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martes, agosto 12, 2025

Ellos lo padecieron : Covid-19

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Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/vy7r

«A la gente le digo: a cuidarse y vivir cada minuto como si fuera el último»Juan Rosas

Sorprendentemente nuestro entrevistado contrajo el Coronavirus, siendo una de las personas que, desde el inicio de la pandemia adoptó sistemáticamente todos los cuidados indicados por las autoridades sanitarias, tanto en el ámbito laboral como en el personal. De todas maneras, como él mismo contó a EL PUEBLO, se enfermó, y ahí supo valorar tras una impuesta reflexión, las «pequeñas cosas, sobre todo la familia».
Compartimos con ustedes la entrevista realizada para el presente Informe a Juan Rosas.

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¿Cuándo y de qué manera se enteró que era portador del Coronavirus?
Me entere de la enfermedad, por un compañero de trabajo, que dio positivo, y tuvimos que hacernos un hisopado. Esos días, me aislé y fueron de estresantes… los miles de intentos para comunicarte y coordinar, hasta no saber el resultado. Ahí recién caí… creía q no tenía nada. Bueno, los miedos y el cuidarse para no afectar a los integrantes de la familia. Fuertes dolores en el cuerpo, dolores de cabeza, fiebre, diarrea, etc. Fue parte de lo vivido (no se lo deseo ni a mi peor enemigo).

¿Satisfecho con la atención médica?
Del servicio de salud no tengo más que agradecer; cuando me asignaron un médico se reportó muy humana, pude calmar mis miedos y plantear mis inseguridades y sobrellevar el momento.
Lamento que la gente no tome conciencia ni valore el esfuerzo que se realiza por parte de los enfermeros, médicos, etc.
Gracias a Dios dentro de lo mal que pasé, no estuve internado ni con problemas respiratorios como otras personas que conozco. El dolor por mucha gente que conocía que falleció, y el dolor de familias destruidas por esta pandemia.

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¿Dejó este proceso algún aprendizaje?
Seguramente tendremos que aprender a convivir con el riesgo de la enfermedad por mucho tiempo, donde debemos cuidarnos, para poder disfrutar de las pequeñas cosas, sobretodo de la familia.
Creo que esta pandemia, sacará lo mejor y lo peor de las personas. Esta situación cortó a todos, de una u otra forma, quien no lo vivió tiene un familiar, un amigo, compañero de trabajo, vecino o conoce a alguien pero, no tiene empatía con la situación, lamentablemente te estigamatiza.

¿Qué mensaje daría?
A la gente le digo: a cuidarse y vivir cada minuto como si fuera el ultimo. Disfrutar de las pequeñas cosas, no dejar para mañana e ir tras sus sueños.
Nunca pensé pasar por esta situación; me cuidaba mucho, limpiaba todas las superficies en el trabajo. Solo salía de casa al trabajo, hasta cambié cosas en el día a día, no iba a supermercado porque había mucha gente; compraba en el almacén de barrio. Me amigué con el tapabocas, al principio no lo usaba, después lo adopté, pero igual me enfermé. Pero el cuidado personal es clave.

“Esto, si sigue o se va deteniendo, depende absolutamente, pura y exclusivamente de nosotros”

Ignacio Anzuatte

En diálogo con EL PUEBLO, Ignacio Anzuatte, narró su encuentro con el COVID 19, sosteniendo que el estar alejado del mundo tras la cuarentena, lo llevó a valorar más lo que ya tenía como esencial, el compartir con los seres queridos los buenos momentos. También enfatizó en destacar las secuelas que quedaron a días de haber sido dado de alta, y la gran responsabilidad que supone el estar al lado de personas mayores por quienes, deben aumentarse los cuidados para protegerlos.

