La muerte de cuatro reclusos en uno de los módulos del COMCAR generó de inmediato reacciones políticas. El ministro del Interior, Dr. Carlos Negro, y la senadora Bettiana Díaz, desde la puerta del COMCAR y junto a familiares de los fallecidos, responsabilizaron al gobierno anterior y, en especial, a la Ley de Urgente Consideración por el hacinamiento en las cárceles. “Es la herencia que nos dejaron” fue la frase elegida.
El senador Luis A. Heber, exministro del Interior, ante consulta realizada por este periodista, se refirió al tema en cuestión: luego del incidente que terminó con la muerte de cuatro reclusos en el COMCAR, se responsabilizó al gobierno anterior.
¿Esta es la herencia que dejaron? ¿Cómo se explica eso?
“No se entiende. Están, de alguna manera, generando la posibilidad de tener hechos políticos que desvíen la atención sobre la esencia. La esencia es que no hubo previsión, no hubo inteligencia. Las autoridades del COMCAR no advirtieron esta posibilidad de enfrentamiento de bandas dentro de la cárcel.
Hay una responsabilidad notoria de quienes están al frente del Instituto Nacional de Rehabilitación, que, justamente, lo que tienen que hacer es averiguar, informarse, tratar de evitar, prevenir estas situaciones. Entonces, sale la senadora a tratar de generar hechos políticos, en donde busca desviar la atención a otros temas. Traen el tema del estado de las cárceles, que sí, es muy malo porque durante 15 años el gobierno del Frente Amplio no hizo nada. Nosotros sí tuvimos una muy pesada herencia.
Recordarán que Jorge Larrañaga filmó las cárceles, cómo se las entregaban. Yo pasé ese video en el Parlamento, tanto en la Comisión como en el Plenario, y es un espanto. Mucho peor de lo que hoy están los módulos 10 y 11, que son una aberración desde el punto de vista lógico de infraestructura de una cárcel. Se trajo una copia, en el gobierno del Frente Amplio, de Colombia, cuando ninguna cárcel en el resto del mundo se hace con pisos hacia arriba, porque dificulta. Son celdarios realmente espantosos.
Esa construcción nos costó mucha plata y nos parece totalmente inadecuada para la reclusión de personas. Hoy están construyéndose más de 1.500 plazas en el predio del penal de Libertad. La senadora Bettiana Díaz se equivoca y dice: ‘Vamos a concentrar 1.500’. No. Son tres cárceles distintas e independientes. ¿Por qué? Porque, teóricamente, en el mundo se entiende que los predios de reclusión no pueden pasar de 500. Estos tienen 480 cada uno, con autoridades diferentes, con personal diferente.
Por lo tanto, está equivocada o está mal informada la senadora, que lo que busca —vuelvo a decir— es generar una discusión sobre qué es lo que tenemos que hacer con las cárceles. Lo tenemos claro, porque estamos construyendo nuevas cárceles: 800 plazas nuevas en Punta Rieles para una cárcel de mujeres.
La cárcel de mujeres es un desastre. No fue una adaptación de un hospital para hacerlo cárcel. Eso no es correcto, no es lo indicado. Estamos haciendo una cárcel de última generación que, justamente, busca la rehabilitación.
Si no resolvemos la infraestructura primero, no podemos darle condiciones a la gente para que se pueda rehabilitar. Eso lo teníamos claro en el ministerio y venimos haciendo esa construcción. No se construye de un día para el otro.
Lamentablemente, estamos gastando más de 60 millones de dólares en esas cárceles, un plan a largo plazo para pagarlas, porque no teníamos el dinero contado del presupuesto para solventarlas. Por lo tanto, las financiamos a largo plazo, de modo tal que la construcción empezase cuanto antes y, a fines de este año, el año 25, o principios del año 26, se pueda estar inaugurando y, por lo tanto, sacando del hacinamiento a 2.500 presos.
