Hay ciertas imágenes que perduran en el tiempo y que siguen doliendo, porque se trata de personas que en algunos casos se encuentran en situación de calle, pero otras, aun teniendo un techo donde pasar la noche, se las ve a toda hora del día recorriendo los distintos contenedores de residuos en busca de algo para comer o para trocar por algo de dinero.
Esa triste postal de nuestra sociedad, la habíamos visto sobre todo en fechas no muy lejanas a la crisis de 2002. Luego, con la creación del Ministerio de Desarrollo Social en 2005 con su recordado plan de emergencia y siguientes, mucha de la gente que veíamos en la calle pareció pasar a otro plano. Es más, personas y familias que habíamos visto en Salto en esa situación había mejorado su condición social ante la auxiliatoria estatal. La economía del país fue mejorando, agarró viento de cola, se dijo, y desde al menos 2004 hasta el 2014 y pico hubo una bonanza en la economía, que Uruguay creció por encima de la media de la región, debido a que los precios internacionales pagaban nuestros productos o commodities en cifras históricas. Pero pasada esa década, comenzó lentamente a desacelerarse nuestra economía, y ya en 2018 se empezó a ver una caída en el empleo en todo el país, y de a poco aquellas imágenes que habíamos dejado de ver, retornaron antes de la pandemia, junto al dolor que ocasionan.
Parafraseando a un viejo caudillo, si un país que produce alimentos como el nuestro, no puede alimentar a su pueblo, es criminal. Pues lo sigue siendo.