Mientras el problema de la seguridad se politiza y se centra en la cantidad de denuncias, de detenidos, en el tipo de delitos, si alguno bajó y otros subieron o se mantuvieron. En la cantidad de detenidos etc., etc, entendemos que seguimos cometiendo el mismo error que han cometido otros países antes.
El endurecimiento de las penas no ha dado los frutos que se buscaban. Tampoco ha sido todo lo eficaz que se procuró la lucha contra la droga, porque pese a que existen penas “más duras” se sigue capturando miles de ladrillos de droga en camiones, autos, aviones y hasta submarinos en nuestros días.
Es que nadie delinque sabiendo que lo van a capturar y todo delincuente piensa que jamás lo van a descubrir. Es que mientras haya un mercado para las drogas y mientras la sociedad se enfrasque en la captura y la represión de lo que “anda a flor de agua”, mientras que se promueve directa o indirectamente que lo único que sirve este “tener al precio que sea”, no podemos esperar otra cosa.
El mercado está y por tanto mientras no haya otra forma (el mundo no la ha hallado) de ganar dinero tan “fácil y rápido”, el narcotráfico seguirá ganando adeptos y las cárceles serán cada vez más numerosas, más severas y menos útiles, porque “don dinero” todo lo corrompe y siempre habrá gente corruptible a poco se llegue a su precio.
Se necesita hacer hincapié cada vez más en los científicos, en los estudiosos del tema. No se trata de reprimir con mayor o menor dureza. Seguramente se trata de los valores que estamos inculcando en la sociedad y esto surge desde el hogar, pasa por la educación y seguramente se manifiesta en la adolescencia o la juventud, cuando ya pocas posibilidades tiene de revertirse.
En tanto nosotros seguimos apostando todos los tantos al combate de la delincuencia a castigarla con mayor severidad y poca o nada atención prestamos al tema de fondo.
Mientras comuniquemos directa o implícitamente los valores actuales. Mientras haya un gran mercado como el mundo entero en estos momentos, con Europa y los EE.UU. a la cabeza, la delincuencia seguirá teniendo las riendas de un tema que como se ha señalado “siempre va delante de quienes procuran combatirlo”.
Es hora de cambiar la pisada, seguramente es hora de pensar en políticas de Estado. En verdaderas formas de “detener la maquinaria” y no en sacarle provecho.
Al buen entendedor…
A.R.D.