“NO FUE FÁCIL ENTERARME DE QUE ERA POSITIVO”
Yo comencé a tener muchísimo cuidado a principios de febrero, momento en el cual, si mal no recuerdo, Salto tenía menos de 100 casos, alrededor de unos 50 o 60 y a mí ya me preocupaba la situación, por lo cual decidí quedarme en mi burbuja nomás, me veía solamente con mi novia, mi familia y mi trabajo. Decidí esto, sobre todo, porque a nosotros los jóvenes, en un principio como que esto no nos hacía mucho daño, pero después sí, y han fallecido personas jóvenes, pero, sobre todo me cuidaba por las personas mayores que me rodeaban como mi padre, mi madre, los padres de mi pareja y sus abuelos. Igualmente, no quería llegar a pasar por eso. Desde ese momento hasta ahora, después de haber tenido el Coronavirus, sigo con esa metodología, y en esa burbuja.
En marzo comenzaron las clases y tuve que agrandar esa burbuja, siendo las salidas de casa al trabajo, a clases, cumpliendo en este último caso con todas las disposiciones, hasta que dejaron de ser presenciales.
Lamentablemente en el mes de abril, por un contacto con un caso positivo tuve que estar aislado, pero por suerte di negativo, y bastó para que no me gustara estar en ese encierro obligatorio. Por eso recurrí a tomar más precauciones, usar más aun el tapabocas, lavarme más las manos, etc.
Hasta que, el domingo 25 de abril, por la noche, comencé a sentirme un poco resfriado, Pero creí que era por cómo había dormido, y no le di mucha importancia. Por la tarde, me llamó un compañero de trabajo para decirme que al otro día no asistiría al mismo porque sentía los síntomas, y se me activó la alarma, y lo primero que pensé fue que estuve almorzando con la abuela de mi novia y quedé muy nervioso, pensando también en mis padres y en mis suegros. Me preocupó muchísimo. Una responsabilidad. Por eso, dos más dos es cuatro, y atando cabos, mi pareja me preguntó si sentía el olor de un perfume, y no lo sentía, teniendo la nariz tapada. Con preocupación mayor opté por colocar la nariz en el tanque de nafta de la moto y tampoco lo olí. Máxima preocupación. Finalmente, el compañero de trabajo dio positivo, y también yo. Llamé a mi prestador de salud y a la aplicación Coronavirus, me aislé, solicité el hisopado, haciéndomelo a los dos días, costándome muchísimo para que me atendieran, costó mucho.
Fue realmente duro haber dado positivo siendo que me venía cuidando desde hacía mucho tiempo y había tomado todos los recaudos. Fue duro por la gente mayor que me rodeaba y repito, es una responsabilidad. Suelo ser una persona tranquila pero, me puse muy nervioso. Fue difícil decírselo a mi madre.
Dentro de todo me molestaba estar encerrado teniendo muchas cosas por hacer afuera y no lo podía hacer. No es algo agradable. A mis padres los tuvieron que hisopar dos veces y por suerte dieron negativo. Mis suegros estaban vacunados. Gracias a Dios no contagié a nadie.
El 9 de mayo me dieron de alta, pero, hasta hoy, puedo decir que, no recuperé del todo el olfato, por ejemplo, y me duele el pecho cuando camino mucho. Durante la cuarentena lo que me dio en varias oportunidades fueron fuertes dolores en el pecho, una opresión, muy fuerte. Como si tuviera kilos encima del pecho, me costaba, también mucho respirar. También mucho dolor de cabeza, cansancio, sueño. Muy feo. En esos momentos ayuda mucho un mensaje de los amigos, de los conocidos, de los compañeros de trabajo y la verdad que recibí muchos. Eso se agradece. Ayuda un montón en el ánimo.

EL AISALMIENTO
Justamente lo feo del encierro, del asilamiento, es el encierro, el estar aislado de todo y de todos, por más que estemos en la misma casa con la familia. Es diferente cuando uno decide no salir por decisión propia, pero cuando es impuesto, por cuestiones ajenas que obligan, es feo, como estar en una cárcel, supongo. Yo soy una persona sencilla, que valoro muchas cosas, que me gusta apreciar el cielo, estar con mi familia, amigos, en tener una charla simple, en el por favor y gracias, estar sentado con gente o sólo, pero al aire libre y, acá, no me quedaba otra que ver el atardecer por la ventana.

