Edil Pablo Williams
Coord. de bancada CORE
Partido Nacional
Escuchar a la gente no fue solo un ejercicio de campaña: fue el punto de partida de un compromiso que hoy, como gobierno, estamos honrando con hechos. Cada recorrida, cada conversación y cada reclamo nos marcó con claridad cuáles eran las urgencias y hacia dónde debíamos dirigir nuestro trabajo. Hoy podemos asegurar que nuestro norte es claro y que ya comenzamos a transformar los aportes en acciones concretas, porque gobernar es hacerse cargo, no mirar para el costado.
Los cambios que Salto necesita no pueden esperar. Y cuando hablamos de cambios, no nos referimos únicamente a la obra pública (tan necesaria para el desarrollo del departamento) sino también a un cambio profundo de actitud. Pasar de una lógica reactiva, que llega tarde y mal, a una forma de actuar proactiva, anticipatoria, cercana y responsable. Un estilo de gestión que desde el Ejecutivo y el Legislativo se contagie a todos, que inspire y que modifique la percepción que propios y ajenos tienen sobre Salto: sobre lo que es hoy y, sobre todo, sobre lo que podemos llegar a ser.
Cada avance que logramos confirma que escuchar valió la pena y que la confianza depositada por la gente se honra trabajando todos los días. No se trata solo de administrar, sino de transformar; no de responder cuando el problema ya explotó, sino de adelantarnos, planificar y actuar con visión. Por eso impulsamos procesos más ágiles, equipos más coordinados y una gestión que mira el largo plazo sin descuidar lo urgente. Sabemos que cuando el estado funciona, la vida cotidiana mejora: el barrio se ordena, la obra llega, el trámite se simplifica, la oportunidad aparece. Ese es el círculo virtuoso que queremos consolidar, un gobierno que no se encierra, que no se justifica, que no se paraliza, sino que avanza con la convicción de que Salto merece más y puede mucho más. Cada paso que damos reafirma que el cambio no es un eslogan: es una forma de trabajar y de asumir la responsabilidad pública con seriedad y compromiso.
Salto empieza a verse a sí mismo con otros ojos: no como un departamento detenido, sino como un territorio que se anima a proyectar, a mejorar y a crecer. Y ese cambio de percepción es tan importante como cualquier obra, porque abre puertas, genera confianza y trabajo, y construye futuro.
Responsabilidad y eficiencia siguen siendo nuestros pilares. No porque suenen bien, sino porque son indispensables para marcar una diferencia real. Hoy no solo tenemos la posibilidad: tenemos la urgencia de consolidar un gobierno moderno, transparente y capaz de mejorar la calidad de vida de todos. Ese es el camino que estamos recorriendo, con convicción y con la serenidad de saber que cada paso suma.
Y en este cierre de año, quiero recordar las palabras de Wilson Ferreira Aldunate:
“Si fracasamos, no echemos la culpa a otros. Será exclusivamente nuestra culpa. Estoy seguro de que no vamos a fracasar. Y es en este espíritu que el Partido Nacional le desea a todos los orientales, una feliz Navidad y muy feliz Año Nuevo. Miren que no les digo próspero. Nunca me ha gustado mucho eso de medir la felicidad en términos materiales. La prosperidad es condición necesaria pero no es suficiente para la felicidad. Entonces, nuevamente, Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, deseémonos todos a todos.”
Por esa misma huella vamos.
Que tengan todos un muy feliz año nuevo.