Porque el arranque surgió a favor del ida y vuelta. Por aquel remate en el palo desde el frentazo de Braian Rodríguez. Porque Valentín Fornaroli pudo ser gol, pero Nicolás Sánchez evitó. Porque en los 25′, el mismo Nicolás sacó dos pelotas de gol en una misma maniobra. Porque otra vez Valentín amenazó con el desnivel y porque a los 40′ apareció limpito Pablo Sotelo para definir con el 1 a 0.
Al fin de cuentas, la generosidad del primer tiempo, con el superior calendario de aptitudes de ese Universitario que se vistió de protagonista y que además lo fue. Estabilidad defensiva, presión alta, para que Gladiador nunca pudiese acomodarse en el trámite y por lo tanto, la ausencia de vínculos ofensivos, sin que algún poder individual se atreviera para el rompimiento defensivo de ese sólido Universitario.
Pero el hecho es uno y fue demoledor: la caída vertical de Universitario en la recta final. Resignó brújula de salida y avistamiento de ataque. Se fue por las ramas de alguna ambición individual con sentido de aventura. Expuesto a la duda, con el DT variando piezas pero sin localizar respuesta. Todo en medio de la lejanía. Y Gladiador se transformó en lo esencial, hasta que a los 11′ Jorge Fleitas impacta su brazo extendido en el pecho de Braian Rodríguez hasta desestabilizarlo.
Fue penal sin más trámite. Fernando López sancionó lo que fue. La derecha de Agustín Panza resultó impecable. Justeza para entrarle a la pelota, con Fleitas eligiendo el palo opuesto para la tentativa. ¿Qué implicó este empate?: el acceso al equilibrio.
Gladiador ya no se expuso gratuitamente. Se arropó más sólido en el fondo. Y hasta se atrevió en algunas situaciones, como a los 3′, cuando Braian Rodríguez volcó al medio y el frentazo de Agustín Alvez Da Silva terminó en un vuelo de acróbata por Jorge Fleitas.
La decadencia de Universitario fue real y el apego de Gladiador a esa consigna de no perder, porque el empate resulta válido como consecuencia, como negocio. Si en el desquite del sábado vuelve a empatar, se queda con un puesto en la semifinal por la ventaja deportiva.
Universitario llegó al segundo gol en la agonía, pero la posición adelantada fue concreta en Santiago Díaz, el último en resolver. La certeza de la sanción.
Al fin de cuentas, la justicia del empate. El negocio de uno, el cuesta abajo del otro. La generosidad en el vuelo ofensivo del primer tiempo, el aplastamiento argumental en el complemento, con el fútbol vacío, sin química, sin adultez a partir de una propuesta a media luz.
Restan 90′. La historia no terminó. Aunque en Gladiador bien saben que no es un empate más. Seguro que lo saben. Seguro.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
(Registro gráfico: sitio oficial de Liga Salteña de Fútbol)

📌 Así pasó
Campo de juego: Parque Ernesto Dickinson.
Partido de ida. Cuartos de Final.
Divisional «A». Campeonato Salteño.
Árbitro central: Fernando López (Bien).
Asistentes: Johan Guelfi – Ricardo González.
UNIVERSITARIO (1)
Jorge Fleitas; Facundo Correa (Gabriel Tabárez), Octavio Pintos, Franco Matías Bentín, Pablo Sotelo; Ricardo Javier Gómez (Santiago Díaz), Gastón Andrés Barrientos, Jonathan Jorge, Franco Ávalos; Valentín Fornaroli, George Dos Santos (Gabriel de Souza).
DT: Alejandro Irigoyen.
GLADIADOR (1)
Nicolás Sánchez; Juan de los Santos, Michael Izaguirre, Gabriel Henderson, Franco Hernández; Franco Pintos (Gastón Elías), Agustín Panza, Matías Batista (Facundo Martínez), Brian Ferreira (Gustavo Silveira); Braian Rodríguez, Agustín Alvez Da Silva.
DT: Rony Guzmán Costa.
GOLES
- 40′ Pablo Sotelo (U).
- Segundo tiempo: 11′ (penal) Agustín Panza (G).
EL MEJOR DE LA CANCHA
Agustín Panza – Nicolás Sánchez
EL MEJOR DE UNIVERSITARIO
Pablo Sotelo
📌 El factor clave

De los cuatro volantes que iniciaron el partido, Agustín Panza fue el único que permaneció en cancha durante los 90′ de juego, en el partido de Gladiador y Universitario. La validez de una producción individual, que repercutió en el funcionamiento del equipo en manos de Rony Costa.
En lo táctico, ni que hablar lo de Agustín, pero sobre todo como transmisor de una cuota de temperamento que resultó básica en Gladiador, sobre todo cuando en el primer tiempo padeció el efecto de la duda sistemática. En la recta final, regulador a constancia expresa este Agustín del ida y vuelta, hasta que a los 11′ decidió de penal. La derecha ajustició impecable para el grito del empate.
Sin vacilaciones hay que admitir el partido íntegro desde esta dimensión de Agustín Panza. Inapelablemente: el factor clave. Por eso, fue el mejor.