MENSAJE
Como soy joven y tengo redes sociales, realmente me molesta ver grupos de jóvenes que se juntan los fines de semana sin ninguna precaución, compartiendo vasos, mate, me molesta y preocupa, porque parecería que se cuidaban más cuando había menos casos que ahora. Hay que ser responsable. También he visto en lugares de trabajo funcionarios sin tapabocas, con absoluta desconsideración por los compañeros y la gente que atienden.
Por otro lado, también reconozco que hay cada día más gente que utiliza el tapaboca en la calle, por ejemplo. Bueno, eso es bueno y una excelente señal, aunque hace falta más precaución, como en los casos que dije anteriormente.
Si tuviera que dar un mensaje, diría que se cuiden, que cuiden a sus seres queridos. El haber pasado por la enfermedad, dado Covid positivo, en mi caso, por más que algunos dicen que tengo cierta inmunidad, me sigo cuidando y tomando todas las precauciones.
Esto, si sigue o se va deteniendo, depende absolutamente, pura y exclusivamente de nosotros.

Fabricio Broli: “El aislamiento me enseñó mucho por lo duro que pega, sobre todo a valorar las cosas simples de la vida”

Fabricio Broli tiene 47 años de edad, es empleado, y hace pocos días fue dado de alta luego de cursar el Covid 19. Su caso fue de paciente asintomático, aunque no quiere decir eso que no lo haya sufrido, remarca. Fabricio vive con su familia, la que se compone por su señora, su hijo (adolescente) y una perrita de 3 años. Así conversaba con EL PUEBLO para el presente informe:

-¿Cómo fue esta experiencia que pasaste?
Mi experiencia con el Covid-19 fue, si se quiere, de una convivencia amena entre ambos por la escasez de los síntomas. Comparado con otras personas yo fui totalmente asintomático en el transcurso de la enfermedad, Esto no quiere decir que no la haya padecido, porque a mi poco entender se divide en dos, la parte epidemiológica propiamente dicha y la psicológica. En mi caso particular la segunda tomó mayor protagonismo que la primera, ya que como dije anteriormente, fui asintomático y el único en mi casa que cursó la enfermedad, aún así el miedo a contagiar a mi familia estando aislado era constante, esperando el síntoma que por suerte nunca llegó. Vivo en un departamento, en un segundo piso, lo que hace muy difícil la convivencia estando infectado. Día y noche poniendo cuidado extremo en tocar algo, en limpiar todo lo que usara en la casa para no contagiar a nadie, son cosas cotidianas pero además, y a pesar de la saturación de información televisiva, escrita e informática llegué a la conclusión de lo poco que se sabe del virus y lo muy vulnerables que aún estamos, por más que los médicos hagan lo humana y profesionalmente posible para parar esto.
-Hablabas recién de lo psicológico; el aislamiento en sí ya es difícil en ese sentido…
El aislamiento me enseñó mucho por lo duro que pega, sobre todo a valorar las cosas simples de la vida como compartir una comida con mi familia, charlar con ellos, tomar un mate y conversar con amigos, cosas que debido a la velocidad y el vértigo en los que vivimos habitualmente van siendo postergadas.
-¿Cómo fue la atención médica que recibiste?
Por suerte tuve una atención médica telefónica muy buena, muy humana y me contuvieron mucho. Aprovecho para agradecer a todos los médicos y personal de la salud que estuvieron conmigo durante la enfermedad, ellos son los que verdaderamente tiran del carro en esta situación de incertidumbre.
-Y a la gente en general, la que está leyendo esta nota y que de repente tiene dudas sobre esta enfermedad, ¿qué le dirías?
También aprovecho para decirle a la gente que no baje los brazos, que siga con todos los cuidados de prevención, que esto va en serio y no es buena idea minimizar la situación, usar tapabocas, lavarse las manos, mantener la distancia, no alentar las aglomeraciones, es la mejor forma de cuidarse y cuidar a todos ya que como sociedad estamos todos expuestos. Este tema da para cortar mucha, tela pero no quiero extenderme más, espero por el bien de todos que esto termine pronto y podamos continuar con nuestra vida habitual, o por lo menos lo más parecido posible; cuídense, prevengan, infórmense, es la mejor forma de cuidarnos entre todos

