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jueves, 5 de junio de 2025
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Halloween y día de todo los Santos y día de los difuntos

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Diario EL PUEBLO digital
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Tres celebraciones en días seguidos, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre al que los une la creencia con una base religiosa.
Halloween, Día de todos los Santos y días de los Difuntos o como se dice comúnmente de los muertos.
Tres celebraciones que han tenido evoluciones diferentes e importancias diferentes en el correr de los años.
El día de todos los Santos popularmente ha ido perdiendo festividad mientras Halloween gana simpatizantes sobre todo en las generaciones más chicas, que lo festejan, ignorando el verdadero origen o significado de dicha fecha.


La cultura de la muerte en el mundo

Día de los difuntos

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Desde que el hombre existe ha llevado a cabo rituales para acercarse a los muertos, honrarlos o defenderse de ellos. De alguna forma, se mantienen hoy en día en distintas partes del mundo.
HISTORIA
Desde los tiempos más remotos existe una cultura de la muerte, porque el ser humano siempre ha reflexionado sobre el fenómeno de la muerte. Es por eso que empezó a tratar los cadáveres, al mismo tiempo que levantaba todo un conjunto de creencias sobre lo que podría ocurrir después del fallecimiento. El antropólogo y catedrático de Arqueología Americana de la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Rivera Dorado, considera que existe una «absoluta intolerancia al fenómeno de la extinción, de la aniquilación. Está en lo más profundo del instinto de supervivencia del ser humano, y eso se traduce en reflexiones, razonamientos y argumentos sobre lo que puede pasar cuando la muerte se produce».
Los rituales de homenaje y recuerdo de los antepasados se observan en todas las civilizaciones. Hay un rasgo común en todas ellas: al difunto no se le desecha ni se le tira, sino que se le trata con honores, que varían en cada una de las culturas. En algunas, se opta por enterrar a los muertos, en otras se les incinera, o se deja que los animales carroñeros devoren sus restos. Todo depende de lo que en cada civilización se piense que va a ocurrir después del fallecimiento. «El ritual funerario en todas las culturas tradicionales o históricas ha sido una parte sustancial de la cohesión social, del propio sistema de integración de los individuos», asegura Miguel Rivera. «El muerto no desaparece, sino que continúa en la sociedad y es parte de la integración de todos los miembros de esa sociedad».
En los países en los que predomina la creencia religiosa católica, las celebraciones de homenaje a los muertos se sitúan entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. Pero, incluso esto, podría considerarse una anomalía dentro de lo que han sido las honras funerarias a lo largo de la historia, un distanciamiento de la tradición, como señala el profesor Rivera Dorado. «Los ritos han evolucionado tendiendo a una mayor pobreza. Sobre todo en el mundo occidental y desarrollado, mucho más descreído. Se han perdido muchas de esas creencias tradicionales o se han colocado en un segundo plano. El trato a los difuntos es más difuso».

