Con los años que tengo vendiendo acá, gracias al barrio y a todo Salto, porque viene gente de todos lados a comprar, gracias a Dios se mantiene
Carlos Imer
El protagonista de la historia de vida de hoy es Carlos Imer, quien hace 21 años se dedica a la venta de choripanes.
Hace 21 años trabajo de esto, después de que salí de la heladería. Trabajé 20 años en la heladería ‘Payaso’ y después empecé a vender choripanes
El primer día vendiendo choripanes
Carlos recuerda claramente su primer día como vendedor de choripanes: «Vendí 15, creo que fue un 29 de octubre, si no me equivoco, cuando tenía 38 años. Es bastante vender 15 choripanes el primer día sin que nadie te conozca, se vendió bien».
Empezó en la esquina de avenida Solari y Patulé, donde estaba la República Dos. «Ahí estuve prácticamente todos los años, porque después crucé para la vereda de enfrente, para el kiosco que estaba en la vereda de enfrente», explicó.
La familia de Carlos y su apoyo
Carlos nos habló también de su familia. «Mi señora, una hija y yo». Comentó con orgullo que su hija ya es profesional: «Hoy ya se defiende sola, se recibió de licenciada en enfermería. Vendiendo choripanes pude pagarle la carrera, contaba con la ayuda de mi señora, que trabajaba, ahora se jubiló, además de la beca que conseguimos que le dieran».
El secreto del éxito: mercadería fresca y calidad constante
Actualmente, Carlos vende aproximadamente 20 kilos de chorizo por día, lo que equivale a unos 200 choripanes diarios. Nos compartió su secreto para mantener la clientela:
El secreto es que sea fresquita la mercadería. Uno tiene que tener una mercadería buena, que a la gente le guste, y después que les gustó no cambiarla, mantenerla, mantener la higiene, así la gente sigue queriendo comprar