Daniel Ferra, histórico del Superturismo uruguayo, repasa su carrera tras 267 competencias y tres títulos. Afirma que correr junto a su hijo Facundo, líder del torneo, es el mayor regalo del automovilismo.
El automovilismo me dio campeonatos y alegrías, pero esto de compartir pista con mi hijo no tiene precio
Daniel Serra
Daniel Ferra repasa su trayectoria y celebra el presente junto a su hijo en el Superturismo
Luego de más de dos décadas, 267 carreras, tres campeonatos y un récord de 33 victorias, Daniel Ferra sigue siendo uno de los grandes nombres del automovilismo uruguayo. Pero más allá de los títulos y las estadísticas, el piloto reconoce que lo más valioso que le ha dado este deporte es la posibilidad de compartir pista con su hijo Facundo, actual líder del campeonato de Superturismo.
“Correr con Facu es el regalo más grande que me ha dado el automovilismo”, asegura con emoción. A los 55 años, el histórico del Ford Fiesta –con el que compite desde 2015– admite que el “bichito” de las carreras todavía lo motiva, especialmente al coincidir en la pista con su heredero.

Una vida ligada al Superturismo
Ferra debutó en el año 2000, en una época en que la categoría era muy distinta a la actual: “No había adquisición de datos, ni cámaras, ni ayudas. Había que pagar derecho de piso y aprender a puro esfuerzo”. Esa experiencia, sumada a su conocimiento mecánico, le permitió construir una carrera sólida, en la que no solo fue piloto sino también preparador de su propio auto.
Con el paso de los años, reconoce que la tecnología se volvió clave, un aspecto en el que Facundo lo supera: “Yo disfruto tanto arriba como abajo del auto. Me gusta fabricar piezas y probar. Hoy todo es más rápido gracias a la tecnología, y ahí Facu tiene la ventaja de ser un estudioso”.

Un camino propio para Facundo
El vínculo familiar nunca derivó en presiones. Ferra aclara que su hijo eligió el karting por decisión propia y desde allí fue avanzando paso a paso, hasta lograr campeonatos en Clase 2 y consolidarse en el Superturismo: “Nunca lo apuré. Cada oportunidad que tuvo la aprovechó al máximo, y eso lo distingue”.
Sobre un eventual salto al automovilismo argentino, Daniel es cauto: “Todo se va dando a su tiempo. Lo importante es ir de a pasitos firmes, disfrutando cada etapa. Facu ya dejó su huella en el Superturismo y el futuro dirá dónde continúa”.
El presente compartido

Más allá de los resultados deportivos, Ferra subraya la experiencia de correr en la misma categoría que su hijo: “Es impagable. Al principio me costaba concentrarme en lo mío porque quería saber cómo venía él, pero hoy lo disfruto plenamente. Es una pasión que nos une y no tiene precio”.
Incluso tuvieron la oportunidad de ganar juntos una carrera de pilotos invitados en Mercedes, uno de los momentos más emocionantes para ambos. “Facu anda muy rápido y yo ya estoy más lejos de pelearle un puesto, pero lo lindo es poder compartirlo”, reflexiona.
Con la serenidad que da la trayectoria, Daniel Ferra mira hacia atrás y hacia adelante con gratitud: el automovilismo le dio títulos, alegrías y sinsabores, pero sobre todo, la chance de vivir la pasión de las carreras junto a su hijo. Y para él, eso vale más que cualquier campeonato.