María Carolina Olivera, de Pueblo Biassini: “Había momentos en los que parecía que no iba a poder… Es una experiencia horrible”

Aunque los primeros casos positivos que tuvo Salto se dieron en la capital departamental, casi inmediatamente comenzaron a propagarse por las diferentes localidades del interior. Precisamente una de las personas entrevistadas por EL PUEBLO para este informe, María Carolina Olivera, es oriunda de Pueblo Celeste, aunque reside desde hace varios años en Pueblo Biassini.
María es ama de casa, tiene 30 años de edad, es casada y son tres las personas que viven en su casa: ella, su esposo (Aldo) y su suegra (Iris). De hecho, la suegra también padeció la enfermedad al ser contagiada por ella a los cinco días de estar cursando la enfermedad, aunque los síntomas en su caso fueron bastante más leves que los de María, “solo un poco de desánimo, decaimiento y poco apetito”.
Hasta que no le tocó vivir el Covid 19 en carne propia, esta joven “pensaba que esto era un virus del que había que cuidarse, no mucho más”, nos cuenta. Pero le tocó a ella y entonces vivió “una experiencia horrible”.

-¿Cuáles fueron los principales síntomas que sintió?
Mis síntomas fueron muy fuertes, por ejemplo tuve vómitos, tuve dolor de cabeza fuerte, fiebre alta, mucha fatiga y tos, y necesité de oxígeno también porque me fatigaba horrible. Cuando me atacaba la tos y me fatigaba utilizaba el oxígeno. La verdad que la pasé muy mal, pero lo superé y acá estoy. Sé que hay gente a la que le da suave y a otros más fuerte, a mí me dio fuerte, pienso que fue tal vez porque no estaba vacunada. Por suerte no tengo otras patologías que me pudieran haber complicado, eso creo que me ayudó.

-¿Ninguna dosis de la vacuna tenía?
No, no tenía ninguna. Me dice el médico que ahora debo esperar tres meses para vacunarme

-¿Cuándo puntualmente le pasó?
Fue del 27 de abril hasta el 18 de mayo que estuve así… Estuve veintidós días encerrada. Mi suegra estuvo dieciséis días, pero yo un poco más porque fue más complicado. Lo común son unos catorce días.
-Sobre la atención médica recibida, ¿qué nos puede decir?
La atención médica estuvo muy bien, fui muy bien atendida. El médico fue Ramón Soto (Policlínica de Valentín), que todos los días me llamaba, me hacía video llamadas para que yo me colocara el aparatito en el dedo, que mide la oxigenación, y entonces él miraba y controlaba. Así él veía cómo estaba yo, cómo iba evolucionando.
-¿Siente actualmente algunas consecuencias, alguna secuela?
Quedé con secuelas sí, como dolor de espalda, dolor de cabeza, en los riñones también, no es lo mismo que antes, que hacía mucho más cosas, ahora ya las hago pero con dificultad. A mí la verdad que me dejó mal, muy mal.
-Más allá de los dolores físicos, ¿cómo fueron esos días de encierro?
El encerramiento es horrible también. Yo estaba encerrada en mi pieza y compartíamos solo el baño, siempre usando guantes. Pero yo me sentía como estresada, sentía como algo extraño en el cuerpo, y además el estar encerrada te hace pensar cosas malas también, como que te vas a morir… No es fácil, nada fácil. Pero gracias a Dios lo pude superar, uno siempre creyendo en Dios, que es el único que nos da la fuerza, porque había momentos en los que parecía que no iba a poder… Es una experiencia horrible en la que pensé que me moría, la verdad que es así. Pero gracias a Dios aquí estamos.
-¿Qué le dirías a la gente que está leyendo esto, a modo de sugerencias o consejos?
Que se cuiden mucho y que cumpla con todos los protocolos.
-¿Cómo está la situación allí en esa zona de Salto?
Acá hay unas cuantas personas contagiadas, esto es una cadena que va pasando y pasando, y solo Dios sabe cuándo se va a terminar todo

