justo coincidía que era la mamá de Carlos Arredondo. Se portaron como una familia conmigo, y en esa interacción que tenía con Carlitos, me ofrece una suplencia como operador. Le dije que sí porque necesitaba el trabajo. Y ahí aprendí la parte técnica de un medio de comunicación tradicional como la radio, que me empezó a gustar bastante. Terminé trabajando muchos años en Turística, siempre en el equipo técnico.
3. Pero llegaste a tener un programa de radio.
– Ahí nos venimos para el 2014, 2013, donde en Siglo XXI FM, en una de las tantas radios que he pasado, su director Carlos Gelpi, me ofrece un espacio los viernes y le dije que tenía ganas de hacer un magazine. Duró dos años, me acuerdo que invitaba a gurises del Liceo, porque yo estaba estudiando mi carrera en ese momento, y los gurises fanatizados con la radio. Les decía que al igual que la docencia, esto es vocación, porque no te vas a hacer rico y tenés que estar siempre pensando cómo pagar el espacio a fin de mes. A mí me pasaba eso. Por suerte, la radio se portó muy bien conmigo. Fue una de tantas etapas que viví.
Mi primera aproximación con otro tipo de medio de comunicación, como la televisión, fue contigo, cuando me llamaste para Visión Política. Me moría de nervios, era hacer un par de notas en la calle para un tema específico que vos tocabas en tu programa. Pero antes que alguien me pueda criticar, no soy ni periodista ni comunicador ni locutor, me gusta decir que tuve rostro para ese tipo de cosas. Me apasionó, me gustó, y fue también un medio de vida hasta que pude recibirme.
4. A todo el mundo le gusta la música, pero hay algunos ejemplos donde el gusto por la música se va a los extremos de ser fans, y de repente no con un estilo o un género, sino con algún autor. ¿De dónde surge tu amor por Bruce Springsteen?
– A Bruce Springsteen lo conozco en el año 2007 que escuché un tema de él en radio haciendo zapping. No me preguntes por qué, pero me despertó el bichito. De buenas a primeras, me hice de gran parte del material discográfico de él, que lo tengo en casa. Es alguien a quien pude conocer en 2013 en Buenos Aires en su gira latinoamericana. Pero más allá de la música, luego de escuchar el tono de las canciones, la transversalidad que tiene toda su música me gusta porque viene a ser una especie de voz para aquellos que están sumergidos, la clase trabajadora norteamericana, a los que vienen de las guerras como Vietnam. Es demócrata, un progresista en Estados Unidos, hizo campañas por John Kerry, Hillary Clinton, Barack Obama, Biden, Kamala Harris, hoy está en guerra con la política exterior de Donald Trump. Y sin embargo, yo estoy del otro lado de la calle ideológicamente, pero reivindico un montón de cosas en la actividad que hoy me toca, que él reivindica a través de sus canciones, de sus ideales, y lo que más me gusta del tipo son sus convicciones bien claras, más allá que eso le pudo traer dolores de cabeza.
5. ¿Cómo resuelves esa contradicción?
– El fanatismo a veces te lleva a idealizar, es algo que nace de lo irracional a veces por el mismo gusto por la música y por la persona. No quiere decir que porque estemos en las antípodas ideológicas yo no pueda tener un trato ameno con una persona que piense antagónicamente diferente. Me pasa por ejemplo en mi familia, mi padre ha estado identificado como dirigente del Frente Amplio, dos veces candidato a alcalde, y sin embargo me llevo bárbaro.
6. Volvemos para atrás, terminas de estudiar Secundaria y decidís seguir profesorado. ¿De dónde surge esa vocación?
– Terminé el liceo nocturno en el IPOLL, año 2011-2012. Mi primera aspiración era irme a probar suerte haciendo comunicación, por una cuestión de gustito personal. Pero por cuestiones económicas y por otras circunstancias que me pincharon el globo, me decidí por el profesorado, que también era algo que me gustaba. No tenía muy claro para adónde ir, de hecho, quería hacer Historia, pero terminé haciendo profesorado de Derecho, carrera que pude hacer en los cuatro años a pesar de trabajar, vivir solo y tener que llevarla como se podía, apagando incendios.
7. Pero además de profesorado, también fuiste adscripto.
– Antes de recibirme, en el año 2017, me llama Darwin Monzón, con el que siempre tuve una buena relación, fue tres años adscripto mío en el Nocturno. Él sabía que yo estaba haciendo la carrera y estaba necesitando a alguien en la parte pedagógica administrativa. Ingreso en el segundo año de formación del Liceo Santa Cruz, donde apenas había dos primeros y dos segundos.
8. ¿En qué momento aparece la política en tu camino y por qué en el Partido Nacional?
– La primera vez que pisé una departamental del Partido Nacional fue en el año 2004 con 10, 11 años, invitado por mi tía, Mirta. Ella me puso ese bichito, ese gusto por la actividad política. En aquel entonces, dentro de la Lista 71 con Luis María Leglise, a quien acompañé en la juventud hasta el año 2010 cuando el Partido Nacional tuvo su desplome electoral y terminó con tres ediles. Entonces conozco a Carlos Albisu en la radio porque tenía audiciones con la Lista 50. Me acuerdo que me invitaban a los plenarios, yo iba de oyente en Calle 33, pero siempre diciendo que yo ya tenía mi cuadro político. Al final de 2012, Luis decide no seguir en la actividad y yo por una cuestión de que el bichito siempre está latente me sumo formalmente allá por el 2013 en la Lista 50. Tuve la suerte de ser candidato a la Presidencia de la Juventud en 2017, elección que ganamos, y después siempre contamos las perdidas como parte del proceso que termina con la realidad que hoy tenemos.
9. ¿Cómo se saborea el presente luego de tantas derrotas?
– Después de tantos años y de tantas situaciones infelices que ha tenido este departamento con uno u otro intendente, sobre todo en los últimos 10 años, la responsabilidad que tenés es muy grande, porque la gente te va a poner la vara muy alta en el sentido que apostaron por algo diferente. Queremos terminar con la política como un aparato clientelar, capaz sea muy idealista, pero la política no puede ser entendida con aquello de “te trabajo y me das algo”, cada uno habla con su estómago y en ese sentido la responsabilidad es tremenda.
10. Sos un tipo joven y después de todo lo que contaste calculo que apenas arañamos una parte de tu vida. Si miras para atrás verás un camino corto en comparación con lo que te queda por vivir y si ves todo lo que has recorrido, ¿qué sientes?
– Estoy un día sí y otro también peleando con mi salud mental por muchas cosas, hace dos años me tocó perder a mi madre por un cáncer bastante complicado y otras situaciones en el camino que me desestabilizaron, más cuando viví solo que tenés que tomar decisiones para mantenerte firme. No lo digo por ego, pero me siento orgulloso del camino recorrido, que no fue un camino solo, si bien tuve que sortear mi vida casi en solitario, estoy muy agradecido con mucha gente. Y pienso seguir haciendo política hasta que las velas ardan. ¿Dónde estaré? No sé, no me muero por un cargo, y así como en el 2004 entré por curioso voy, a seguir cinchando el barco desde la mitad de la fila o atrás de todos.









