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miércoles, diciembre 31, 2025

CTM Salto Grande fortalece su responsabilidad social con equipamiento clave para cirugías en el Hospital de Salto

Salto Grande refuerza su compromiso social con un convenio con el Hospital de Salto priorizando la salud

Más allá de su rol estratégico como complejo hidroeléctrico binacional, Salto Grande continúa consolidando su perfil como un actor clave en el desarrollo social de la región. Así lo destacó el presidente de la Delegación Uruguaya de la Comisión Técnica Mixta (CTM), Gonzalo Casaravilla, al referirse al reciente convenio firmado con el Hospital de Salto que permitió una significativa donación de equipamiento para las salas de cirugía.

Según los informes técnicos proporcionados por la dirección del Hospital Regional Salto, hasta la concreción de este apoyo el centro asistencial enfrentaba importantes limitaciones operativas de sus cuatro salas de cirugía, solo una contaba con el equipamiento adecuado para intervenciones de alta complejidad.

“Además de ser un complejo hidroeléctrico, está claro y es conocido que Salto Grande tiene una acción de responsabilidad social en la zona”, señaló Casaravilla, subrayando que uno de los ejes centrales definidos por la actual delegación es el de la salud. “Dentro de varios ejes —desarrollo social, cultura, educación y apoyo a la comunidad— el eje de la salud está claramente identificado”, afirmó.

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En ese marco, la CTM concretó un acuerdo con la Comisión de Apoyo del Hospital de Salto para atender una necesidad urgente del centro asistencial que venía siendo planteada desde hacía tiempo. “Había una carencia que el hospital reclamaba a los gritos, que era la iluminación de las salas de operaciones e incluso la disponibilidad de un bisturí eléctrico”, explico.Gracias a este convenio se adquirieron dos modernas lámparas cialíticas y se gestionó la incorporación de un bisturí eléctrico, con una inversión total del orden de los 110 mil dólares. “Son lámparas especiales, de muy buen nivel tecnológico, que permiten operar hoy como es obligatorio hacerlo, en las mejores condiciones de iluminación”, destacó Casaravilla, quien reconoció que el estado previo de los quirófanos era “bastante precario”.

El impacto fue inmediato. “Las lámparas ya están operativas y están funcionando. Estuvimos en el hospital y nos contaban lo fascinados que están no solo los médicos, sino todos los que participan en los procedimientos”, relató. “Es un antes y un después. Es como que llegó la luz, literalmente”, agregó, señalando que el bisturí eléctrico estará disponible en los próximos meses.

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Consultado sobre la proyección de esta línea de trabajo, Casaravilla aclaró que el convenio tuvo un objetivo concreto y urgente. “Había que hacerlo rápido, porque la necesidad era real. Por ahora fue una acción bien específica”, indicó, aunque remarcó que la responsabilidad social seguirá siendo una función relevante de Salto Grande.

Complejidad de la binacionalidad

Al realizar un balance de los primeros siete meses de gestión al frente de la Delegación Uruguaya, Casaravilla destacó la complejidad del funcionamiento del ente binacional y el proceso de aprendizaje que implica la negociación entre dos países con realidades diferentes. En ese contexto, identificó como principal desafío estratégico la renovación integral del equipamiento de la represa.

“Salto Grande es como un auto al que ya le llegó el momento de cambiar la correa de distribución. Ya no se puede correr el riesgo de que algo se rompa”, graficó. Explicó que se trata de una infraestructura que viene funcionando desde hace más de cuatro décadas y que hoy aporta cerca de un tercio de la energía eléctrica que consume el Uruguay. “Como siempre está y funciona bien, muchas veces uno asume que va a estar para siempre, pero eso no es así”, advirtió.

En ese sentido, remarcó que la inversión en renovación es clave para garantizar el suministro energético por varias décadas más. “Para que Salto Grande siga estando, ahora hay que invertir. Y no hay hoy en el país una inversión con mayor retorno económico, social y energético que asegurar su funcionamiento por 30 o 40 años más”, sostuvo.

Finalmente, Casaravilla subrayó el compromiso con la transparencia, la gestión responsable de los recursos públicos y la recuperación de la confianza institucional. “Tenemos un plan escrito, presentado y publicado. Nuestro desafío es cumplirlo, y que dentro de algunos años alguien pueda decir si cumplimos o no”, afirmó, reafirmando que la responsabilidad social —con la salud como eje prioritario— seguirá siendo una de las principales formas de devolución de Salto Grande hacia la comunidad y el territorio que la rodea.

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