Con la mirada y el corazón de… José Ariel Volpi – Fotógrafo Profesional

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    Siendo José muy jovencito y en épocas de estudiante, la vida lo sorprende. Invitándolo a comenzar su historia laboral en un laboratorio fotográfico.
    Pasa el tiempo y se une en sociedad a un amigo y logran un estudio. Luego logran otro y hoy cuenta con una vasta experiencia en fotografía.
    Su responsabilidad y dedicación lo han llevado a ser uno de los profesionales en el rubro más conocidos y solicitados en el departamento. También en el interior del país.
    Tiene mucho para contarnos y comienza diciéndonos:
    «Mi inclinación por la fotografía nace por casualidad.José Volpi
    Con 18 años estaba culminando el liceo y comencé un curso de Administración de Empresas en UTU.
    Casi al finalizarlo, surge un trabajo en un laboratorio fotográfico, revelando rollos.
    Lo tomé como un pasatiempo y para solventar mis gastos de muchacho».
    ¿Cuándo comenzó a interesarte?
    Le empecé a tomar el gustito, porque lo que veía eran muchas fotos. Tres o cuatro mil por día.
    ¡El furor del rollo!
    Trabajé viendo fotos de gente aficionada y de fotógrafos profesionales.
    ¿También comenzó el aprendizaje allí?
    Siempre fui muy observador. El detalle técnico y demás.
    Pero mientras trabajé en el laboratorio, no me dediqué a la fotografía profesional.
    ¿Cuándo lo haces?
    Un día un fotógrafo me dice que estaba deseando vender una de sus cámaras profesionales y como yo contaba con solamente camaritas, con las que le sacaba más que nada a mi hija, veo la cámara, tenía el dinero y la compré.
    ¡Eso fue un clic!
    ¿Hiciste al revés de un fotógrafo?
    Sí, comencé viendo el trabajo de mucha gente, trabajando en un el laboratorio y luego me gustó ser fotógrafo.
    ¿Cómo fue el estreno con la cámara?
    Le puse un rollo, llegué a casa con la máquina y la invité mi hija a sacarse fotos y me la llevé para el Parque Harriague.
    Le saqué tantas fotos… ¡y a revelar!
    ¡Eso fue una magia!
    A los dos o tres meses, me compré otros lentes, otra cámara, pero no lo hacía profesionalmente. Seguía siendo un hobby.
    ¿Cómo ves la fotografía hoy?
    A pesar de que es mi trabajo, es mi principal hobby.
    Yo salgo siempre con mi cámara a todos los viajes.
    Mi pasión es la fotografía de paisajes, pero obviamente el mercado acá en Salto, para lo artístico no da.
    Laboralmente vivo de los cumpleaños de 15, de los casamientos, de lo social.
    Y estoy en continuo aprendizaje.
    Comprando cursos por internet y en constante crecimiento, ello me origina más experiencia.
    ¿Cómo te inicias en lo profesional?
    En mi adolescencia conocí a Juan Román, él luego se va para Montevideo y lo veo muy esporádicamente.
    Por pura casualidad lo veo en Montevideo y me pregunta que estoy haciendo.
    Le respondo que estoy en un laboratorio fotográfico aquí. Y al preguntarle qué hacía él, me dice: «estoy trabajando en un laboratorio fotográfico en Salto».
    ¡Era increíble que la vida nos volviera a juntar y estábamos en el mismo rubro!
    Y es cuando me propone instalarnos con un laboratorio fotográfico.
    Su jefe estaba jubilándose y él se animaba a proponerle la compra del laboratorio.
    Nos instalamos al año siguiente en 2003 y comenzamos, cuando estaba apareciendo la era digital en Montevideo.
    ¿Cuánto trabajaron juntos?
    Estuvimos siete años juntos.
    La idea no era realizar fotografía social, no salir a trabajar como fotógrafos, sino imprimiendo, trabajar con aficionados y profesionales.
