“La Fiesta”, Kalkañal Teatro celebra 30 años desenmascarando la esencia humana

En su trigésimo aniversario, Kalkañal Teatro Salto presenta “La Fiesta”, un nuevo experimento escénico que invita al público a despojarse de sus máscaras y participar de un ritual colectivo de vulnerabilidad, humor y autodescubrimiento.
La función será hoy, sábado 1° de noviembre, a las 20:30 horas en la Sala El Andén, un espacio emblemático de la cultura salteña.
Bajo la dirección de Néstor Chiriff, con las actuaciones de Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez, “La Fiesta” propone un juego teatral donde el error, la torpeza y la risa se convierten en vehículos de verdad. En este nuevo proceso de investigación escénica, Kalkañal vuelve a poner en escena lo que siempre lo caracterizó: una búsqueda sincera del ser, desde la honestidad y el riesgo.
KALKAÑAL TEATRO SALTO
presenta
- “LA FIESTA” – Compartir Escénico 2025
- 📅 01 de noviembre – 20:30 hs
- 📍 Sala “El Andén” (19 de Abril y Julio Delgado)
- 🎭 Actúan: Daniel Pavelesky / Pablo Sánchez
- 🎬 Dirección: Néstor Chiriff
- 💡 Luminotecnia: Luciana Mussetti
- 👗 Vestuario y gráfica: Ileana Mayer
- 🙏 Agradecimientos: Gabriela Pedetti y a todos los que formaron parte del proceso.
- 🎟️ Entradas: $300 o 2 por $500
- 📲 Anticipadas: 099 990 927
UN ESTADO DE FIESTA LUEGO DE UN PROCESO DE INVESTIGACIÓN
En el año de su 30º aniversario, Kalkañal Teatro Salto comparte un nuevo proceso de investigación con otros canales de comunicación, convocando a los participantes a un estado de fiesta luego de un año de indagación escénica.
Néstor Chiriff, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez dialogaron con el perfil de las propuestas anteriores, apostando a sorprender hacia la interna y obteniendo nuevos hallazgos dramáticos.
Dentro de las inquietudes artísticas se priorizó la actitud de apertura, vulnerabilidad y entrega a todo lo que ocurre en escena, con detenciones en el lenguaje característico del grupo, para luego ir a lugares donde el estado de duda se vuelve fértil.
El trabajo se centró en ser y tener, en recuperar lo que somos esencialmente, con todos nuestros defectos, y aceptarlos. Lograr una comunión, una conexión natural del ser humano y una nueva visión personal de la vida.
ESA DELGADA LÍNEA ENTRE REALIDAD Y FICCIÓN
“Como grupo, nos propusimos conjugar dos elementos: aquello que ocultamos —por exceso o por defecto— y, por otro lado, la seguridad de la máscara.
La máscara más pequeña es una delgada línea entre realidad y ficción. Nuestro yo íntimo y nuestras fabulaciones se mezclan frente a los ojos del público.
El fracaso, la torpeza, la ceguera ante el bien y el mal o la exageración de nuestras capacidades conectan con los participantes, que reconocen las suyas propias y se ríen de sí mismos cuando se ríen de nosotros.
Nuestra acción escénica parte de un estado de libertad total, donde se puede expresar y observar cualquier aspecto profundo con humor, sin herirnos ni avergonzarnos. Es la actitud la que lo exhibe y le da una nueva perspectiva a la autocrítica, una nueva herramienta para la introspección.
Para Kalkañal, la expresión es el primer paso hacia la integración. Darnos cuenta de aquello que ocultamos a los demás —y a nosotros mismos— abre el camino para asimilarlo como una parte más de lo que somos. Es el fin de una lucha, un aporte de paz”, señala el Grupo.

NUESTRO YO LIBRE DE ATADURAS
Interpretativamente, se trata de nuestro yo libre de las ataduras de lo correcto e incorrecto, emancipado de las expectativas propias y ajenas, desencadenado del deber y de la reflexión. Es pura espontaneidad.
