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miércoles, 11 de junio de 2025
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Fijar los límites

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Diario EL PUEBLO digital
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Cuando analizamos las consecuencias económicas que va dejando la pandemia más allá de la salud, quizás lo más importante, pero no lo único, nos asustamos.
Máxime luego de leer que un grupo de técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado un trabajo titulado “aumento del poder de mercado de las empresas: problemas emergentes”.
Es que a nadie escapa que es en el comercio del barrio, pequeña y mediana empresa, donde primero impacta la parte económica de la pandemia. Precisamente la gente que ha quedado sin trabajo, la que ha sido pasada al Seguro por Desempleo, la que no vende y la que no es contratada por sus servicios y demás, adonde primero recurre es al comercio del barrio, adonde se lo conoce de toda la vida. El comerciante sabe que es un hombre o una familia de trabajo que siempre ha pagado sus cuentas.
Es que ahora no se sabe si podrá seguir cumpliendo y el comerciante se ve “obligado” a darle crédito, a arriesgar junto a quien le ha comprado siempre y ha pagado siempre sus deudas: luego viene la parte fea, esa familia o ese trabajador no siempre puede seguir honrando sus cuentas y por lo tanto tampoco el comerciante recibe su dinero.
En tanto las multinacionales que trabajan con tarjetas o al contado no tienen estos problemas, sabe muy bien a quien le fía, los bienes que tienen disponibles éstos y demás.
En cambio el pequeño comerciante es el primero que queda sin crédito, porque en este espiral tampoco él podrá abonar sus cuentas. Lo peor del caso es que como en toda circunstancia, quien se aprovecha de la situación es el capitalista de las multinacionales, porque el pequeño que se rebusca de algún peso “prefiere” gastarlo en las grandes firmas, donde no debe nada y no en el boliche del barrio, que le ha fiado y se ha “clavado” con la cuenta, porque sabe que el comerciante puede recriminarle…
Es una situación preocupante, no podemos caer en manos de las multinacionales, por la sencilla razón de que sería quedar a expensas del mercado y como sabemos este se rige por las ganancias.
Los sueldos, los puestos de trabajo, las personas mismo no son prioridad en el sistema y por lo tanto el índice de ocupación y la solidaridad social son aspectos que “no interesan” a estas compañías.
No queremos decir que no se precisan las multinacionales, sino que pretendemos fijar límites a su accionar. Hay aspectos que no se pueden dejar librados a la regulación del mercado, porque en este caso las consecuencias serían lamentables. El gobierno tiene la palabra.

A.R.D.

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