Hay que saber para decidir

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    Uruguay debe ser de los pocos países en el mundo que le deja resolver o al menos, aparentar que su opinión por más insípida que sea, puede llegar a tener incidencia en temas muy importantes a gente que no puede llegar a tener la más mínima idea de lo que se está hablando. Y cuando digo que no tienen idea, es realmente no tienen idea de nada, y eso es nada. dibujo 1
    Pero, con tal de justificar la “democracia participativa” que disfraza el sistema que tenemos, porque los que en realidad toman las decisiones finales son siempre los mismos, los hacemos ir a un congreso mandatados por el sector político y que levanten la mano con lo que nosotros entendemos que puede llegar a ser el tema.
    A veces hay algunos que tienen alguna idea, pero igual, escuchan a lo que les dicen los otros que supuestamente “estudiaron” la situación, y aunque sea gente que no ha terminado el liceo, o que son empleados de tienda, con el respeto que me merecen, no tienen idea de política económica ni de comercio exterior, pero igual van y votan, y trancan todo, y los que saben y a los que les dimos el voto para que tomen las decisiones, esos están sujetos a estos otros. Eso es tan complicado como problemático.“ Y lo es por el hecho de que quienes deben tener conciencia de lo que significan las cosas, deben esperar el debate del día para después sí, ser mandatados por estos otros que a su vez ya habían sido mandatados por los que están sentados en el comité y les dijeron que ellos interpretan la voluntad popular, pero en realidad los que la interpretan son los que votó la gente y no ellos, pero finalmente estos son los que deciden por todos. Qué desorden.
    Algo así es lo que pasó el fin de semana cuando el Uruguay entero estuvo en vilo esperando por el Plenario del Frente Amplio, para ver si los integrantes de ese órgano de conducción partidaria tomaban la resolución de acompañar la iniciativa del gobierno de firmar un Tratado de Libre Comercio con Chile. Un país con el que nos acercan muchas cosas, entre ellas, la estabilidad institucional, los índices más bajos de corrupción de la región y los estándares de vida más altos para nuestras poblaciones.
    Pero esto que quiere el gobierno lo puso en manos de los dirigentes del partido de gobierno, que será el que tiene la última palabra y con su declaración, vinculará a los parlamentarios del Frente que son los que tienen las mayorías necesarias como para aprobar semejante cosa.
    Hasta ahí no me parece mal que un partido político se involucre en el accionar de sus compañeros que ocupan cargos en el gobierno por mandato popular, pero lo que no me parece es que una vez que esas personas asumieron los cargos que les dio el pueblo, deben tener la responsabilidad de gobernar, de tomar las decisiones, de decir qué hacemos como país, qué rumbo tomamos, qué tipo de tratados para beneficiar la balanza comercial y el incremento del PIB, son los que debemos realizar.
    Para eso es que ponen en los cargos de decisión a las personas que se supone son las más aptas para resolver lo que más le conviene al país en estos casos, porque así deben ser las cosas, o al menos deberían serlo en todos los temas. Pero sin embargo, nos encontramos con que esa gente está atada de pies y manos por gente que no sabemos qué clase de formación tiene como para analizar un tema tan delicado e importante para la economía del país, como es el Tratado de Libre Comercio con Chile.
    Yo no sé qué sabe el que va a la Mesa Política Departamental del Frente Amplio de política económica, de comercio exterior, de inversión extranjera, de balanza comercial favorable, de expansión del Producto Bruto Interno, o si solamente tiene una expresión política que le dijeron que diga, porque es la que debe seguir la línea histórica que tenían sus veteranos dirigentes con los que se formó en el comité cuando era chico y ahora la expuso arriba de la mesa, sintió que no podía traicionar el legado y votó en contra de algo que no tiene idea ni siquiera cómo funciona.
    Ese es un riesgo al que los uruguayos no nos podemos exponer, ya hemos perdido demasiado como país en materia de inserción internacional, hemos quedado atrás en el mejoramiento de las políticas de negociación comercial y nos hemos relegado al Mercosur, que es una mesa donde se sientan Brasil y Argentina a negociar, y lo que sobra, cuando sobra, Paraguay y Uruguay, se reparten las migajas. Y nos hemos acostumbrado a eso, porque hacemos primar la ideología sobre lo económicamente viable para nuestros pueblos.
    Yo no soy experto en comercio exterior ni en negociación internacional, ni en política exterior. Por eso me ubico, y escucho a los que saben, a los que andan por el mundo, a los uruguayos que están tomando decisiones en distintas partes del planeta y a los que han estudiado todos estos temas, que considero, son los que están aptos para tomar sugerir a un gobierno qué decisiones debe tomar en determinados casos.
    Pero el problema que tienen muchos de los que están al lado de los que hoy ocasionalmente ostentan el poder, es que creen que como les pagan un sueldo pueden saber de todo o deben saber de todos los temas y es ahí cuando se equivocan, y es ahí cuando con sus equivocaciones, todos pagamos el precio.
    No digo que ninguno de los que acudió al Plenario del Frente no esté capacitado para decidir sobre este asunto, pero prefiero dejarle esa responsabilidad que va a recaer sobre mi persona, a quienes les dimos el voto en las elecciones nacionales, porque si le erran, sé después a quien acudir para reclamarle algo.

    HUGO LEMOS

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