De las 16.000 personas privadas de libertad que se encuentran en esa situación, hay 2.500 que están en una situación de hacinamiento y eso lo teníamos, incluso agravado, desde el momento que empezamos. Por eso empezamos rápidamente a construir más y nuevas cárceles, tratando de destruir estos módulos. Pero si no generamos nuevas plazas, no tenemos una solución. Quiere decir que vamos a aumentar el hacinamiento si destruimos las cárceles que hoy se construyeron en mala forma.”
La pregunta es, ¿por qué la LUC es responsable?
“Eso es un disparate que dijo el Ministro. Yo lo he convidado a que diga en qué artículo se genera la posibilidad de culpar a una ley que fue ratificada por la gente. En la ley se establecen mayores penas para delitos graves. O sea, ¿para quien viola, para quien rapiña, para quien asesina? ¿Qué quieren? ¿Soltarlos? ¿Sacar el tema de la protección del accionar de la policía?
En donde nosotros establecimos la acción del policía como legítima defensa a la hora de tener que actuar en la calle para poder defender a otro ciudadano. ¿Quieren derogar eso? ¿Qué es lo que quieren derogar? ¿Cuál es el artículo de la LUC?
Tiene muchísimos artículos que, señala el Ministro, de alguna manera pueden ser culpables de la desprisionalización. Yo no creo. Realmente, es un disparate para mí. El Ministro no asume su responsabilidad y culpar a una ley es hasta infantil. Decir que una ley es la culpable de la situación en que dos bandas se enfrentaron, se incendiaron y se prendieron fuego… ¿Qué tiene que ver?
¿El hacinamiento lo provocó la LUC? No. El hacinamiento lo provoca la no acción de generar nuevas cárceles. Entonces ahí viene la tesis: lo que pasa es que Uruguay tiene la mayor proporción de presos en función de la población. ¿Cuál es la solución? ¿Liberarlos? ¿Cuál es el camino?
¿Tenemos un problema en la sociedad? Sí, lo tenemos. ¿Y cuál es la solución que propone el Ministro? La desprisionalización. O sea, alguien que rapiña a mano armada con riesgo de vida, que no vaya a la cárcel, que no sea privado de libertad, que tenga tobilleras.
Yo he presentado proyectos que a mí me parecen creíbles, ahora en esta legislatura. Espero que se voten. Donde la gente que es parte de una organización criminal, como narcotraficante, a veces tiene penas menores que la rapiña.”
El Ministro afirma que la cárcel no es siempre la solución. ¿Se justifican medidas alternativas?
“¿Alguien cree que un narcotraficante con un curso de carpintería se rehabilita? Me parece que lo que tenemos que hacer es combatir, y por lo tanto penalizar, a quienes son parte de la organización que genera el crimen. Porque siempre van al caso del pobre muchacho que es adicto y que roba para pagar su adicción, ¿no? Sí, pero roba a otro trabajador. Y roba a otro que no se droga, que se levanta a las seis de la mañana, que la pelea todos los días, que apenas puede bancar la olla y viene otro y le saca todo lo que laburó durante el día. ¿Dónde está la justicia ahí?
Ah, bueno, pero como es adicto, entonces está exculpado. No. Cometió un delito. Le robó a otra persona, a un trabajador, que no está jorobando a nadie, que está peleando el mango. Porque se roba al pobre. Sobre todo a la gente trabajadora que está indefensa, que no puede pagar la posibilidad de tener seguridad. Está en un carrito, la está peleando, está vendiendo hamburguesas, está vendiendo chivitos, y la está peleando todos los días. Y ahí se viene uno con un arma y le saca todo lo que hizo en el día, no lleva nada a su casa y queda, después, con las deudas.
No, no. Nosotros tenemos que proteger el trabajo. Si nosotros no entendemos que tenemos que proteger a la gente honesta y trabajadora, realmente invertimos los roles en la sociedad: el delincuente es una víctima de la sociedad y no es el responsable de haber salido fuera de la ley. ¿Para qué están las leyes?”
Se habla de falta de oportunidades, y que si la situación obliga al delito, que se respeten los códigos. ¿Hacia dónde vamos?