“Hay que entender que te puede tocar y chau”

Para Verónica Pellejero, periodista y escritora

Verónica Pellejero es periodista y escritora. Aún no sabe cómo se contagió de COVID 19, pese a cuidarse siguiendo todos los consejos sanitarios. Aquí comparte su experiencia con EL PUEBLO.

  • ¿Cómo se enteró que tenía COVID?
  • Me había estado doliendo un poco la cabeza y un día me desperté con la voz ronca, pero le resté importancia porque podía ser cualquier cosa. Pero ese día de tarde fui a prender un incienso, que es una práctica habitual que tengo, y cuando voy a oler la varita, que es algo casi de forma instintiva, me doy cuenta que no sentía nada, y ahí dije, ta, esto no es normal. Ahí dije que esto era COVID, y fui directamente al Hospital porque recién me daban de alta en el Centro Médico en mayo y esto fue el 14 de abril. Fui entonces al Hospital porque llamaba a algunos teléfonos que supuestamente estaban disponibles para este tema y jamás me contestaron. En el Hospital esperé un rato largo, había otras personas que estaban por lo mismo, y ahí cuando me atienden dije que sospechaba que tenía COVID, “¿y qué síntomas tenés?”, le digo que no siento el olfato, y me dice la muchacha, “ah, ¿solo eso?”, como diciendo, “¡ay señora, qué histérica!”. Me hisopa, y ahí cambió su actitud, se fue y volvió ya poniéndose guantes, y todo lo que se ponen, ahí me dieron el resultado que tenía positivo. Me volví para mi casa a hacer cuarentena.
  • ¿Cómo se organizaron en la familia?
  • Me encerré en el cuarto, que tiene una salida como tienen las casas antiguas que tenían el baño afuera, y me manejaba así, iba solamente del cuarto al baño y del baño al cuarto, me llevaban la comida y no tenía contacto con nadie. En el baño echábamos agua Jane, usábamos alcohol, lo mismo cuando me bañaba, esperaban un rato para entrar. De todas formas, a mi compañero a los pocos días también le dio positivo de COVID, y ahí se complicó un poco porque la idea era tratar de no contagiar a nuestra hija, pero en una familia es bastante complicado aislarse completamente cuando hay un montón de espacios que son de uso común. Hicimos todo lo que pudimos, y nuestra hija no se contagió. Ya después de los 8 o 10 días como que fuimos mucho más flexibles con las medidas de la casa, ya cocinábamos los dos y ese tipo de cosas, porque hay cosas que no podés dejar de hacer.
  • ¿Cómo pasó, tanto usted como su pareja, la enfermedad?
  • Él tuvo fiebre varios días, sudaba mucho de noche pasándola muy mal. Yo no hice fiebre ni nada, simplemente me sentía como con falta de aire, sin ser dramática, sobre todo por las noches, me sentía muy cansada. Los primeros días dormía bastante, estaba con sueño, asumo que el mismo cuerpo era el que estaba tratando de recuperarse por estar luchando con la enfermedad. Eso fue los primeros días, después ya me fui sintiendo un poco mejor, aunque sentía fatiga, un poco de dolor de cabeza también, pero fueron síntomas muy leves. Lo que más asustaba era la falta de aire, porque tenía una completa incertidumbre de cómo iba a terminar esa situación, porque no sabías si cada vez iba a ser más grave, y ahí quiero destacar eso, el factor emocional, porque es tanta la incertidumbre, porque a algunos les afecta muchísimo, a otros no les afecta nada, nunca sabés qué síntomas vas a tener ni como finalmente te va a afectar físicamente la enfermedad. Tampoco sabés cuáles serán las secuelas. Me pasó que, por ejemplo, la enfermedad en esos 15 días la transité muy segura, estable, sin ningún pensamiento negativo, más allá de la incertidumbre, pero sí la semana después que me dieron el alta, me cayó como un efecto emocional negativo de pensar cuáles serían los efectos adversos, porque yo seguía sin olfato, y me preguntaba cuánto tiempo esto seguiría así. Entonces, emocionalmente la etapa posterior la pasé mal, como un poco angustiada, después me recuperé.
  • ¿Así que no quedaron secuelas?
  • No, siento que no. De hecho, yo camino pila en el día y traté de recuperar eso. Obviamente que no volví al gimnasio, pero sí traté de caminar pila para tratar de ir recuperándome, porque también 15 días adentro de la casa encerrada, como que tu cuerpo se debilita al generar tremendo sedentarismo, más allá que la misma enfermedad ya te tira abajo.
  • ¿Qué mensaje dejaría a aquellas personas que aún no hemos pasado por esto?
  • Hay que cuidarse muchísimo, reducir al máximo la interacción social por más que duela, porque somos seres sociales y queremos estar en contacto con nuestros amigos, necesitamos estar en contacto con las personas que queremos. Esto ya va a pasar, en algún momento va a terminar y ahí vamos a poder recuperar esa vida que teníamos antes y que mucha gente bromea con esto de que éramos felices y no lo sabíamos. Y está bueno pensar en eso, todas las cosas que quizás antes no valorábamos tanto o nos parecían un poco triviales y que hoy las extrañamos un montón. Hace cuánto tiempo que no vamos a un recital, a ver una obra de teatro, a un cumpleaños. En algún momento vamos a poder recuperar todos esos espacios de interacción y de sociabilización con la gente que queremos y que apreciamos. No falta tanto, pero tenemos que cuidarnos, porque si empezamos a hacer esas cosas ahora, no vamos a terminar más con esta situación y se va a seguir cobrando vidas.