RITOS DISPARES
En el mundo católico, y con mucha más profusión en las zonas rurales que en las grandes ciudades, las tumbas de los cementerios son limpiadas y adecentadas en estas fechas. Se colocan flores y se visita a los difuntos. En eso ha quedado el ritual del recuerdo con la modernización y el avance de los tiempos. Un recuerdo que antiguamente se mantenía casi a diario, en privado, en el interior de cada hogar. Solían colocarse fotografías de los antepasados fallecidos u objetos que les pertenecieron, en lugares destacados de las casas, para tenerlos siempre presentes. Una tradición que se mantiene hoy en China, donde «el homenaje es prácticamente diario», recuerda Miguel Rivera Dorado. «Dentro de las casas chinas hay altares donde se colocan los retratos de los difuntos y se encienden llamas e incienso. Cualquier cosa que se haga ante una foto de un difunto ya es un acto de memoria y de homenaje».
En muchos países de América Latina, la visita a las tumbas es casi una peregrinación en masa. 
En México, donde el Día de los Muertos está considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se realizan altares, y se preparan platos de comida que eran del gusto de los difuntos, como forma de agasajarlos. La artista mexicana Patricia Fornos, que este mes expone en «La Manuela», en Madrid, su colección de personajes célebres mexicanos calaverizados, señala que «en los altares no deben faltar las flores, que representan al sol, la sal, el copal, que limpia de malas energías, las velas, para que el difunto encuentre el camino al altar. Es un homenaje a las personas que se fueron. Por eso se pone todo lo que les gustaba: si fumaban, sus cigarrillos, si bebían, su bebida favorita, si tocaban la guitarra, pues el instrumento en cuestión. Te tomas tu tiempo para honrar a la persona que se fue». Aunque, sin duda, en México, la protagonista del Día de los Muertos es la calavera, llamada «La Catrina», que es la decoración más repetida en estas fechas en todas sus representaciones: desde la cerámica a la pintura, pasando por las golosinas.
Los países anglosajones celebran Halloween la noche del 31 de octubre. Esta fiesta, trasladada a América por los emigrantes irlandeses, hunde sus raíces en el ritual celta del final del verano y del fin de la temporada de cosechas. Para Miguel Rivera Dorado, no obstante, «es una fiesta artificial que tiene mucho que ver con la comercialización que se hace en occidente de los ritos y las tradiciones históricas». Sin embargo, sí pervive algún rasgo ancestral: el uso de máscaras y disfraces, como las que se utilizan en muchos lugares de África para invocar a los muertos. «Una máscara cambia la personalidad del indivíduo y, por lo tanto, está en mejores condiciones de comunicarse con el más allá», reconoce Rivera Dorado. «Es una puerta abierta a otros mundos, como los espejos, utilizados ya por los mayas para hablar con los difuntos. Estos ritos necrománticos requieren de esos pasos intermedios que nos comuniquen con el más allá».

La luz y los amuletos .Algunas culturas orientales utilizan la luz para honrar a los muertos.
Japón celebra la fiesta Obon en pleno verano. Dependiendo de las zonas, en algunos lugares se conmemora en julio o en agosto. Consiste en la representación de determinadas danzas y bailes, así como en el encendido de linternas o farolillos que se arrojan al agua para indicar el camino a los difuntos. El antropólogo Rivera Dorado dice que «la luz puede ser guía para los difuntos. En determinadas épocas del año, según las diferentes culturas, los muertos retornan espiritualmente a la tierra. Y la luz les sirve para saber a dónde tienen que ir o dónde tienen la ofrenda. Otras veces, el simbolismo de la luz es el de iluminar ese otro mundo en el que se encuentran los espíritus, o la luz interior que se quiere otorgar a los antepasados como homenaje».

Muchas veces, lo que se busca no es atraer a los espíritus, sino ahuyentarlos. Para esos casos, también hay rituales, tan variopintos como las culturas o las zonas de la Tierra en las que se utilizan. Lo normal es que haya un objeto que se usa como amuleto para evitar que los difuntos vuelvan al hogar. Según Rivera Dorado «hay lugares donde se les teme, porque piensan que no se les ha tratado bien en vida o después de la muerte con los rituales adecuados. Se teme que puedan volver para vengarse. Por eso hay un montón de procedimientos apotropaicos para defender a las personas y a las casas de esos espíritus que retornan y que podrían ser vengativos o peligrosos». Es como un amuleto protector que se coloca en algún lugar de la casa.
En esta categoría podrían estar incluidas las ristras de ajos, que se colgaban en muchos hogares de centro-europa para repeler a los vampiros; o los espejos, las campanillas y hasta los animales que llegaban a sacrificarse para que los difuntos no pudieran tener contacto con las personas que allí habitaban.

«Tenemos que enfocarnos en actividades que nos convenga, que nos edifiquen, que podamos buscarle el lado bueno»

Para Mario Pirán, Pastor de Misión Vida

Mario Pirán es Pastor de la Iglesia Misión Vida en Salto, que año a año organizaba en estas fechas la Fiesta de las Luces o la Marcha por Jesús, actividades que este año debieron ser interrumpidas por la situación de pandemia. De todas formas, Pirán cuenta a EL PUEBLO cuáles son las actividades que vienen realizando.

