La brecha de precios con Argentina se venía ampliando moderadamente en los últimos meses. En mayo de este año Salto estaba 14% más caro que Concordia y en la última medición correspondiente a setiembre la diferencia había subido a 35%.
Esto fue consecuencia de que el dólar en Argentina había experimentado una fuerte suba a partir de julio, que lo llevó al techo de la banda cambiaria en setiembre, y dio lugar a que el gobierno argentino tuviera que intervenir, vendiendo dólares y subiendo la tasa de interés, para contener dicha suba. Así y todo, fue necesaria la intervención del gobierno de Estados Unidos para contener al dólar en las semanas previas a las elecciones. El Tesoro norteamericano intervino directamente vendiendo 1.600 millones de dólares, en un hecho poco común.
En este contexto, el amplio triunfo que obtuvo el oficialismo en las elecciones del domingo descomprimió momentáneamente la situación, frenando tanto la fuerte suba que venía registrando el dólar en Argentina como el abaratamiento de dicho país en relación al nuestro.
El impacto de la política sobre la economía
La principal razón que explica la suba del dólar en la Argentina es que el gobierno, priorizando el control de la inflación, atrasó el tipo de cambio y postergó la acumulación de reservas internacionales que es necesaria para hacer frente a los compromisos de deuda a partir de 2026. Percibiendo este desajuste de la política cambiaria, advertida por varios economistas, los agentes económicos aumentaron sus compras y precipitaron una fuerte suba del dólar en los últimos meses. A esto, se sumó, probablemente, una demanda adicional de dólares asociada a la desconfianza que generaba un gobierno sin mayoría en el Congreso y que, en vísperas de la elección, acarreaba una derrota electoral reciente y varios reveses legislativos en los últimos meses.
El triunfo que obtuvo el oficialismo el domingo descomprime la situación en ambos sentidos. Por un lado, el gobierno se asegura el apoyo económico de los Estados Unidos, el que había quedado condicionado a un buen resultado electoral, y con ello otorga una mayor certeza en el cumplimiento de sus compromisos externos. Por otro, mejora su representación en el Congreso, lo que su sumado a su mayor disposición al dialogo con otros sectores políticos, excluyendo al peronismo, le otorga mayor gobernabilidad. Si bien ambos factores reducen la presión sobre el tipo de cambio por un tiempo, la principal causa que empuja al dólar al alza sigue subyacente.

El futuro próximo
En este sentido será muy importante ver si el gobierno argentino introduce o no modificaciones en su régimen cambiario. Si se mantiene la banda cambiaria como hasta ahora, ésta jugará un rol determinante para nuestro litoral de aquí en más. En efecto, habiendo llegado al techo de la misma, y en caso de seguir subiendo, el dólar solo se podrá deslizar hacia arriba 1% por mes. En la medida que en que la inflación argentina se resiste a bajar debajo del 1,5% mensual, es improbable que nuestros vecinos se abaraten mucho más en el futuro próximo.
Por tanto, en tanto se mantenga la banda cambiaria en Argentina, el litoral uruguayo estará a resguardo de que la diferencia de precios entre ambas márgenes se profundice y esto lo perjudique significativamente.
Sin embargo, es probable que el gobierno argentino se vea obligado a abandonar la banda cambiaria. La demanda de dólares para hacer frente a la deuda y la menor oferta de dólares derivada del adelanto de la liquidación de las exportaciones agropecuarias, presionarán al alza al billete verde y pondrán en tensión al actual sistema de bandas. El resultado del domingo le otorga más tiempo al gobierno para tomar una decisión al respecto.