“¿Qué quiere decir robar con códigos? El juez tiene que procesar, está en la ley. Nosotros hacemos las leyes. El Ministro quiere cambiar. ¿Cuál es el artículo que quiere cambiar? Quiere sacarle a la policía la posibilidad de que pueda seguir, vigilar y encontrar a la gente requerida. La imposibilidad de poder detener a una persona para pedir documentos hacía que un requerido pasara al lado de la policía sin que supiera. Por medio de la cédula hemos agarrado a una cantidad de gente que estaba requerida por la Justicia.
¿Esto llevó a que haya crecido la población carcelaria? Sí, claro. ¿Y quién lo requería? La Justicia. ¿Quién? El juez. ¿Por qué? Para condenarlo por un delito. No quieren que la policía actúe. Entonces, esto es altamente desmoralizante para la policía que hace su trabajo y después ve que el preso sale antes que él. Está demorado muchas veces más en el juzgado y en la policía para dar los informes de cómo actuó. Si actuó ajustado a la ley, ahí sí cae la ley con dureza sobre tal policía. Ahí es durísima. No es durísima cuando el delincuente dice: ‘No, soy adicto’ o ‘lo hice para comer’.
Son hábiles declarantes. Son personas que, de alguna manera, están vinculadas al delito por generaciones, lamentablemente. Y esto no se resuelve con el buenismo, con la teoría de que, bueno, pobrecito, es una víctima de la sociedad capitalista. Muy bien, ¿y cuál es la sociedad que plantean diferente? ¿El comunismo, donde matan a la gente? En China le pegan un tiro detrás de la oreja.
Primero tienen que tener la mayoría del Parlamento, que es difícil. Incluso ahora, para conseguir los votos para la Caja Profesional y para la Rendición de Cuentas. Me parece que no deben plantear una cosa así, que darán un discurso, porque en definitiva no creo que tengan los votos como para poder sacar una medida de este tipo. Que es la misma que tomó José Díaz en su momento, que era la humanización del sistema carcelario.
Entonces, liberó a la gente y aumentaron los delitos. Nosotros tenemos que trabajar en la rehabilitación. En la rehabilitación, en los primeros dos años, es factible agarrar a la gente para poder buscar reinsertarlos en la sociedad. Allá, el tercer año, trepa arriba del 60 % la gente que reincide, porque no encuentra trabajo.
Entonces, el trabajo del Estado no es liberarlos, es tratar de que en los primeros dos años —donde la reincidencia es del 26 % en el primer año, trepa al 40 % en el segundo y alcanza el 60 % en el tercer año— se puedan generar condiciones para la reinserción. Pero, ¿por qué alguien liberado en el año 1, en el 2 o en el 3 reincide? Porque no consiguió trabajo.
¿Se pueden mantener convenios con empresas que sigan brindando oportunidades?
“Están trabajando muy bien. Esto antes estaba en el Ministerio del Interior. Nosotros lo pasamos al MIDES, el DINALI. Y el DINALI está actuando con una serie de empresas que están dándole la oportunidad de trabajo. Y hay mucha gente que se recupera, hay mucha gente que estudia en la cárcel, porque no todo el mundo, de alguna manera, tiene una cabeza delincuente.
A veces comete un error y puede tener la segunda oportunidad, y aprovecha la cárcel para estudiar. Yo inauguré un pabellón en Punta Rieles de 62 plazas: eran todos estudios universitarios, de gente que hacía carreras. Bueno, creo que por ahí va el trabajo. Tenemos que trabajar más en los oficios. Y metimos a la ANEP. Tenemos que meter a la UTU. Tenemos que meter enseñanza y educación.
Hay mucho analfabetismo. Entonces, tenemos un analfabetismo raro. ¿Terminó la escuela? Sí. Ah, entonces es analfabeto. No. Con el paso del tiempo, al no practicar, al no dedicarse, al no trabajar, al no escribir, al no leer, vuelve a ser analfabeto. Y eso es un programa que habíamos establecido en las cárceles.
Todo ese trabajo lo tenemos que hacer, pero con una infraestructura adecuada, y no en estos pabellones que yo he dicho. Estos pabellones, el 10 y el 11 del COMCAR, hay que tirarlos abajo y construir algo nuevo. No lo podemos hacer si no tenemos lugar donde posicionarlo.”