«Todo el trasfondo espiritual que hay detrás de Halloween es complicado –comenzó diciendo Pirán-, porque hay que ir un poco a la historia, ver cuál era la costumbre de los sacerdotes druidas de los celtas, qué hacían en esa época. El nombre Halloween lo viene a poner la Iglesia Católica mucho después como para contrarrestar un poco los efectos del paganismo. Viste que es costumbre poner donde hay una fiesta pagana, una fiesta religiosa para redimirla. Por eso se le puso Día de los Santos, que es la víspera del Día de los Santos, Halloween es un vocablo inglés, que viene de ‘hallow’ es ‘santo’ o ‘santificado’ y ‘een’ es la abreviatura de ‘eve’ que es la abreviatura de ‘evening’ en inglés que es como el turno vespertino, entonces como que es la víspera del Día de los Santos, sería la traducción de Halloween».
«Por eso redimen con el Día de los Santos lo que sucede el 31 (de octubre) y el 2 (de noviembre) que es para los celtas el día de la muerte y después el día de los muertos donde se ofrecen sacrificios a los muertos que no sé si están en el purgatorio o en el limbo, para los que andan ahí que todavía no encontraron a dónde ir para que no vengan y tomen represalias con los vivos. Esa es la cuestión pagana, pero la pura verdad es que lo que yo creo es que los que salen a pedir caramelos no son conscientes de todas esas cosas».

  • Entonces, ¿por qué se toma como algo delicado estas fechas desde el cristianismo?
  • La Biblia dice que todo nos es lícito, pero no todo nos conviene, entonces creo que tenemos que enfocarnos en actividades que nos convenga, que nos edifiquen, que podamos buscarle el lado bueno. Tenés iglesias que se dedican a condenar Halloween y tenés iglesias que aprovechan Halloween para predicar el evangelio. Regalan caramelos, juntan niños y les hablan de Jesús, que es todo lo contrario al terror, a la muerte y a la oscuridad. Jesús es el amor de Dios que echa afuera el temor, Jesús es la luz del mundo y él dijo que había venido para dar vida. Entonces, justamente él, que venció a la muerte, es todo lo contrario a lo que pueda conmemorar o celebrar el folklore de ese día, y es en eso en lo que nos tenemos que enfocar, en que Jesús es la luz, y donde está la luz se disipa la oscuridad, entonces tenemos que brillar.
  • Pensando en estas fechas que tenemos por delante, ¿su Iglesia realizará alguna actividad en particular o será un día más?
  • No, nosotros tenemos un día especial, el 31 tenemos (ayer) siempre hacemos actividades de oración. De hecho, Robert (Minondo) que estaba antes que yo, tenía por costumbre hacer la Fiesta de las Luces en Plaza Artigas, pero que ahora por el tema del coronavirus no la hicimos este año, y los dos años anteriores no la hicimos porque hicimos la Marcha para Jesús, que fue una caminata que iba de plaza a plaza. Este año por el tema del coronavirus no vamos a hacer ninguna de las dos cosas, pero no vamos a dejar de tener nuestro tiempo de oración, de nuestras actividades para la juventud, de hacer conciencia de la importancia de la luz, que es Jesús, en cada merendero en el que trabajamos. Pero no lo hacemos porque sea Halloween, lo hacemos porque lo hacemos siempre, de hablar de Jesús y de su luz, que tanto necesita no solo nosotros sino toda la sociedad.

Así que actividades puntuales no hay, sino las mismas de siempre. Sí un tiempo de oración especial porque si bien la gente no es consciente de todos los ritos de los celtas y salen a pedir caramelos, nosotros sí sabemos lo que sucede en el mundo del ocultismo y sabemos que son días, llamémosle, espiritualmente cargados. Entonces, oramos en favor de las personas a las cuales las fuerzas del infierno quieren ensañarse para que sean librados, y para todo aquello que tenga que ver con trabajos del ocultismo o de brujería no tenga efectos y que el reino de Dios venga a la Tierra, y que el amor de Dios corra por las calles de la ciudad, que es lo que todos necesitamos.

Si bien en estas fechas reforzamos nuestras oraciones, son cosas que hacemos todos los días, orar por la ciudad, orar por los gobernantes, orar por los centros educativos porque queremos que todo salga bien, queremos la bendición de Dios, queremos que la atmósfera de Salto cambie y que se respire paz, amor, que ya no se respire inseguridad, temor, que te tengas que andar cuidando de que no te vayan a embromar, que no te vayan a robar, o a traicionar, sino que podamos disfrutar de una buena convivencia.

