El salteño Hugo Finozzi será uno de los tres uruguayos que representarán al país en el Mundial de Pastoreo que se realizará en Escocia en Septiembre de 2026.
La competencia, organizada por la International Sheep Dog Society (ISDS), reúne a los mejores binomios de perro y guía de todo el mundo, y es considerada la máxima cita internacional de esta disciplina.
EL PUEBLO consultò a Finozzi sobre los detalles de la competencia y su experiencia en la disciplina que hoy lo lleva a un mundial.
“Nosotros participamos acá en Uruguay en el campeonato de la Asociación Uruguaya de Perro Pastoreo, que es el campeonato nacional”, cuenta Finozzi. “A través de ese torneo se hace la clasificación para la ISDS, que es la sociedad internacional. Uruguay tiene tres cupos, dos para mayores y uno para menores de 21 años”.
En la última clasificatoria, Finozzi obtuvo el tercer lugar a nivel nacional lo que le permitió acceder al cupo disponible. “El primero y el segundo también van, y junto a un joven en la categoría sub-21 vamos a representar al país. Es un orgullo enorme”, afirma.
La Asociación Uruguaya de Perro Pastoreo, creada recientemente por los propios competidores, está en proceso de formalización legal. “Todavía estamos abriendo los estatutos, tratando de hacer una sociedad formal que nos represente y dé respaldo para participar afuera”, explica.
El campeonato uruguayo se desarrolla en varias etapas a lo largo del año. “Son entre cuatro y cinco fechas, y en cada una se disputan dos pruebas por fin de semana. Las categorías van desde novato hasta open, que es la superior”, detalla.
En las competencias se evalúa la coordinación entre el perro y el guía en distintos tipos de circuitos. “La prueba de novatos se hace a unos 150 metros, donde el perro debe buscar las ovejas, traerlas hacia el guía y encerrarlas, todo en cinco minutos”, describe. En las categorías más avanzadas, las distancias aumentan y se agregan maniobras complejas llamadas drives y cross drives, donde el perro debe mover las ovejas por porteras simuladas, siempre manteniendo líneas rectas.
“Cuanto más en línea van las ovejas, menos puntos se pierden”, explica Finozzi. En la categoría open además, se exige apartar ovejas dentro de un círculo, una maniobra que requiere precisión y experiencia.

Finozzi se define como un apasionado tardío de la disciplina. “Hace años trabajo con perros, pero hace unos cinco o seis años descubrí el Border Collie y eso me cambió todo. Encontré genética, técnica y un nivel de entrenamiento que no conocía”, relata. Su acercamiento fue a través de clínicas y cursos organizados por SUL donde se realizan pruebas prácticas. “Ahí conocí las competencias del campeonato uruguayo y me enganché enseguida. Después busqué mejores líneas de sangre, hice más cursos y hoy estoy en la categoría superior”.
En el Mundial, los competidores clasifican a título personal lo que significa que cada uno puede presentarse con el perro que elija, aunque la mayoría opta por competir con su propio animal. “En Uruguay el puntaje es por equipo, persona y perro. Afuera te seleccionan a vos, pero casi todos van con su perro porque hay una conexión muy fuerte”, comenta.
Esa relación también implica un gran esfuerzo logístico y económico. “El traslado del animal es todo un tema, vacunas, permisos, chip, certificados veterinarios. Todo empieza con mucha anticipación”, señala. La preparación incluye mantener al perro en condiciones físicas óptimas y asegurar su sanidad completa, especialmente en lo referido a la rabia, según las normas internacionales.
De aquí a 2026, Finozzi y sus compañeros uruguayos continuarán entrenando y compitiendo en el circuito local, afinando la comunicación con sus perros. “El objetivo es llegar lo mejor posible, representar bien al país y disfrutar la experiencia”, dice.
Hugo Finozzi encarna una pasión que mezcla tradición, técnica y vínculo con los animales y que lo llevará —junto a su perro— desde los campos uruguayos hasta las verdes colinas de Escocia.