Eso es lo que puedo decir sobre las conductas personales, porque después hay un montón de decisiones que no depende de la gente, que depende del gobierno y que están fuera de nuestro alcance. También hay que entender que te puede tocar y chau, yo me he cuidado un montón y sin embargo me contagié, no tengo idea dónde, así que no hay que subestimar a la enfermedad.

“El proceso de la cuarentena fue bastante llevadero”

Ricardo Paulino dialogó con EL PUEBLO, destacando la importancia que tiene para poder enfrentar la situación por la que se atraviesa por la pandemia, es el cuidarse entre todos y continuar con las medidas preventivas.

“SOLAMENTE TUVE DOS SÍNTOMAS: PERDIDA DEL OLFATO Y DEL GUSTO”
Sinceramente mi caso no sé si fue especial o diferente al de los demás, dada la situación que yo estuve en contacto con un positivo y me aislé en mi chacra un jueves, desde el momento que me enteré. El día lunes me hicieron el test, dándome el resultado el martes, en el cual di positivo. Me di cuenta que tenía Covid, únicamente porque perdí el gusto y el olfato, esas fueron las dos cosas que sentí, los dos síntomas que tuve en todo el proceso, y que se notaban a la hora de la comida, con los olores. En la parte de la respiración no tuve inconvenientes, respiraba normal, bien, no hice nunca fiebre, prácticamente no tosí, tampoco, fue una vida normal, no generé cansancio en el cuerpo. Reitero. Me enteré que tenía Covid 19 porque el test PCR me dio positivo y porque perdí el olfato y el gusto.

