«Cuando la Inclusión nos Junta y Dignifica»
Fue el día internacional de las Personas con Síndrome de Down. En ese 21 de marzo en Buenos Aires, el encuentro no faltó, asistiendo quienes, en tantos casos, impulsan la inclusión en el área deportiva. El caso de Sportivo Rodó en Salto es un hermoso ejemplo a cabalidad. Por eso, la invitación le fue transmitida al presidente Gabriel Rosconi.
Compareció en la emotiva secuencia, resultó uno de los cinco expositores. Otro salteño como Ítalo Enrique «Yayo» Ortiz fue parte de la misión, en su calidad de embajador del Racing Club de Avellaneda integrado. Caudales de emociones, enfoque puntual en cada caso, y, sobre todo, el sentir colectivo que no se debilita cuando de la inclusión se habla.
El turno de Gabriel es ahora, para narrar a EL PUEBLO, la vivencia puntual. Lo que el viento no se llevó y las raíces afectivas siempre contempladas, porque, al fin de cuentas, el incluir se convierte en un acto de indestructible y vital humanismo.


«Este Pasado 21 de Marzo»
Este pasado 21 de marzo, en el día internacional del síndrome de Down, fui invitado por FEDETUR, una empresa de turismo inclusivo de Buenos Aires, quienes conocieron el trabajo social que realizamos en nuestra institución y querían una charla sobre cuál es nuestro proyecto, cómo lo llevamos adelante y los beneficios que ello ha contribuido a los chicos con síndrome de Down.
Es un orgullo tremendo que desde Buenos Aires valoren lo que hacemos acá en esta pequeña ciudad desde esta humilde institución para los gurises con síndrome de Down.
Desde 2021, vengo manteniendo contacto con gente vinculada a Racing y a Ítalo «Yayo» Ortiz, una persona que es oriunda de nuestro departamento y supo ser un gran jugador y gloria en Racing Club de Avellaneda.
A Fuerza de Pulmón
No ha sido fácil para mí, siendo que no tengo un apellido importante y soy de clase media trabajadora, por lo tanto, lo único que me ha llevado a captar la atención de esta gente es el trabajo social que vengo y venimos realizando desde hace ya varios años a marcha camión y a fuerza de pulmón, con gente amiga quienes se han sumado a mí y me han ayudado a hacer crecer un club que estaba sumergido en la miseria y, hoy día, es reconocido a nivel local, nacional e internacional.
De Aquellos Cuatro a Estos Más de 100
Pero eso se ha logrado a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio, tomando un club y abriéndolo a la gente que no tenía espacio en otro lado. Hoy día, hablar de Rodó es hablar de un trabajo social e inclusión. Simplemente soy Gabriel Rosconi, una persona que llegó a un club para resolver el problema desde adentro de la institución.
Así se hizo y se logró reflotar el club y sacarlo adelante. Fue un trabajo hermoso que se ha realizado, donde comenzamos cuatro personas y hoy quienes rodean el club son cientos de personas.
Sin dinero, sin apellido ostentoso, sin grandes apoyos, nos metimos en un club del cual somos hinchas de corazón para sacarlo adelante y nos propusimos cambiarlo y sacarlo adelante. ¡Lo logramos y vamos por más!
Personalmente, estoy orgulloso de poder haber logrado algo que ha contribuido a nuestra sociedad salteña, y, hoy día, ver tanta gente feliz por el solo hecho de haberles brindado un lugar en el mundo. Hablo de todos quienes han pasado por nuestro club: fútbol inclusivo, fútbol de amputados, clases de lengua de señas, espacios para todos.
Gracias a todos los que de una manera u otra han contribuido al crecimiento de Sportivo Rodó Fútbol Club. Este «gracias» es de corazón.
Ítalo Enrique Ortiz: Aquel «Yayo» de Saladero…

Sobre finales de la década de los 70, Ítalo Enrique Ortiz se sumó como uno más al plantel superior de Saladero y conformó un mediocampo selecto junto a Walter Vallejos y Rubén Suárez. La impronta del «Yayo», a la medida de un volante central, donde el talento se convirtió en credencial básica. ¡El talento del «Yayo»!
Más después, el pase a Cerro de Montevideo, para ser compañero de equipo de otro salteño: José Luis Cáceres, hermano de Domingo Rufino «Bomba» Cáceres.
Hasta que llegaría el tiempo de emigrar, con Ítalo arribando a uno de los cinco grandes de AFA: Racing Club de Avellaneda. Supo de logros en la entidad albiceleste, pero lo más saliente: se prolonga como parte de Racing. El «Yayo» nació en el año 1960.
«Si No Pasaste, Estás Rengo»
«¡Yo ni sabía a dónde venía! Nuestro contratista (representante) nos trajo a Buenos Aires en enero de 1984 sin saber a qué club iba a ir. Llegué a Racing junto a dos compatriotas. Un arquero llamado Pereyra y Ocampos, un wing izquierdo de Nacional. Los tres debutamos en un partido de verano en Mar del Plata contra Boca. Nunca olvidaré la actuación del Oso Pereyra. Gritaba «¡Mía!» y pasaba de largo. Perdimos 4 a 2».
«Racing te compromete y te enamorás. Pero también es como una mina que no te da bola. Como dice el Pato Fillol: si no pasaste por Racing, estás rengo. Es tan intenso que los hijos de todos los jugadores de aquel equipo son hinchas de Racing». (Textual de Ítalo Enrique Ortiz)
