El “Master Plan” sanducero es una de las cosas más cuerdas y racionales que hemos escuchado en los últimos años. Quizás por su envergadura no pueda ser ejecutado en su totalidad en el tiempo que resta al actual gobierno sanducero, pero demuestra una voluntad de mover todas las “piedras” que se interponen a él.
Con total honestidad debemos decir que se nos ocurre como más viable que la “famosa” Navegabilidad del Río Uruguay que consideramos, nosotros y todos los técnicos en el tema que conocemos, como algo faraónico, una inversión disparatada e inviable.
Es probable que el gobierno sanducero no haya evaluado hasta el momento todos los pro y los contra que tiene este proyecto, pero entendemos que el aprovechamiento de la costa del río Uruguay, más allá de que sólo un tramo y a medias con otro país nos pertenece, este río es uno de los recursos invalorables que tiene el litoral uruguayo.
Hasta Paysandú, según tenemos entendido la profundidad del río es aceptable para la navegación de barcazas adaptadas. La costa del río más allá de los avatares que ocasiona el funcionamiento de la represa, puede y debe ser dominado, en gran parte para asegurar un buen disfrute a los sanduceros.
Si las obras deben ser planificadas y ejecutadas por arquitectos uruguayos o encomendadas a algún arquitecto destacado del exterior es un tema en el que se pueden tener diferentes opiniones y todas muy válidas.
Nuestra referencia es siempre Salto Grande, si nos hubiéramos limitado a los técnicos nacionales, seguramente estos habrían encontrado otras limitaciones y otras presiones que no están presentes en este caso.
El Río Uruguay no solo frente a Paysandú, sino a Fray Bentos y hasta Colonia es un río paradisíaco, que actualmente es disfrutado sólo por quienes lo conocen, Pero también se extiende frente a Salto y Bella Unión, donde también es inexplotado actualmente.
Quizás no para la navegación, pero si para otros fines, como el recreativo, está desaprovechado, aún cuando allí el río ha formado un embalse con un nivel mucho más estable, que seguramente tiene ventajas y desventajas.
Es hora de aprender, de analizar posibilidades, sin orgullo alguno, como los han hecho los sanduceros y sin mirarlo en el corto plazo que suponen los períodos gubernamentales.
Después de todo, ninguno de los pioneros de la represa de Salto Grande vive hoy, pero nos han dejado una obra colosal.
A.R.D.
