La Organización de las Naciones Unidas, cuyo declinante prestigio es de todos conocido, en su 80 Asamblea plenaria de inicio del período de sesiones, nos da la oportunidad de conocer “en vivo” los discursos de los presidentes de los países que la integran.
Presté atención a cuatro de ellos: el de nuestro Presidente Yamandú Orsi, el del Presidente de EE.UU. Donald Trump, el del Primer Ministro Israelí, Benjamín Netanyahu, y el del Presidente de Colombia Gustavo Petro.
El discurso del Presidente Yamandú Orsi, me produjo la ligera sensación de estar escuchando una composición escolar titulada: “qué lindo es el Uruguay”; donde por contraste con lo que pasa en el resto del mundo, no está mal; pero que desde la invención del lamentable “Mecanismo de Montevideo”, (el mundo tiene memoria), para darle tiempo a Maduro a sofocar el abrumador reclamo de elecciones libres de su pueblo; difícilmente puede pretender ser mediador confiable en ningún conflicto.
El discurso de Donald Trump, Presidente de los EE.UU., con tono pausado e ironía demoledora, desnudó la inoperancia de la ONU, haciendo humor con la escalera mecánica que se detuvo a su llegada y el “teleprompter” que no funcionaba, y la absoluta indiferencia a los resultados de su muy especial sistema de persuasión diplomática que puso fin a siete conflictos armados.
Habló también del tremendo potencial de ONU, y agregó: “no están siquiera cerca de cumplir con esa capacidad”, y denunció la contradicción de los países de la OTAN, que están en guerra con Rusia, (apoyando a Ucrania), y financiando a Rusia comprándole gas y petróleo. Impresionante.
El Prime Ministro Israelí Benjamín Netanyahu, fue categórico; aplaudido desde las barras del auditorio, y frente la ausencia de un centenar de delegaciones, relató con lujo de detalles el brutal ataque del 7 de octubre de 2023, exigió a Hamás que devuelva los rehenes, (los que están vivos y los que han fallecido), y enfatizó que Israel no cesará en su propósito de terminar con la amenaza terrorista. Denunció que el reconocimiento del “estado palestino” por parte de algunos gobiernos europeos es un premio al terrorismo, y recordó que la primera vez que habló ante la ONU, como embajador de Israel, ¡hace 40 años!, fue para argumentar contra una moción para expulsar a al estado de Israel, del mismo cuerpo que lo había creado. Demoledor.
Sobre el discurso de Gustavo Petro, Presidente de Colombia, debo reconocer que no pude escucharlo todo. Por momentos parecía un predicador evangélico, por momentos un delirante y en algunos párrafos recordaba al inolvidable Mario Moreno “Cantinflas”, en su magnífica personificación del embajador de la imaginaria República de “Los Cocos”. Petróleo, mafias, misiles, genocidio, libertad o muerte… nada falto en la oratoria de Petro, que siendo este su cuarto discurso ante la ONU, anunció que será el último. Esperemos que cumpla.
¿Vale la pena esta maratón oratoria, frente a asientos vacíos, donde todos hablan, pero ninguno escucha? Dejo la respuesta a cargo del amable lector.