OPINIÓN

Involucrémonos

Faltan unas pocas horas para que a medianoche dé comienzo el silencio republicano que es lo que implica la veda de propaganda proselitista, cuyo espíritu inspirador del legislador representa ese momento de calma necesario que los ciudadanos necesitamos para poner las ideas en claro y votar a conciencia a la hora de depositar su voto en la urna. Pero además, la veda no es solo proselitista, sino también en lo que refiere al expendio de bebidas alcohólicas.

La veda no implica el no ingerir bebida alcohólica, implica no venderla. Parte de las contradicciones que aún tiene el sistema y que lleva muchos años sin buscar corregirlo, como por ejemplo, prohibir la propaganda en los medios tradicionales de comunicación, pero en los nuevos medios masivos que se utiliza en este tiempo para comunicar, como son las redes sociales, no existe impedimento alguno.

Pero supongamos que la veda se cumple, porque los partidos deciden respetar las reglas que ellos mismos nos han impuesto, tras el silencio se toma la decisión a concurrir voluntariamente a votar en las internas de los partidos políticos porque se quiere elegir a aquel o aquella candidata que lo representa, porque si está enojado con algunos políticos, no crea que no yendo a votar los castiga, en realidad se estará castigando a usted mismo por cercenarse la posibilidad de elegir a una buena persona para que sea su Presidente, porque cuando finalmente vaya en octubre, el menú de candidatos será el que haya pasado de este domingo y que usted no eligió. De ahí la importancia en ir a votar.