Buenas noches, podés quedarte como estás, no precisás levantarte, ya estoy con tu expediente aquí, sabés que todo lo que digas puede ser usado en tu contra, ¿verdad? Tenés derecho a permanecer en silencio. Te mandaron aquí para un programa de recuperación y resocialización.
(Baja la mirada)
No bajes la cabeza, frente alta, querete más. Le especialiste dice que tenés
compulsión por el modo imperativo del verbo Agarrar, que únicamente reconocés La Pala y tu tolerancia a otros tipos de herramientas es cero, detestás destornilladores, serruchos, martillos, pinzas, etc., etc., etc.
Y hay una observación al final que dice: nunca agarró, pero le parece que todos tienen que agarrar. Por eso te voy a hacer unas preguntitas y espero que me respondas:
¿Hay un tema con Agarrá o hay un tema con La Pala? ¿Qué tiene una Pala que no tiene, a ver… (piensa, busca la palabra), una llave inglesa, por ejemplo? ¿Por qué no decir Sujetá la Llave Inglesa o Esgrimí el Martillo? ¿A qué se debe esa obsesión con Agarrá La Pala?
(Silencio)
Bueno, si vos no colaborás, yo tampoco puedo hacer nada por vos, ayudame a que te ayude. Mirá que yo no te juzgo, a mí me pagan para entenderte, para buscar algo dentro de vos que te pueda rehabilitar.
No sientas vergüenza de lo que sentís por decir Agarrá La Pala, no sientas vergüenza por querer estar todo el día con el Agarrá La Pala en la boca.
Eso que no sabés definir, eso que es casi un fetiche, que tenés miedo de confesar, que te asusta porque te da placer y no lo controlás, sino que te controla; eso también es parte de vos.
No es una vergüenza que te guste decir Agarrá La Pala por encima de todas las otras herramientas, es únicamente no imponerle tu criterio a los demás; sobre gustos no hay nada escrito.
Por eso es importante que respondas:
¿Qué parte de Agarrá La Pala te gusta más? ¿Cómo te gustaría Agarrar La Pala?
¿Preferís Agarrá o preferís La Pala o Agarrá La Pala es indivisible? ¿Vos en La Pala Agarrada o Agarrada la Pala en vos? ¿Se podría decir que existe un vínculo La Pala y vos agarrades? ¿Vos sos La Pala y La Pala sos vos y la garra se Agarra o La Pala que Agarra es Agarrá La Pala y vos sos vos? ¿Vos hablás con La Pala que Agarrás? ¿Papá Agarró y te pegó con La Pala?
(Silencio)
Bueno, veo que optás por permanecer en silencio, entonces continuaré intentando.
Tenés que confiar en mí, quiero ayudarte…, a ver dejame plantearlo de esta forma: estamos un poco preocupades, porque una pala vaya y pase, dos palas, 10 palas, 50 palas como máximo, pero todo el mundo con palas es una imagen muy perturbadora.
Por eso preciso que me respondas:
¿Qué tipo de excavación están planeando? ¿Cuál sería el motivo? ¿Qué se están imaginando? ¿Es una fosa común? ¿Están buscando algún tesoro escondido?
¿Para qué tantos pozos? ¿Quién le escarba el pozo a quién? ¿Vos le hacés el pozo a la pala o la pala te escarba el pozo a vos? ¿No te parece peligroso hacer un pozo y provocar que el mundo se caiga para el otro lado?
(Silencio)
Bueno, no querés hablar, calma…, la última pregunta entonces, cambiando de tema como los locos, ¿vos considerás los libros herramientas?
(Duda demostrando perplejidad)
Ah… con esa te maté, no sabés responder, viste que siempre aparece algo que no nos imaginábamos.
Yo creo que un libro no es una herramienta, entonces no le tenés que tener rabia.
Podemos empezar por ahí el tratamiento, imaginate haciendo un pozo, pero en vez de una pala tenés un libro.
Seguí escarbando, no te distraigas, concentrate en la extracción de la tierra, seguí ahuecando, hundiendo, enterrando, percibí de qué manera la capa dura del libro entra en la tierra, la invade, la penetra, profundiza en su terruño, la separa. Sentí cómo las hojas se pliegan, se embarran, se manchan, tapan las líneas y las letras, cambian los sentidos, crean otras historias, se rasgan. ¿Te imaginás ese pozo divino que estás escarbando con un libro?
(Asiente con la cabeza sonriente)
Eso, qué lindo pozo, te está quedando precioso, re oscuro, re hondo, re profundo y lo escarbaste vos, ¡qué orgullo! Es un bruto pozo, enorme. ¿Y con qué lo escarbaste? ¿Te das cuenta de lo que pasó?
(Abre los ojos comprendiéndolo todo)
Eso mismo, lo que tenés entre tus manos no es una pala, es un libro, ¡te felicito: largaste la pala! ¡Agarraste un libro!
(Llora emocionado, se abrazan)
Calma, respirá, no te asustes, disfrutalo, ¡esta victoria es tuya! No precisás leerlo todavía, vayamos despacio con la terapia, el solo hecho de que hayas largado la pala en tu imaginación y agarrado un libro es todo un avance.
Cuidate con la alimentación, poca carne, más verduras, caminá, evitá el sedentarismo. Si alguien te pregunta si la tierra es redonda o plana, respondele que es esferoide y observate a ver cómo responde tu organismo. Tratá de hacerlo por lo menos dos veces al día durante una semana.
Acordate, tenés que ser fuerte, es una batalla que se da día a día, lo importante es resistir hoy. El jueves que viene volvés y me contás cómo te sentiste. Espero que me hagas una guiñada cómplice y me digas:
¡hoy hace 7 días que no digo ALP!
Por Germán Milich Escanellas
