Una vida dedicada a la familia y al fútbol
Desde muy pequeño, Gabriel Rosconi encontró en el fútbol una pasión que lo acompañaría a lo largo de su vida. Su vínculo con Sportivo Rodó comenzó de la mano de su padre, quien fue presidente del club en la década del 90. Ese lazo lo llevó a convertirse en hincha y, con el tiempo, en un referente de la institución. Cuando el club enfrentó el riesgo de desaparecer, en lugar de mantenerse al margen, decidió involucrarse para salvarlo. Gracias a su esfuerzo y compromiso, logró recuperar la entidad, que hoy sigue adelante con entusiasmo y dedicación.
El club se convirtió en un pilar fundamental en su vida. A pesar de haber vivido en el extranjero, nunca perdió el apego por su tierra y su equipo. Al regresar a Salto, reafirmó su amor por el fútbol y, más allá del deporte, su deseo de brindar oportunidades a personas que antes no las tenían. Este sentido de pertenencia y vocación por el trabajo comunitario lo llena de satisfacción.
Si bien la llegada de sus hijos marcó los momentos más felices de su vida, también destaca el reencuentro con su familia tras su regreso a Salto como un recuerdo inolvidable. En contraste, las pérdidas de su madre y su abuela fueron los episodios más dolorosos que le tocó atravesar. En especial, la muerte de su abuela, ya que ocurrió mientras él estaba en el exterior y no pudo despedirse.
A lo largo de los años, Gabriel ha construido una vida con la que se siente orgulloso. Haber formado una familia y encontrar su rumbo fueron sus mayores logros. Volver a Salto significó un proceso de adaptación, pero con trabajo y esfuerzo logró establecerse y rodearse de un equipo humano que lo acompaña en sus proyectos.
Si bien siente que la vida le ha dado más de lo que esperaba, aún tiene metas por cumplir, especialmente en su ciudad. Su experiencia le ha demostrado que, con dedicación y sacrificio, se pueden alcanzar grandes objetivos, y confía en poder aportar aún más a la comunidad.
Uno de los aspectos que más lo emocionan es el crecimiento del club. Lo que comenzó con un grupo reducido de jugadores, hoy se ha expandido a diversas categorías como fútbol playa, fútbol inclusivo, veteranos y hasta una filial en Montevideo. También han desarrollado un gimnasio y mejorado la infraestructura, todo en apenas cuatro años. Para Gabriel, estos logros son prueba de que el trabajo honesto y constante puede transformar realidades.