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Danilo dejó su banca y nos dejó pensando tantas cosas…

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Ha sido una noticia muy comentada en los últimos días: que el martes de la semana pasada el Cr. Danilo Astori dejó su banca en el Senado de la República. Venía con problemas de salud, lo que causó en en este período hubiera asistido muy poco al Parlamento, fueron muchos meses de licencia médica. No es poco 82 años de vida y siempre en una intensa actividad muy llena de responsabilidades.

Hoy queremos decir algunas cosas sobre Astori, pero mejor, quisiéramos tomar el tema como pretexto para profundizar en otras cosas, no tanto en el caso personal de este veterano político.

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En cuanto a su trayectoria personal como profesional, hay que destacar su inteligencia, su brillantez, un hombre de una formación extraordinaria que a los 33 años ya era Decano de la Facultad de Ciencias Económicas (ni mal no recordamos, es el decano más joven que tuvo la Universidad de la República en toda su historia), y para eso, entre otros méritos, ya tenía los títulos de Contador y de Economista. No es para cualquiera, ¿verdad? Un hombre que ha sido convocado para disertar sobre Economía en los países más diversos y para orientar proyectos en todo el mundo. Un hombre que allá por el año 1983, aun en plena dictadura y estando separado de su cargo docente en la Universidad, tenía un espacio radial donde explicaba a la población, de fomra sencilla y amena, complejos temas de Economía. En fin, una figura mayor de la intelectualidad uruguaya, no creemos que alguien lo dude.

Después, podemos pasar a su faceta política. Y políticamente también lo respetamos mucho a Danilo Astori.

Hay quienes dicen que fue el mejor Ministro de Economía que tuvo el Uruguay. Yo digo que tuvo aciertos y errores como todos, no estoy en condiciones para decir si tal o cual ministro fue mejor o peor que tal otro. Siempre lo decimos: todos los gobiernos hicieron cosas buenas y malas, todos. Logró Astori cosas muy buenas, pero tampoco nos podemos olvidar que bajo su dirección económica el Uruguay triplicó la deuda externa y eso lo pagamos todos, o que también dio a jubiliados aumentos de 200 pesos, como tanto se critica hoy. Recordamos que hasta las murgas capitalinas más afines al izquierdismo, dos por tres le daban algún “tirón de orejas” al “compañero Danilo”.

Pero decíamos, que más allá de compartir o no algunas de sus ideas, para respetar a Danilo Astori como político, quizás alcance con saber, por ejemplo, que no llegó a ser nunca Presidente de la República por no ser un demagogo más de los tantos que nos rodean en la política, por ser un hombre que siempre tuvo altura en sus apariciones en público, que nunca nos dejó mal parados en el exterior por decir disparates como si estuviera en un boliche, por no hacerse el pobre ni andar desprolijamente vestido con tal de captar un voto, por ser un hombre, me parece, auténtico. ¿Se entiende? Con ideas que por supuesto se podrán compartir o no, pero auténtico.

Sin embargo, ¿contra qué chocó Astori cuando le tocó ser Ministro de Economía?, con una realidad que nunca es igual a la que se ve desde la oposición. Y acá vamos entrando en lo central del tema que nos interesa destacar hoy. Astori era de los que, antes del año 2004, pensaba que con algunos pocos ajustes que se hicieran en la economía del país poco menos que se terminaba de un plumazo la pobreza. Y estuvo quince años, entre Ministro de Economía y Vicepresidente de la República, y la pobreza no se terminó, y si seguía gobernando el Frente Amplio quince o veinte años más, seguro que tampoco se terminaba. No porque Astori no lo quisiera, por supuesto, sino porque no es fácil. Esto es como cuando la coalición multicolor que hoy nos gobierna, decía en 2019 que iba a terminar con la delincuencia fácilmente, y la realidad demuestra otra cosa.

Astori era de los que decía que los uruguayos no éramos libres, porque nadie puede ser libre siendo rehén de tantas deudas que tiene que contraer para poder vivir, decía, y hoy hay más de un millón de personas en el Clering, y esto claramente no empezó el 1° de marzo de 2020.

Pero ahora queremos detenernos en otra cosa, para la que también sirve el caso Astori como pretexto. Al comienzo de esta nota, decíamos que en este período, por temas de salud había ido poco a trabajar al Parlamento… ¿Sabía usted que Astori cobró $ 510.418 (quinientos diez mil cuatrocientos dieciocho pesos uruguayos) por mes, (insistimos: sin ir a trabajar, más allá que su salud lo justificaba) y que si sumamos todos esos meses nos da como resultdo que cobró sin ir a trabajar un total de $ 16.334.656 (dieciséis millones trescientos treinta y cuatro mil seiscientos cincuenta y seis pesos uruguayos)?

¿Es un tema específico o particular de Danilo Astori? No, por supuesto que no. El tema es que las leyes son así. Lo hace él o cualquier otro Senador de la República de cualquier otro partido. Claro, llama la atención que en este caso estamos hablando de alguien que pertenece a un partido que siempre habló de la “necesidad de distribuir mejor las riquezas” y que en quince años, y con mayorías parlamentarias, no haya podido modificar eso. ¿O no quiso hacerlo?

En este espacio de contratapa del lunes pasado, hablábamos de cómo se derrama o se derrocha dinero en tantas cosas y sin embargo para la Salud siempre falta, ¿se acuerda? Pues bien, ahora podemeos agregar esto otro. ¿Precisamos treinta (30) Senadores y noventa y nueve (99) Diputados en este país? Para tener una idea…El sueldo de un Senador es de $ 315.680 (trescientos quince mil seiscientos ochenta pesos uruguayos) más varias partidas para distintas cosas, que se suman, por eso hablábamos de los 500.000 pesos aproximadamente (por ejemplo: la partida para uso de teléfono celular es de $ 4.627).

¿Es una barbaridad? Claro que lo es.

¿Una tomada de pelo al pueblo? Parecería que sí.

¿Un golpe bajo al que se alimenta en ollas populares? Seguramente.

Y han pasado gobiernos de todos los colores: blancos, colorados, frenteamplistas, y nadie se mete con ese tema… “Nadie le pone el cascabel al gato”.

Nadie…Y así estamos.

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