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viernes, 9 de mayo de 2025
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De tanto Fleitas para atajar, yde tanto Valentín para jugar….

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Diario EL PUEBLO digital
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Fue en el segundo tiempo. Juan Albín lo «quemó» a Jorge Felitas a tan solo unos metros de la raya del gol. La reacción del arquero fue de novela: ¡lo que no hizo para evitar ese gol cantado!. Monumento a la reacción. 

Pero ya en el primer tiempo el arquero de Ceibal fue reflejando en hechos, la dimensión que no le falta, E incluso en esos 20 minutos finales, cuando Universitario fue tiroteando para dar en el blanco. Ahí, Jorge. Una y otra vez.

Hasta que en los latidos finales, esa pelota surcó el aire para ir aterrizando sobre el segundo palo. Fue el turno de Valentín Fornaroli. A cuenta tan luego de él….el del talento fino y el recurso de siempre. La decisión de ese remate y el empate consumado.

Un poco antes, el contragolpe neto de Ceibal y Balín mal definió. Dispuso de terreno para meterle el mano a mano a David Freitas y se la mandó a las manos. Y en el primer tiempo, cuando Alexander Píriz descubrió la senda libre y generó la diagonal, y como el ángulo se le cerró la pelota se desvió.

A fin de cuentas, rescates donde el fútbol se aventuró, en medio de las complicaciones, por ejemplo a cuenta del Universitario del segundo tiempo. El que activó a Fornaroli por izquierda, con el objetivo de penetración entre ceja y ceja. 

Ceibal se convenció que el negocio era uno: defender desde la solidez. Y fue sólido. Prolongó el 1 a 0 a favor del primer tiempo, cuando Octavio Pintos terminó en el gol en contra y con el trámite empardado y la escasez de relieve táctico. Hasta lentitud de maniobra, para que el fútbol se volviese repetido a la hora misma de la prestación de pelotas. 

Del fútbol con algún retoque estético, pero solo ocasional.

Más ese segundo tiempo del dominante Universitario y del Ceibal expuesto al mecanismo de contención, a tal punto que fue ataque a partir de uno o dos jugadores. No más que eso.

Trinchera para responder y Universitario con la razón del que fue corriendo detrás de la presa, sin una gran convicción, pero con ese Valentín como siempre. Con él, está el fútbol.

No se quebranta la ambición. Vive y juega.

Hasta la justicia estricta del final con reparto de puntos. 

No les cayó en gracia el empate. 

¿Pero tan mal negocio fue?

           -ELEAZAR JOSÉ SILVA-

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