“El juego nos transporta a un espacio donde cualquier cosa puede ocurrir y cualquiera puede existir. Nos permitimos jugar, ir de lo sencillo a lo complejo, buscando la conexión desde la honestidad, dejando fluir —cuando es orgánica— la estupidez y las ganas de descubrir algo nuevo.
Buscamos los momentos en que nos sentimos orillados a descubrir nuestro lado más vulnerable, dejándonos llevar, sabiendo que en esa apertura no hay salvación, no hay texto, no hay salida prefijada. Tomamos esta propuesta como una gran exposición: mostrar escénicamente las partes de nuestros cuerpos que nos gustan, las habilidades que no tenemos, nuestros lados más idiotas, más vulnerables y más estúpidos.
En cada proceso de Kalkañal Teatro Salto nos interesa correr riesgos, y “La Fiesta” significa una extensión de nuestra personalidad, una síntesis de lo que somos”, agregan.
ESE FASCINANTE MUNDO ENMASCARADO
“Es la máscara más pequeña del mundo, la que menos oculta, pero la que más revela”.
“La inquietud por las máscaras nos llevó hasta ese lugar: la máscara más pequeña del mundo. Llegamos a ella y nos sumergimos en su universo. Ser monstruoso y liminal, mitad niño y mitad adulto, mitad humano y mitad animal, que halla la alteridad en su propio interior, habitando y siendo habitado por un juego de identidades múltiples y esquizoides.
Su mayor desafío —aquello que anhela alcanzar al calzarse la máscara más pequeña— radica en reencontrar al niño que un día fue.
A veces, la máscara más pequeña del mundo incumple simbólicamente la primera regla del enmascaramiento: el disimulo, la metamorfosis, la posibilidad de ser otro. A través de la subjetividad y la autenticidad, potencia la transformación en uno mismo.
Como grupo sostenemos que pasamos gran parte de nuestra vida creando máscaras y aún más tiempo intentando quitarlas para descubrir cómo somos realmente bajo ellas. Al colocarnos la máscara más pequeña, las otras se desvanecen.
El objetivo de este proceso creativo es liberarnos de la permanente tarea de escondernos. El fracaso se convierte en victoria cuando provoca la risa, liberándonos por un instante de la asfixiante autocensura”.
“La Fiesta” busca establecer una conexión con algo que ya está en todos nosotros: nuestros rasgos más íntimos y ocultos —la ineptitud, la necedad, los prejuicios—, aquello que tapamos con nuestras máscaras cotidianas. Pero también con lo que insistimos en mostrar —la invulnerabilidad, la ecuanimidad o la dureza— y que quizás no nos define realmente.
A través del juego y una actitud conscientemente naïf, accedemos a rincones que manteníamos en la oscuridad o que iluminábamos demasiado, y se lo ofrecemos al público, mientras nos sentimos seguros tras la máscara más pequeña”.
LOS CLAROSCUROS SUELEN AFLORAR
“Al llegar a este punto del proceso, comprendimos que los claroscuros afloran naturalmente, sin condiciones: lo que parecía vergonzante se muestra con risa y ternura, ante nosotros y los demás. La invitación de Kalkañal con “La Fiesta” es a vivenciar las disrupciones que cortan los climas, burlan la angustia y los sentimentalismos, para desenmascarar una y otra vez el truco detrás de la magia. Desde seres desconsolados —ni buenos ni malos—, abandonados a su suerte, aferrados al ritual de cada noche: el ritual de esperar al público, de ser “diferentes”, “deformes”. Atrapados en una historia doble y en espejo”.
ESTÁN TODOS INVITADOS
La invitación final es llegar en estado de fiesta, a disfrutar sin predisposición intelectual. Se trata simplemente de teatro y percepción.
En “La Fiesta”, el teatro vuelve a ser espejo y rito: una ceremonia donde el público es invitado a mirarse sin el peso de la perfección, a reconocer la belleza de lo torpe y lo esencial de lo imperfecto.
Kalkañal, fiel a su espíritu de vanguardia, convierte la máscara más pequeña del mundo en símbolo de revelación: la que menos oculta y, paradójicamente, la que más revela.
Treinta años después, el grupo reafirma su convicción de que el arte no solo representa la vida: la expone, la desnuda y la celebra.