Las empresas fúnebres deben hacer cumplir una forma
diferente de despedida con los seres queridos

Una visión fundamental sobre el tema del presente informe es el de las empresas fúnebres, por ello EL PUEBLO recorrió las distintas empresas de nuestro medio (La Salteña, Réquiem, Oliden) para dialogar con sus funcionarios, los que a diario cumplen un trabajo que ellos mismos califican como «siempre de urgencia, no de emergencia».
Pero además, este es un momento muy especial en tanto también, dada la pandemia, en este tipo de servicios se debe cumplir con un protocolo especial de actuación para prevenir contagios. Así, estamos asistiendo a un tiempo en que la despedida con los seres queridos se hace de una manera diferente. Coinciden además los funcionarios con los que pudo dialogar este diario, en que su tarea implica que «se convive permanentemente con momentos dolorosos, por lo que hay que tener una gran sensibilidad para acercarse a una persona, o a un grupo de personas, y decirles: no pueden hacer tal o cual cosa, porque por la pandemia eso no está permitido»; porque «uno tiene que pensar que para nosotros es algo normal, del trabajo de todos los días, pero para la otra persona puede ser ese el peor día de su vida, quizás se le murió el padre o la madre, o un hermano, y uno viene a decirle que no comparta un vaso, que no tome mate, o que trate de mantener distancia con los demás…no es fácil».


REGLAMENTO A PARTIR
DE MARZO

Apenas alguien llega a cualquiera de estas empresas, encuentra sobre las mesas, pegados en las paredes, en las puertas, etc., letreros en los que puede leerse un Reglamento de actuación. El mismo es resultado del Congreso de Intendentes, y tiene fecha 16 de marzo de 2020, es decir enseguida de haber aparecido en el país los primeros casos confirmados de Covid 19.
Más allá que el texto es compartido seguidamente con nuestros lectores, EL PUEBLO también consultó a quienes trabajan en estos servicios qué acatamiento tuvo en la población, qué tan aplicable resulta y qué comentarios les merece.
Ese documento expresa textualmente lo siguiente:
Protocolo de asistencia a empresas fúnebres por disposición del gobierno Departamental. Artículo 8 del Congreso de Intendentes.
-Se suspenden los velatorios públicos. Se exhorta a las empresas funerarias y a los particulares que a los sepelios no se admita la concurrencia y acompañamiento de personas que no sean familiares directos del fallecido mientras dure la emergencia sanitaria.
-Deben usar tapaboca todas las personas que concurran a los velatorios.
-Sólo se admite el ingreso a familiares directos (primer grado de consanguinidad).
-Sólo se admite ocho personas por sala velatoria.
-La duración del velatorio debe reducirse al mínimo posible (máximo 4 horas).
-No se puede manipular alimentos ni tomar mate dentro de la empresa.
-El aire acondicionado no estará funcionando.
-Todas las personas deben registrar en una planilla número de cédula de identidad, de celular y domicilio.
-Las personas mayores de 65 años no deben concurrir a los velatorios (sólo familiar directo).
-Las personas que concurran a las salas velatorias no podrán estar más de 15 minutos. En el caso que decidan quedarse, será en los lugares que estén al aire libre.
-Se debe mantener la distancia de seguridad de 1.5 metros.
-En los vehículos que van en el cortejo de la empresa, sólo podrán ir dos personas por auto.
-La empresa se reserva el derecho de admisión y le podrá pedir a las personas que no cumplan, que se retiren de la empresa.

