La Catedral Basílica San Juan Bautista de Salto recibirá el órgano más grande del país, donado por la Parroquia de Lenzburg, Suiza. Con más de 2500 tubos y un peso de nueve toneladas, el instrumento estará disponible para funciones religiosas y culturales. Este hito fue posible gracias al esfuerzo conjunto de la comunidad local y autoridades. Su instalación marcará un nuevo capítulo en la promoción de la cultura musical en Salto.
La Catedral Basílica San Juan Bautista de Salto está a punto de recibir el órgano más grande de Uruguay, una donación de la Parroquia de Lenzburg, en Suiza. El órgano, con más de 2500 tubos y un peso de casi nueve toneladas, está programado para llegar a la ciudad el 5 de septiembre. Este instrumento, que tiene 37 registros, será clave para las funciones litúrgicas y culturales en el norte del país.
El proyecto para dotar a la Catedral de Salto con un órgano comenzó en 1997, cuando Mario D’Amico, uno de los principales impulsores, buscaba una solución para el espacio que la iglesia tenía reservado para este tipo de instrumento. Aunque el alto costo de un órgano nuevo impidió la concreción del plan en aquel momento, la oportunidad surgió nuevamente años después en Suiza, donde D’Amico se enteró de la existencia del órgano que sería donado.
Según el exdiplomático Pelayo Díaz, este instrumento es una “joya cultural” que tendrá un gran impacto en la comunidad. “Los fieles de Lenzburg han sido de una extrema generosidad”, señaló, al referirse al trabajo de desmontaje del órgano, el cual costó aproximadamente 30.000 francos suizos y fue realizado por la propia iglesia suiza. Para su instalación en Salto, seis personas trabajarán en el remontaje, con D’Amico realizando la afinación del órgano de forma honoraria.
El órgano, que además de cumplir una función religiosa estará disponible para la comunidad, también se utilizará como herramienta de formación musical. La Comisión del Órgano de la Basílica ha organizado la llegada de un profesor mensual para capacitar a nuevos organistas en Salto, una iniciativa que se espera replicar en la Escuela Universitaria de Música, filial Salto.
La colaboración de la sociedad ha sido clave en el éxito del proyecto. Los arquitectos locales Adriana Durán y Christian Kutscher han trabajado en las adaptaciones necesarias en la catedral para soportar el peso del órgano. Asimismo, la comunidad ha sido invitada a colaborar financieramente comprando “tubos simbólicos” del instrumento, una práctica común en Europa que permite recaudar fondos para proyectos de este tipo.
La llegada de este órgano representa un avance significativo para el desarrollo cultural de la región. Según Díaz, el Festival Internacional del Órgano del Uruguay, organizado por Cristina García Banegas, podría expandirse a Salto y Paysandú, integrando a estas ciudades en el circuito nacional de eventos musicales.
Fuente: La Mañana