PROCESO LLEVADERO
El proceso fue bastante llevadero, dado que hoy en día la comunicación por Zoom y con la empresa con una computadora me permitía estar on line, viendo las cámaras y viendo la realidad de lo que se hacía.
Uno se da cuenta de la necesidad que tiene de estar con gente, de convivir, de compartir, de charlar persona a persona, eso fue lo que más sentí en el proceso. Como que me faltaba estar con alguien, aunque podía mirar televisión, aunque podía hablar por teléfono, pero ese día a día de no ver personas fue lo que más sentí, dada mi situación de estar constantemente con diferentes personas a causa de mi ocupación.
No tuve ningún problema y reconozco que, fue muy llevadero el proceso. También, entiendo la situación que están viviendo muchos uruguayos, muchos salteños que la están pasando mal, y que sufrieron con la enfermedad a una escala que es muy preocupante.
En mi empresa, de 23 personas tenemos un promedio de 6 que tuvieron Coronavirus, y de esos 6, solamente uno tuvo un proceso bastante preocupante, ya que estuvo casi un mes en el proceso de recuperación. El resto tuvo una situación más llevadera, siendo como en mi caso, rápido, con poca tos.
Cuando me contagié, no tenía ninguna de las dos vacunas, sí estaba agendado para vacunarme pero no tenía día todavía. No puedo decir entonces que las vacunas me hayan ayudado a que mi situación fuera llevadera.
Ahora estoy esperando para inocularme por primera vez, darme la primera dosis, y, obviamente que, tampoco pude saber, por lo cual pregunté a la médica, qué sepa fue la que me contagió para saber qué grado tuve.
De todas maneras, aun habiéndolo teniendo, seguimos teniendo todos los cuidados. Acá en la empresa tenemos muchos vendedores, quienes están en contacto con los clientes, y estos con los suyos, y los consumidores, por lo cual estamos expuestos a un grado altísimo de posibilidad de contagios, y es por eso que seguimos con los protocolos tratando de llevarlos a la perfección, para que no nos suceda nada. Aunque siempre hay un pequeño bache que genera este tipo de contagio como nos pasó.
En la empresa los casos que hubo fueron todos externos, contactos generados afuera, no generados internamente, que conllevó que nos complicáramos un par de semanas en la logística y en el funcionamiento de nuestra estructura.

MENSAJE A TODOS LOS SALTEÑOS
El mensaje a todos los salteños, muy especialmente para los que están pasando la enfermedad, es que de verdad se cuiden y que traten de no pensar, pero sí de proceder con todos los cuidados que así, vamos a salir rápidamente de esta situación.
Desde el Centro Comercial estamos trabajando para poder llevarles soluciones a todos los comerciantes en estos momentos difíciles, y sabemos que nos va a costar unos meses más, pero vamos a salir adelante como siempre lo hicimos.

“Me empezaron a aparecer algunas pequeñas secuelas renales, que supuestamente se me van a ir. Tres meses después sigo peleando con la enfermedad”

Para Pablo Alves Menoni, Edil del Frente Amplio

El COVID 19 nos ha emparejado a todos, no hay con él de diferencias étnicas ni religiosas ni ideológicas, ni de si trabajás o estás desempleado. El virus no respeta a nadie y entra en nuestro organismo sin ser invitado ni pedir permiso. Pablo Alves es edil del Frente Amplio, y tanto él como a su esposa e hija tuvieron coronavirus, y comparte con EL PUEBLO su experiencia.

