Estimados lectores. Uruguay definirá en plebiscitos si habilita los allanamientos nocturnos y los cambios en la Reforma de la Previsión Social. Se realizarán junto con las elecciones presidenciales de octubre. Las encuestas muestran respaldo mayoritario para ambas modificaciones.
Además de elegir la composición del Parlamento y el Presidente de la República, en las elecciones del 27 octubre los uruguayos también definiremos si la Constitución tendrá cambios. En los comicios se someterán a votación dos plebiscitos: uno que habilita los allanamientos nocturnos y otro que establece cambios en el sistema previsional del país.
Para que las propuestas sean aprobadas, las papeletas deben tener el apoyo del 50% del electorado más un voto. Según la última encuesta de la consultora Cifra, ambas propuestas tienen chances de ser aprobadas (aunque la de los allanamientos nocturnos reúne un apoyo mayor).
El plebiscito sobre seguridad social fue impulsado por el PIT-CNT y propone que se establezca en la Carta Magna la edad mínima de retiro a los 60 años, la equiparación entre el salario mínimo y la jubilación mínima y la eliminación de las administradoras de fondos previsionales (AFAP), que gestionan los fondos de pensión.
La idea de impulsar un plebiscito sobre la seguridad social surge, en parte, como respuesta a la aprobación de la reforma jubilatoria aprobada el año pasado por el oficialismo. La ley estableció varios cambios en el sistema, como el aumento de la edad de retiro de 60 a 65 años y la extensión de los fondos individuales de pensión a todos los nuevos trabajadores que ingresen al sistema.
La encuesta de Cifra concluye que el 48% del electorado está a favor de derogar la reforma jubilatoria y el 29% en contra. El restante 23% no tiene una opinión sobre el tema. La mayoría absoluta de quienes piensan votar al Frente Amplio está a favor de derogar, pero también lo está una mayoría relativa de quienes piensan votar al Partido Nacional y de los indecisos.
Cuando se confirmó que el PIT-CNT había recogido las firmas para convocar al plebiscito, creció la población de quienes lo apoyan: desde un 36% en febrero a un 52% en mayo, aunque en la última medición tuvo un descenso de dos puntos porcentuales.
La propuesta para un plebiscito sobre allanamientos nocturnos tiene un origen diferente, ya que fue aprobada por el Parlamento. El camino de la reforma constitucional propone revisar el artículo 11 de la Carta Magna uruguaya, que está vigente desde 1830. Esta norma establece que: “el hogar es un sagrado inviolable” y que “de noche nadie podrá entrar en él sin consentimiento de su jefe, y de día, solo con orden expresa de juez competente, por escrito y en los casos determinados por la ley”.
Según Cifra, el plebiscito de reforma de la constitución para permitir allanamientos nocturnos tiene más apoyo: el 62% votaría a favor y solo el 27% no lo apoyaría. Solo uno de cada diez personas no tiene una posición al respecto.
Entre los votantes de los partidos de la coalición oficialista hay más apoyo: el 80% está a favor. En el Frente Amplio, en cambio, las opiniones están divididas: el 44% está a favor y el 40% en contra. Entre los indecisos, seis de cada 10 lo apoyan.
Las posiciones sobre los allanamientos nocturnos han variado muy poco desde abril, lo que sugiere que están “muy consolidadas”, concluye Cifra.
Sea como fuere, lo que se percibe en la sociedad, es el respaldo a tal o cual propuesta por un tema de afinidad política-partidaria, más que por comprender el alcance fidedigno que tendrá el resultado positivo o negativo de dichas reformas constitucionales.
La falta de debates, la poca o nula militancia de un lado y del otro, las para nada claras explicaciones bajadas a tierra para la mejor comprensión de la ciudadanía toda, y no tan sólo de la que se encuentra inmersa en la política o le interesa en demasía la temática, hace peligrar un resultado que aparejará grandes consecuencias dependiendo del lado del que se lo vea.
En lo personal consideramos que es lamentable la poca claridad con que se vienen tratando ambos temas de trascendental importancia para la sociedad. No pueden, asuntos así, ser tomados a la ligera y discutidos como si fueran meras opciones decisorias sobre menudencias.
Las señales partidarias son confusas; unos apoyan con fuerza, y otros no tanto. Unos afirman que las reformas son la panacea, y otros dudan o respaldan a regañadientes. Y, así, las certezas se transforman en dudas, y quines deberían alzar la voz, los técnicos, la academia, son relegados a un segundo plano pues, en plena campaña electoral, no son atractivos para la “tribu”, que lo que busca es enfrentamientos y actuación, sin interesarle aquellos que sí aportan, explican, proponen y actúan con responsabilidad.
Ahí, vamos…