Cuando terminó el partido, frente al micrófono de Radio Arapey, en plena cancha, Ramón Romero, Director Técnico de River Plate, junto a algunos jugadores, revelaron su estado de bronca y rechazo hacia la actuación de Robert Ledesma en dos momentos clave:
- La expulsión del golero Nicolás Sánchez a los 30 minutos del segundo tiempo.
- Los nueve minutos adicionados por el árbitro sanducero.
En el primer caso, desde River Plate sostienen que «ni siquiera hubo contacto físico». En el segundo, calificaron el tiempo agregado como «una exageración que no se entiende. ¿De dónde sacó nueve minutos?».
Además, apuntaron directamente: «Los perjudicados siempre somos los mismos, y los beneficiados son los menos y los de siempre».
Para el equipo de Ramón Romero, esta fue la segunda derrota consecutiva, lo que lo obliga a ganar los 9 puntos que restan para mantener alguna posibilidad.
De Sánchez-Fornaroli: cuestión central y la interrogante abierta
En la media hora del primer tiempo, una pelota en profundidad localizó a Valentín Fornaroli. El volante de Universitario quedó en un mano a mano ante Nicolás Sánchez, quien terminó desparramándolo.
El árbitro, considerando que se trataba de un último recurso defensivo, sancionó la infracción y expulsó al golero. La protesta inicial de Sánchez derivó en la de todo River Plate.
El video y la duda
Un aspecto central en la controversia es el registro en video de la jugada. La cámara captó el sector izquierdo de la acción, mientras Fornaroli intentaba ganar la posición por la derecha.
Sin embargo, no se percibe claramente si hubo contacto ilícito o no por parte del arquero. La imagen disponible no ofrece otro ángulo que aumente la perspectiva. Esto deja abierta la interrogante: ¿Fue falta o no?
Solo un testimonio franco de Sánchez y Fornaroli podría esclarecer la situación. No es un caso de fácil discernimiento. En un principio, muchos avalaron la decisión de Robert Ledesma, pero las dudas surgieron rápidamente.
Quienes defienden una postura u otra, francamente… ¿en qué se basan?
Será cierto, después de todo, que en el fútbol no existen verdades absolutas.