VÍCTOR PACIN (EMPRESA RÉQUIEM): SON MÁS BIEN EXHORTACIONES, NO
PROHIBICIONES

En Réquiem, su encargado Víctor Pacin, recibió a EL PUEBLO y comenzó el diálogo comentando que el rubro de Empresas Fúnebres maneja ese reglamento y que ante una inspección realizada hace poco tiempo, esta fue una empresa que cumplió cabalmente con todo lo requerido, lo que es posible porque «tenemos las características para poder cumplir», algo que reconoce no pasa en todas, «a algunas les cuesta aplicar el reglamento por cuestiones de logística», expresó. De hecho, al conversar con personas allegadas a otras empresas, asumen que es imposible que todas cumplan de la misma forma, sino que cada una adapta los reglamentos a las posibilidades de sus propias características edilicias.
Réquiem «es una empresa que se puede abrir por dos lados. Además tenemos living grande, dos aires acondicionados también grandes que no los prendemos pero abrimos las puertas de los costados, entonces es una empresa que está ventilada continuamente; esto hay otras empresas que no pueden hacerlo», dijo Pacin.
-Coméntenos ese reglamento…
En definitiva, como se verá, dice que todos deben usar tapaboca; que solo se admite el ingreso de familiares directos, es decir en el primer grado de consanguinidad; que solo se admite determinado número de personas por vez adentro de la sala velatoria; la duración del velatorio se pide que no se extienda más de 6 horas, normalmente en ese aspecto no hay inconvenientes porque las personas no quieren más tiempo que ese, lo máximo que puede pasar es que si la persona fallece de tarde estén hasta 10 u 11 de la noche y después se abre de mañana dos horas antes (del sepelio), o sea que realmente se cumple con eso; no se puede manipular alimentos ni tomar mate dentro de la empresa, esto es para que no se comparta, algo que era bastante común porque el vínculo muchas veces lo generaba el mate; que los vehículos no vayan con más de dos o tres personas; el aire acondicionado no debe estar funcionando, lo que nosotros hicimos en el invierno, en acuerdo con el Ministerio de Salud Pública, con Rosita Blanco particularmente, fue que cuando sabíamos que venía un servicio calentábamos el lugar, el living, y después apagábamos el aire, para que la gente al entrar estuviera con una temperatura más agradable. Ahora no, con esta temperatura está ideal, y si vemos que entra más gente de lo común abrimos todo. Otra cosa a destacar es que hay allí adelante (en el ingreso a la empresa) un atril con todos los implementos sanitarios y la gente al ingresar se registra con nombre y número de teléfono. Pero hay que dejar claro que todo es un exhorto, no es una prohibición, nosotros no somos policías para estar prohibiendo cosas, pedimos simplemente por favor que se cumpla con la reglamentación, para que nos cuidemos entre todos.
-¿No han tenido problemas por ejemplo con gente que se resistiera a cumplir determinada norma?
Honestamente no he tenido problemas acá adentro. Pasa sí que la gente no se da mucho cuenta y de repente encontrás a una persona de 80 años que vienen a un velatorio y no es pariente directo, es una vecina por ejemplo, no correspondería que viniera, entonces le explico: usted no debe salir de su casa, está en zona de riesgo…Son ese tipo de cosas que suceden, pero muy poco, son casos muy puntuales.
-En cuanto a medidas a tomar para el cuidado de los funcionarios, ¿qué puede decir?
Siempre tuvimos todas las medidas, siempre hemos tomado todas las precauciones, con Covid y sin Covid, claro que ahora más. Todos los funcionarios tienen túnica, sobretúnica, gorro, tapaboca, guantes, doble guante, zapatones, absolutamente todo. Por supuesto que el Ministerio de Salud Pública en caso que exista algún fallecido que tenga alguna enfermedad contagiosa nos avisa, eso funciona muy bien.
-¿Cómo fue la inspección que recibieron?
Vino una persona del Ministerio (de Salud Pública) y revisó absolutamente toda la empresa, si había la cantidad suficiente de gel, de guantes, alcohol, si estaba la información con los protocolos en todas las salas…estuvo un rato largo y no tuvimos ningún inconveniente, al contrario, teníamos cosas de más, y de hecho me dejaron una constancia de que habían encontrado la empresa en excelentes condiciones en ese aspecto.
«UN SERVICIO DIGNO,
HUMANO Y EMPÁTICO»
Ante todo, como lo enfatizó en varias oportunidades, para Pacin, «en realidad, lo importante es que el propósito de la empresa es brindar un servicio digno, humano y empático, honrando la vida de las familias que confiaron en nosotros».

