JORGE PIGNATARO
Este viernes que pasó, se cumplió un año más de la partida de Alberto Prósper. Se fue muy joven, con solo 36 años, el 9 de abril de 2017. Salteño, había nacido en junio de 1980. Estudió profesorado de Lengua y Literatura (en el CERP), fotografía (en el Fotoclub Uruguayo), música (con profesores particulares).
Se desempeñó durante el año 2013 como funcionario del Departamento de Cultura de la Intendencia de Salto.
Formó parte del Taller Literario Horacio Quiroga desde el año 2001 al 2005.
La reparación de computadoras y mantenimiento de páginas web fueron otras de sus actividades. Al día siguiente de su fallecimiento, en EL PUEBLO se leía: «Escribía poemas y cuentos y tenía encaminada una novela. Literatura, fotografía, música, son algunas de las cosas que estudió, en Salto y en Montevideo. Fue el suyo un espíritu de tan grande sensibilidad para el arte como seguramente habrá muy pocos.
Alberto podía quejarse de un precio elevado cualquiera (y entonces rezongaba, maldecía, como por tantas y tantas cosas que lo enojaban y le provocaban una rabia que no sabía ocultar), pero jamás protestaba por el precio de un libro, un disco, un cuadro, una entrada para un concierto o un espectáculo teatral. En todo eso invertía dinero con enorme satisfacción. También, hace tres o cuatro años, invirtió en la compra de un bajo, instrumento con el que algún tiempo caminó al hombro, pese a las dificultades que tenía para cualquier movimiento (dificultades que iban en aumento por una cruel enfermedad con la que luchaba a capa y espada desde hacía mucho tiempo)…Su sólida formación queda demostrada en un puñado de muy buenos artículos que publicó en un blog que desde Montevideo llevó adelante durante algún tiempo. Ese blog, con notas muy críticas, de gran valentía, llevaba por nombre «Salto y Yo», claro reflejo de aquel que aunque lejos de Salto se sentía siempre apegado a esta tierra.
Pero además, su fina cultura se manifestó, por ejemplo, en la excelente traducción al español que realizó de «El viejo y el mar», de Ernest Hemingway, y que fuera publicada por Ediciones Cruz del Sur en el año 2012…».
Los siguientes poemas fueron publicados en la revista Ámsterdam Sur.
No quiero que me busquen
en las fotografías,
que son un cuento.
No me busquen en el viento
porque no soy tiempo.
No me busquen junto al río
porque no soy un árbol.
No vuelvan a escribir mi nombre
cuando les suelte la mano.
ALBERTO PRÓSPER
AJEDREZ
Las sombras nos llevaron
por caminos sin casilleros
y en el afán
de no ser niños
nos perdimos del juego.
Otro día,
tal vez,
veamos la estrategia nuestra
en una partida
que no nos pertenece.
CASA
De vuelta en Montevideo
me encontré a mi hermano
colecciona besos ahora
De vuelta en Montevideo
me encontré con un muerto
y no sé su nombre
De vuelta en Montevideo
no encontré el río
Y no quise volver a irme
LIBRETA DE APUNTES
I
En este patio las sombras me recuerdan
unas plantas por aquí y a otras en un cantero de césped inglés
las reconozco por las masetas.
Las piedras ya no están pero las imagino bajo los pies
de un niño jugando a la pelota
II
Ya no reconozco ni a mis compañeras de escuela
a los colores no los encuentro
y no me animo a invitarlas a salir con este cuerpo
que no sabe bailar ni engendró hijos
y ellas siguen allí con sus uñas pintadas de rojo.
DÍAS
entre las hojas de mi libro camina un duende
hace cosquillas en mi pecho si lo recuesto
y es pesado y muerde…
tengo también un gato negro
que camina sobre mi cabeza
y me araña los ojos
los domingos
entre las sábanas de mi cama hay una piedra
con letras que no alcanzo a leer
Y aún me quedan días
muchos días