No se trata sólo de elegir con qué especies se va a forestar, sino que el tema de la forestación de la ciudad no es tan sencillo. Diríamos que lo primero es conocer debidamente las características de las especies a forestar y darles luego el mantenimiento adecuado.
Es este uno de los aspectos imprescindibles. Por supuesto que somos partidarios de las ciudades debidamente forestadas, con sus espacios verdes bien cuidados.
De lo contrario el riesgo es que pase lo que lamentablemente hemos visto pasar frente a los juzgados penales de Artigas 1080, donde el jacarandá se dejó crecer libremente y resulta obvio que un árbol de gran porte, y vigoroso como éste terminó levantando toda la vereda y sus raíces vigorosas se transformaron en un obstáculo para el tránsito peatonal.

A punto tal que desde hace años vemos que se optó por eliminar el árbol, pero no sus raíces porque para extraerlas se requeriría maquinaria pesada y quizás la interrupción del tránsito por varias horas.
En definitiva ha sido un evidente desacierto de varios períodos de gobierno, el que lo plantó, el que no creyó necesario darle los cuidados necesarios e incluso el que eligió esta especie sin conocerla debidamente.
Los antiguos fresnos de lento crecimiento tuvieron otros problemas. Fueron Atacados por insectos, que los carcomieron por dentro y terminaron cayéndose o quebrándose, total o parcialmente y demostrando que tampoco era la especie adecuada.
Lo mismo sucedió con los denominados “plátanos” que largaban un polvillo. O pelusa acusada de generar un montón de alergias.
Finalmente unos años más acá recordamos que se hizo algo acertado. Se encargó al Arq. Paisajista Leandro Silva Delgado la reforestación de la ciudad. Este eligió algunas de las especies que hoy adornan acertadamente la avenida Barbieri, los “Ibirapitáes” en flor le dan a esta una belleza y un aspecto inigualable.
Tampoco ignoramos la belleza de los lapachos rosados y amarillos que hoy se pueden ver en algunas cuadras de calle Larrañaga.
En suma existen muchas variedades que pueden usarse para la forestación de una ciudad, pero se debe conocer sus cualidades y sobre todo darles el mantenimiento adecuado para minimizar el daño que pudieran causar y sacar de ello lo mejor para que aporten belleza a la ciudad y sobre todo oxigeno y eliminación del anhídrido carbónico, además de la tan preciada sombra en los calurosos veranos del norte.
A.R.D.