Ha generado una gran cantidad de comentarios entre la gente que transita por el centro de la ciudad, el Pino de Navidad colocado en la base del semáforo de Artigas y Lavalleja, esquina noreste. Son muchos los niños, y no solamente niños, que se detienen a observarlo, y valoran en especial que le ha cambiado la cara al lugar, dotándolo de más alegría.
Pero no todos saben que la idea y el armado fue de los cuidacoches que allí trabajan, principalmente de Miguel Ángel García, aunque también su compañero de tareas, Raúl Moreno, ha colaborado
EL PUEBLO llegó hasta esa céntrica esquina y dialogó con ellos.
«Lo armé el 8 de diciembre, que es el día que se arma. Ya lo había armado otros años, como el año pasado. Yo soy de Montevideo, pero estoy acá hace años, en esta parada hace cuatro años que estoy», cuenta Miguel con mucho entusiasmo, y agrega que «este año más todavía quería armarlo, porque con tanta cosa que estamos pasando hoy en día, con este virus del Covid 19, me pareció importante dar un poco de alegría».
Para el armado, dice Miguel Ángel que la gente de la zona «ayuda mucho, me ayudan con los materiales para armarlo, como los chirimbolos y otras cosas, ayudan porque entienden que es para ellos también, no es algo para mí, es para compartirlo entre todos». En ese sentido, quiso transmitir a través de EL PUEBLO un saludo de fin de año y sobre todo «un agradecimiento muy grande a toda la población que siempre nos ayuda».
Raúl se suma también a la conversación y acota que «el año pasado lamentablemente lo teníamos que desarmar todas las noches, guardar los adornos en una caja, y cada día volver a armarlo, porque nos robaban cosas, robaron el puntero y otras cosas lindas. Esta vez tratamos de que esté todo bien atado».
Ambos coinciden en que es mucha la gente que comenta sobre el árbol, pregunta sobre él y los felicita por la idea.
«Con cosas así la gente se siete muy a gusto –comenta Miguel Ángel-, y lo importante es que no se pierda esta tradición. Navidad yo sé que a veces es difícil, gente que ya no está, familiares que se han perdido, la Navidad lleva también a pensar en todo eso, y es difícil; por eso me pareció que armar el árbol da un poco más de alegría al lugar, y ayuda a qu no se pierda el espíritu navideño».
