Uruguay vive una situación preocupante en materia de maltrato animal. A pesar de contar con una normativa específica, la Ley Nº 18.471 de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de Animales, los hechos de crueldad hacia perros, gatos y otros animales siguen ocurriendo con frecuencia, mostrando un vacío entre lo que la ley establece y lo que efectivamente se aplica.
El Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) recibe en promedio unas 540 denuncias por mes. Sin embargo, apenas cuenta con tres funcionarios para atender todo el interior del país. Este dato evidencia una grave falta de recursos humanos y materiales que limita la posibilidad de actuar con rapidez y eficacia frente a cada caso. La ley prevé sanciones que pueden alcanzar hasta quinientas unidades reajustables, pero esas cifras pierden sentido cuando no hay presencia institucional suficiente para controlar, fiscalizar y sancionar.
El maltrato animal no puede ser visto como un problema menor ni aislado. Diversos estudios demuestran que detrás de la violencia hacia los animales suele haber violencia intrafamiliar. El mismo impulso destructivo que se ejerce sobre un ser indefenso muchas veces se repite dentro del hogar, afectando a mujeres, niños y personas mayores. Por eso, abordar el maltrato animal es también una forma de prevenir otros tipos de violencia social.
El Estado tiene el deber de garantizar la protección efectiva de todos los seres vivos que habitan en nuestro territorio. Pero la responsabilidad no recae únicamente en las instituciones: cada ciudadano tiene el compromiso moral de denunciar, de no callar ante el abuso, y de comprender que tener un animal implica respeto, cuidado y responsabilidad.
Uruguay necesita fortalecer su política de bienestar animal con más recursos para el INBA, más personal en territorio, mayor articulación con la justicia y con los servicios de protección social, además de una revisión legislativa que incorpore verdaderas consecuencias penales para los casos de crueldad.
Defender a los animales no es un gesto sentimental, es un acto de justicia y de humanidad. Ellos no pueden hablar, pero la ley y la conciencia humana deben hacerlo por ellos. GECS.
Fuentes: Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), El País (setiembre 2025), Telenoche Canal 4 Montevideo (octubre 2025). Estudios de la Asociación Internacional de Psicología Forense sobre vínculo entre maltrato animal y violencia doméstica.





