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martes, 4 de marzo de 2025
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Hablemos de violencia

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Estaba en duda si empezar esta líneas con palabras del Papa Juan Pablo II o de Eduardo Galeano; voy con ambos: «La violencia jamás resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas», dijo el Papa, y Galeano en una frase que se hizo famosa afirmó que “La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo”

Una pareja transita en moto por una avenida de la ciudad, cuando de pronto los hace caer otra persona que seguramente, consciente o inconscientemente sintiéndose poderoso y superior a los demás, hacía piruetas en su propia moto. Conclusión: una joven muerta, una familia destrozada, etc., etc. Es una pena que cuando analizamos casos como este, nos detenemos casi siempre en cuestiones vinculadas al tránsito (velocidad, señalizaciones, preferencias y cosas similares) cuando en realidad, se trata de algo bastante más amplio, más complejo y más grave: se trata de la violencia que permanentemente ejercen unos sobre otros.

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Hace meses y meses que se reclama el arreglo de determinada calle. Es luego que muere una persona por caer como consecuencia de un pozo en ese lugar, que empiezan a ponerse algunas manos a la obra para solucionar el problema de esos pozos. ¿Acaso no hay allí un enorme acto de violencia de unos sobre otros?

Cuando la semana pasada hablábamos, en esta misma página, de los varios quilos de comida que se tiran a la basura por día, en las escuelas uruguayas, ¿no es también eso una forma de ejercer violencia?

Y, como también decíamos la semana pasada, pensar que después ponemos el grito en el cielo cuando hay un intercambio de golpes de puño en la tribuna de un estadio de fútbol. Como si nos resultara algo lejano y extraño, como si estuviéramos asistiendo a espectáculos de violencia ajenos a nuestro entorno. Y como si esa violencia no fuera además, para muchos, un espectáculo en sí mismo que les da buenos réditos. Por eso planteábamos hace pocos días, que la violencia en torno a instituciones educativas, deportivas, en torno al tránsito y demás, están aquí a la vuelta de la esquina, muy cerca de cada uno de nosotros, lo que pasa es que no sale en la tele ni da ganancias mostrarla.

Es curioso asimismo ver, por ejemplo, a personas que todos los días miran horas y horas de informativos donde le muestran hasta los más mínimos detalles de guerras, ejecuciones, genocidios en diversas partes del mundo, y no se dan cuenta que esas mismas cosas son las que están ejerciendo una influencia incalculable en la acción de dos jóvenes que se agarran a golpes a la salida de un baile en la costanera, o en las piruetas en moto de quien no le importa llevarse una vida puesta en su carrera…Todo tiene que ver con todo, y en estos casos más todavía.

Pero propongo ahora detenernos a razonar sobre un artículo que consideramos de sumo interés, y que da noción del contexto en que vivimos, para precisamente analizar los hechos en su correspondiente contexto y no de manera aislada. Los siguientes párrafos que entrecomillamos, pertenecen a un trabajo de la organización mexicana Educadores sin fronteras – Educadores somos todos, y publicado en su propia página institucional hace algún tiempo:

La violencia en la sociedad que nos rodea. Para poder entender de fondo el problema es fundamental aceptar que un acto violento no se limita solamente a la agresión física. La violencia es todo aquel acto que se realiza con la intención de perjudicar a otros, la violencia más conocida es la física, pues es la que en apariencia deja más huellas (las cicatrices, moretones, etc.), erróneamente se llega a pensar que solamente los golpes representan un acto violento, sin embargo insultar, humillar y burlarse de una persona también representan violencia pues de manera intencional se busca hacer sentir mal al otro.

Con el paso de los años (y la evolución humana) se ha buscado contrarrestar la propagación de los actos violentos, movimientos importantes como la abolición de la esclavitud, la independencia femenina, el movimiento de “poder negro” realizado en los años sesentas en E.U.A (en contra de la discriminación por racismo) han hecho comprender a la humanidad que todos los seres humanos tienen derecho a una vida plena y libre de violencia. En la actualidad han surgido diferentes asociaciones y organizaciones como el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) que se dedican a combatir la violencia de no ser reconocidas y tratadas en un momento oportuno, se intensifican con el tiempo, lo que da resultado en un adulto violento. Esto no significa que todos los adultos violentos hayan presentado actitudes violentas en su infancia.

Afortunadamente, en la actualidad hay una preocupación general por detener la violencia, es importante que seamos capaces de identificar las actitudes violentas que se presentan a nuestro alrededor o incluso las que somos capaces de hacer nosotros mismos sin que nos demos cuenta. Solamente de esa manera podremos erradicar la violencia en nuestra sociedad. Comienza en tu casa, platicalo con tus padres y tus hermanos para que todos tengan en claro cómo resolver este problema. Si después de leer está guía te das cuenta que eres víctima de alguna actitud violenta, acércate a tus padres, profesores o ponte en contacto con alguna de las organizaciones dedicadas a combatir la violencia, lo importante es que todos comprendamos que la violencia puede y debe ser erradicada de nuestro círculo social”.

Está claro, ¿verdad? Violencia implica también, ahora que pienso, hasta los actos de corrupción a los que poco a poco, lamentablemente, nos vamos acostumbrando a que salgan a luz en los gobiernos, digo en todos los gobiernos, de derecha, de izquierda y de centro, nacionales y departamentales, uruguayos y extranjeros. No se salva nadie. Violencia es también, que las cárceles uruguayas se estén llenando día a día de mujeres pobres que se las encerró por llevar en sus bolsillos unos pocos gramos de droga, mientras los grandes narcos repletos de plata y poder siguen libres. ¿Usted se anima a explicarle estas cosas a niños de 4 o 5 años cuando preguntan por qué su mamá está encerrada en una cárcel? ¿Y se anima a explicarle esto mismo a esos niños pero cuando ya tengan 16, 18 o 20 años?

En fin, vaya tema, amplio, complejo, escabroso…

Pero ¿sabe qué? He decidido cerrar hoy esta página con el aporte que nos hizo un apreciado lector, se llama Héctor Curbelo Peña, es escritor y recitador, y estas líneas son de su puño y letra:

“El universo todo ha sido creado por una sucesión de acciones violentas. La gran explosión, el big bang, fue la culminación de sucesivas acciones violentas que se gestaron en esferas espirituales y que dieron lugar a la ruptura de la frontera físico-espiritual para dar comienzo a un nuevo espacio tiempo donde cohabitamos esos elementos violentos que forjamos esta situación que hoy nos toca vivir, apartados, encapsulados se puede decir en esta porción de espacio tiempo que llamamos universo.

Hay otras formas de existencia donde no hay violencia y está más allá de este universo material que ahora, circunstancialmente formamos parte.

No hay forma de erradicar la violencia, sino a través de nuestra propia evolución espiritual.

Un acto más de violencia terminará con este universo y hará que con él, se acabe la violencia. Para entonces habremos evolucionado lo suficiente para retornar a ese espacio tiempo de donde procedemos y allí, solo allí no existe la violencia, sino la paz y la verdadera felicidad”.

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