  • ¿Cómo se enteró que tenía COVID?
  • El COVID me lo detectaron el 13 de febrero. La verdad que fue una situación media rara porque yo había empezado de golpe una semana antes con síntomas, que era dolor muscular, fiebre y mucha tos. Al otro día me hacen el test y me salió negativo, pero a los dos días comenzó mi señora y mi hija con síntomas, le hacen el test y les sale positivo, entonces me lo vuelven a repetir a mí, y ahí sí me da positivo. Yo ya estaba en aislamiento porque tenía familiares con positivo, y para no contagiarme estaba aislado. Calculo que el primero fue un falso negativo o me lo contagié después de mi señora y de mi hija.
  • ¿Cómo se organizaron en la familia?
  • Procedimos a estar los tres juntos aislados del resto de los integrantes de la casa que son dos varones más. Lo que hacíamos principalmente era estar aislados y tener total cuidado con la desinfección, sobre todo del baño y que cada uno de los gurises usaran sus cosas personales aparte. Fue una situación muy complicada, pero por suerte los varones dieron negativo, incluso cuando nos dieron el alta a nosotros le volvieron a hacer el test a ellos y volvieron a dar negativo.
    La organización fue de lo más complicado porque por prevención me aislé yo, después cuando dio positivo mi señora y mi hija, se aislaron ellas en un cuarto, que incluso fue una situación re difícil para mí porque justo fue el cumpleaños de mi hija, por quien tengo una adoración especial, y tuve que saludarla por la ventana. Después cuando me da positivo, ya pasamos a estar los tres juntos, y podíamos salir un poco más en la casa, quienes se mantuvieron aislados fueron los dos varones, cada uno en su cuarto y tomando todas las precauciones. Ellos no salían de su cuarto si no era con tapabocas, y con desinfección con alcohol al entrar y al salir.
    Mi hija, que era por quien más miedo teníamos porque ella tiene una parálisis cerebral, fue la que pasó mejor. Después mi señora perdió el gusto y el olfato. El que pasé peor fui yo, que en el transcurso de la enfermedad no fue tanto, sino que lo bravo fue que hasta ahora, tres meses prácticamente después de la enfermedad, recién me estoy empezando a recuperar un poco la capacidad respiratoria. Al principio, caminaba dos cuadras y me cansaba, me tenía que sentar, y eso que soy una persona que no fuma, no toma, siempre hice deportes. Y ahora, tres meses después me empezaron a aparecer algunas otras pequeñas secuelas como renales, que supuestamente se me van a ir, pero son secuelas también del COVID. O sea que, tres meses después sigo peleando un poco con la enfermedad.
  • ¿Qué mensaje dejaría a aquellas personas que aún no hemos pasado por esto?
  • Lo que quiero dejar como reflexión es que hay que cuidarse mucho, tratar de bajar la movilidad al máximo posible. Sinceramente recomiendo la vacuna porque no le veo otra salida. Luego está la preocupación de que la inmunidad que uno agarra por haber tenido COVID no dura mucho tiempo, se calcula entre 3 y 4 meses. Tampoco es seguro que si ya tuviste, ahora que circula la brasilera, la P1, que sea inmune a esa. Pienso que es una situación muy difícil porque se te complica todo lo que es organización para la alimentación, para comprar los comestibles. Lo que rescato es la solidaridad de las personas que se acercaban o que uno le pedía que te hicieran un mandado y te lo dejaban por la ventana, que es lo que traté en este período que ya está terminando, el de la inmunidad que tengo por haber cursado la enfermedad, de retribuir ayudando a los que están pasando un mal momento y necesitan una mano.
    El otro tema que me deja preocupado es que tanto mi señora como yo tenemos trabajo fijo. El Instituto en el que trabajo me dio todas las posibilidades, por ejemplo, no me descontaron nada del sueldo, después me dieron la posibilidad de trabajar en casa o ir en horarios que no estuviera en contacto con otras personas, que hiciera mi trabajo y que me volviera. En el caso de mi señora ya fue diferente porque cobró medio sueldo porque BPS no te cubre los 3 primeros días y después te cubre una parte del sueldo, creo que es el 70%. Entonces, entiendo y me preocupa la gente que vive de la changa, la que no tiene un trabajo fijo y la que tiene que salir, sí o sí, a buscar el pan todos los días, porque uno dentro de todo está en una condición que puede llevarla mejor, pero hay gente que conozco y que ya llevan 4 veces haciendo la cuarentena, y que por suerte les ha salido negativo las 4 veces, pero vienen cobrando medio sueldo por todo ese tiempo que han estado encerrados. Todo trae un problema económico que en estos momentos es difícil de llevar.

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