EMPRESA OLIDEN:
«HUBO GENTE QUE AL
PRINCIPIO SE MOLESTÓ
UN POCO, PERO DESPUÉS TODOS ENTENDIERON
PERFECTAMENTE»

Los varios funcionarios de Empresa Oliden que hablaron en esta ocasión, contaron que ante las nuevas medidas que se debieron empezar a aplicar desde que apareció el Coronavirus «hubo gente que al principio se molestó un poco, pero después todos entendieron perfectamente». Entre las cosas que más costó entender fue «por ejemplo que hay que ir rotando entre quienes están adentro de la sala (velatoria) y quienes están en el hall y en la vereda incluso; pasa a veces que vienen personas que quieren entrar todas juntas, y es entendible, pero se les explica que no es conveniente, que mejor entren algunos y otros esperen, y por suerte la gente lo entiende bien».
En cuanto a la molestia que en algún momento causaron las nuevas medidas, explicaron los trabajadores que «en gran parte se daba al comienzo de la pandemia y seguramente porque no se sabía

mucho del tema, fíjate que había gente que nos decía: ¿cómo que no se va a poder hacer tal o cual cosa si él (el fallecido) no tenía Covid? Entonces había que hablar con la gente y explicar todo el tema de las aglomeraciones y los contagios, que nada tienen que ver con la persona fallecida. Pero de a poco se fue conociendo más sobre el Coronavirus y la gente fue entendiendo mejor, y aceptó las medidas sin problemas».
Entienden que «el reglamento en que nos basamos es completamente aplicable, se lo aplica sin inconvenientes, claro que siempre depende un poco de las características de cada empresa, nosotros tenemos como algo a favor que este edificio cuenta con espacios abiertos, patios, y eso ayuda mucho».

EMPRESA LA SALTEÑA: LA GENTE ACATA PERFECTAMENTE LAS MEDIDAS
En la empresa La Salteña, el funcionario Fernando Rodríguez De Lima, atendió cordialmente a EL PUEBLO y manifestó su concordancia con lo expresado por sus colegas de las demás empresas, en cuanto a que el protocolo que se debe cumplir «es aplicable y ha sido acatado perfectamente por todas las personas».
Cuando se le consulta sobre los principales cambios que debieron implementar desde marzo, le viene a la mente lo siguiente: «en principio el horario, eso se tuvo que acotar; además de la menor cantidad de personas en los velatorios, porque no es conveniente que haya más de 25 personas, aunque lo hemos hablado con la Dra. Rosa Blanco y veíamos que si hay una familia muy numerosa por ejemplo, eso es algo que se puede adaptar. Después lo que ya se sabe: que la gente se registre, que no se comparta comida sobre todo para que no se armen reuniones, que los vasos para el café sean descartables, que en vez de aire acondicionado se utilice como calefacción solo la estufa a leña o la eléctrica…y siempre ventilar permanentemente los espacios».
Otro de los cambios más notorios que resalta Fernando es el hecho de que «la empresa tiene que estar cerrada entre la hora 24 y la hora 6, o sea durante toda la madrugada. Esto ha llevado, para contar una anécdota, a que una persona nos llamó para informar que había fallecido el esposo, era la 1 de la madrugada más o menos, y como no habría velatorio hasta el otro día, nos dijo que no fuéramos a buscar el cuerpo enseguida sino que lo dejáramos en la casa nomás hasta que se pudiera habilitar el velatorio, como para no dejarlo solo, para tenerlo en su casa más tiempo…ese tipo de cosas han pasado».

CEMENTERIO CON
HORARIO «INCÓMODO»

Un punto que merece ser destacado, porque lo mencionaron desde todas las empresas con las que se entrevistó EL PUEBLO, es el del horario del Cementerio Central. Ese horario es de 9:00 a 15:00, y los trabajadores de las empresas coinciden en que «es muy acotado y resulta incómodo»; sostienen que «debería empezarse a las 8:00 quizás y tal vez extenderlo más en la tarde, sobre todo ahora que los días empiezan a ser más largos, para tener más comodidad en poder distanciar más los sepelios».

«Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y tenemos nuestros propios
mecanismos para vivir con el dolor»

Lic. Silvia Correa – Psicóloga

Es necesario que exista el duelo más allá de la forma en que se lo viva? El duelo por la partida de un ser querido, ¿es igual para toda persona o depende de cada uno? ¿Es una cuestión cultural, espiritual o social? Dichas preguntas que muchísimas veces nos realizamos, fueron respondidas desde la mirada psicológica a EL PUEBLO, por la Lic. Silvia Correa, quien resaltó que, la mayoría de nosotros «puede superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, ahí es que nos damos cuenta que los seres humanos, tenemos una gran capacidad de resiliencia».

