Cuando en el caso del partido entre Saladero y Salto Nuevo, jugando por la segunda rueda, el árbitro central detuvo el trámite, porque en un sector de la hinchada de Saladero se exhibían elementos que el Tribunal Arbitral calificó como «provocadores de violencia». El hecho es que Saladero terminó siendo sancionado con una multa económica de 25 Unidades Reajustables.

En la última fecha de la segunda rueda en tanto, se enfrentaron Nacional y El Tanque. Desde tiendas tricolores se denunció la rotura de tejidos del escenario. También en este caso, la nota fue derivada al Tribunal, el que igualmente falló. Frente a ambas situaciones contrarias a sus intereses, las Comisiones Directivas de Saladero y El Tanque revelaron en sendos comunicados, la postura que los ánima.
No existe un cuestionamiento al dictamen del Tribunal Arbitral, sino que la mirada surge «hacia adentro del club» y apunta a quienes incurrieron en actitudes que terminaron perjudicando a ambos clubes. Parece claro que el valor de la autocrítica está planteado, sin caer las dos directivas en el simplismo de traslación de culpas. Quienes rigen los destinos de Saladero y El Tanque, no dejan de suponer que algunos males están integrados a sus propias entrañas.