Estoy contenta, agradecida de que tengo trabajo, estoy agradecida por el grupo de trabajo también, que son mis compañeros, ya somos como una familia
La protagonista de la historia de vida de hoy es Alejandra Álvarez, de 49 años, quien trabaja en la estación de servicio «Disa».
«Yo siempre digo, lo que uno quiere para uno, es lo que uno le da a la persona que llega a la estación.»
Al consultarle acerca de sus años de labor en dicha estación, Alejandra nos respondía: «Creo que trabajo acá desde hace alrededor de 8 o 9 años. Estoy muy agradecida.»
«Esto es una terapia mutua, uno habla, charla, la gente viene, te comenta cosas del día. Todos los días son casos diferentes.»
Alejandra también contó que tiene tres hijos de 24, 17 y 8 años, y aunque está separada, mantiene una buena relación con el papá de sus hijos. «La voy llevando día a día, son mi motor, mis hijos son mi fuerza. Siempre pido que mis hijos sean personas de bien», expresó.
Sobre su relación con los clientes, dijo: «Me encanta el trato con la gente, como todos tenemos problemas, pero vos llegás acá y empezás a hablar con uno, con otro y te vas bien, porque te das cuenta de que uno tiene pequeños problemas como todo el mundo. Al hablar con la gente, ya cambia el humor.»
«Me ha pasado con mucha gente que viene por primera vez a la estación y me recibe con el ‘buen día’, una sonrisa, ‘¿qué tal el día?’, y uno empieza a hacer amistad al atenderlos.»
Alejandra se siente reconfortada cuando los clientes valoran su atención: «Te reconforta cuando la gente dice ‘me gustó tu atención, tu buen humor’. Y cuando no estoy, que pregunten por mí, yo también pregunto por la gente.»
En agosto, Alejandra ganó un premio por ser la mayor vendedora de aceites y lubricantes. «Uno se va esmerando cada día más. Es lindo que el lugar donde uno trabaja vaya creciendo y uno también va creciendo junto con la empresa», destacó.
«El trabajo te da dignidad, el trabajo es todo, te saca de todos los problemas, y uno va creciendo.»