El duelo por la partida de un ser querido, ¿es igual para toda persona o depende de cada uno?
Nunca podría ser igual para todos, partiendo de la base que todos somos diferentes. Y depende mucho del tipo de vínculo que se tuvo con esa persona, y por sobre todas las cosas como fue la vivencia de esa relación.
La muerte de un ser querido causa un dolor profundo, inevitable.
Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y tenemos nuestros propios mecanismos para vivir con el dolor.
Aceptar la muerte puede llevar desde meses hasta años, oscila entre 6 meses a un año, cuando supera este tiempo podría ser patológico.
La mayoría de nosotros puede superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, ahí es que nos damos cuenta que los seres humanos, tenemos una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Si bien no existen recetas de superación de un duelo, el mismo se puede complicar y alargar en el tiempo por cuestiones de nuestra historia de vida, que se resignifican en el proceso de duelo.
Transitamos más o menos las mismas etapas: negación, la rabia, el miedo, la pena, la aceptación, pero algunos nos estancamos más en una o en otra, y algunos intentan tomar atajos, algunas personas requieren más tiempo que otra, otras lloran, recuerdan, transitan el duelo y salen reconfortadas, con más conocimientos sobre sí mismos, sobre el amor y el dolor.
En todo duelo hay una sensación de vacío, como que el otro se llevó todo (proyectos, momentos felices, sueños), al transcurrir, poco a poco, uno se va reconstruyendo con cosas propias, y esa sensación de vacío se termina.

¿Es necesario que exista el duelo más allá de la forma en que se lo viva?
Lo saludable es transitar por el dolor, superar sus diferentes etapas; querer tapar o saltear el duelo, no trae buenas consecuencias. El momento de pasarlo es ese, cuando el ser querido se marcha. Puede ser enseguida, puede llevarle unos meses el «caer en la situación», pero es ese y no otro. Transitar por el duelo, por la tristeza, no está mal; es parte de la vida.

Por el contrario, lo malo sería tapar el dolor, seguir «a toda máquina».
¿Por qué esto sería malo? Prácticamente es una de las frases de consuelo en un velorio «la vida sigue…» «hiciste lo que pudiste….» «hay que seguir adelante….» «él/ella querrían que siguieras con tu vida…..»
Es totalmente contraproducente tapar el dolor, porque a la larga va a aparecer; en otro acontecimiento de la vida, puede ser en otra pérdida. Puede ser en alguna circunstancia dónde racionalmente no la uniríamos al duelo que pasamos. Se puede estallar en una discusión inadecuadamente, se puede tener problemas con el dormir, puede comenzar una depresión, tener ataques de ansiedad. Y esto podría pasar tantos años después, que ha no ser en un proceso terapéutico difícilmente se encuentre el hilo conductor unido al duelo anterior no vivido.

¿Es una cuestión cultural, espiritual o social?
El duelo es un proceso de adaptación emocional posterior a la muerte de un ser querido. No creo que fuera calificable en si es cultural, social o espiritual, pero si que son factores que influyen en el duelo y en la forma de despedirse del ser querido.

Esta pregunta me parece, está más relacionada con los rituales alrededor de la muerte.
En Uruguay no tenemos grandes rituales, acompañar a familiares al velorio, y luego acompañar al entierro en cementerio.
Los uruguayos negamos la muerte, «de eso no se habla», se espera un milagro, pareciera que se creyera en que las personas amadas sean inmortales.
La espiritualidad de cada persona, cada vez más reconocida y valorada, es muy importante en momentos de dolor, como en momentos de alegría. La espiritualidad sin hablar de religiones sino el sentido más amplio. Todos somos uno, esta frase, que podría decirse cliché; si la analizamos es muy profunda.
Cuando un ser querido fallece, una parte de uno también se va, por un lado, y por otro, esa persona está en nuestro pensamiento, entonces no se va.
En otras culturas esto se vive de otra manera, las diferencias son netamente culturales.
Si vieron la película Coco, hermosa película, habrán visto el simbolismo de la muerte, mientras alguien lo pensara, seguía en el mundo de los muertos; cuando lo olvidaran desaparecía. Si investigamos el significado de la muerte en las diferentes culturas y momentos históricos, está lleno de rituales. El ritual tiene un valor simbólico necesario para la sociedad, tanto de dolor y muerte, como de acontecimientos festivos.

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