En la Copa América de aquel año 1983, los finalistas eran uruguayos y brasileños. El sorteo quiso que la primera final se debía disputar en Montevideo, la misma se disputó el 27 de octubre, los celestes derrotaron a sus rivales de turno 2 a 0, los goles fueron convertidos por Enzo Francescoli de tiro libre y Víctor Diogo. La revancha se fijó para el 4 de Noviembre en el Estadio Fonte Nova (Fuente Nueva) de la Ciudad de Salvador (Bahía). Con el empate los dirigidos por Omar Borras serían los campeones, pero los locales abrieron el marcador en los pies de Jorginho tras un tiro libre de Eder que rebotó en el arquero oriental Rodolfo Rodríguez. A falta de pocos minutos para el final, Venancio Ramos, toma la pelota, deja por el camino a Junior y levanta un centro perfecto para el “Patito”, Carlos Aguilera, que cabeceó anticipándose en el salto a los defensas Marcio y Mozer, ubicando la pelota en el ángulo superior derecho del arco defendido por Leao. Una vez más los uruguayos hacían silenciar un estadio brasilero (y todo el pueblo atrás). Y en aquella selección, Wilmar Cabrera, al que denominaban el “Toro” de Los Cerrillos. Uruguay alineó a Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo, Víctor Diogo, Nelson Agresta, Washington González, Carlos Aguilera (Miguel Bossio), Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Enzo Francescoli, Luis Acosta (Venancio Ramos).