    De todas formas teníamos dentro del servicio fotográfico, la fotografía profesional que la hacíamos cada tantos meses, porque trabajábamos bien revelando.
    Pero al aparecer lo digital, bajó la cantidad de revelado.
    ¿Cuándo deciden independizarse laboralmente?
    Como nos habíamos iniciado con un estudio y en el 2006, abrimos otro, Juan se queda en uno y yo en el otro.
    Sin ningún tipo de problemas, incluso hasta hoy somos excelentes compañeros.
    Yo lo valoro muchísimo a Juan.
    ¿Cuáles son tus actividades actualmente?
    Fotografía social.
    Trabajo con 15 años, casamientos. Siendo mi gran pasión, la fotografía de bodas.
    ¿Dónde estás ubicado con tu estudio y laboratorio?
    En la esquina de Diego Lamas y Soca.
    ¿Cómo te promocionas?
    Las redes sociales son muy importantes.
    Hoy me manejo con entrevistas a la hora que le sea posible al cliente y si tengo oportunidad de viajar o disfrutar de un paseo, me voy con la cámara.
    Me encanta la fotografía callejera pero lamentablemente, soy malísimo para archivar. Aún así, tengo fotos de todos los personajes de Salto.
    ¿Cómo ves a la fotografía de bodas que tanto te gusta?
    Para mi es un foto reportaje. Pero también me gustan las de 15 años y todas las sociales.
    Uno escribe y muestra con fotos lo que acontece.
    Y me gusta contarlo por ese lado. La parte artística, la de Dirección.
    ¿Es debido a tu experiencia?
    Sí, soy una persona que me he preparado mucho en la edición de fotografía.
    Mi trabajo es muy artesanal. Un cincuenta por ciento la producción y cincuenta por ciento la pos producción.
    ¿Cuál es la mayor demanda en lo social?
    Trabajo más con 15 años.
    Hay pocas bodas en Salto, en relación.
    ¿Estás siempre actualizándote e implementando en el rubro?
    Sí, algo que no se está haciendo en el medio y que yo lo hago, es la pre boda.
    Entrego presupuestos, en el que no tienen que abonarla, porque yo ya se lo incluyo en la boda.
    ¿Qué incluye la pre boda?
    Se realiza una salida un mes antes, o quince días, dependiendo del tiempo en que me contraten.
    Salimos con los novios y tomamos un ratito antes del anochecer, fotos no programadas.
    Que se demuestre allí el cariño, la comprensión, la ternura. Con un abrazo fuerte, un beso en la frente, caminar juntos. Diferentes imágenes.
    Vestidos informalmente y simplemente que sean ellos.
    Sacar fotos y conjugar, con el paisaje, con la edición.
    ¿Tuviste llegada a famosos?
    En el año 2014 era mi cumpleaños y mi esposa y mi mamá me regalan un sobre y era el costo de todo lo que era un Word shop con un fotógrafo famoso, que se llama Frank Ruso en Montevideo.
    Lloré de la emoción, porque me parecía mentira lo que me estaba pasando.
    Cuando llegué allí, estaban los grandes.
    ¿Consideras que está bien pago el trabajo de fotógrafo?
    Considero que el trabajo que yo hago, debería estar mucho mejor pago.
    Hay una competencia desleal.
    Acá en Salto piensan que tener una cámara y sacar unas fotos, es ya ser fotógrafo.
    Se entrevera las profesiones.
    No puedes entender que alguien que tenga una discoteca, agarre una cámara y saque fotos.
    Es como si yo fuera con mi cámara a una fiesta y lleve unos parlantes y pase música.
    Yo no me entrometo en el trabajo del otro, entonces lo que se ve, es que hay un libre albedrío, en cuanto a profesiones y una competencia muy deshonesta.
    Entre los colegas que hace años estamos en esto, nos conocemos todos y sabemos cómo trabajamos, pero hay mucha gente que salió hace poco que compite deslealmente.
    Yo tengo un dinero importante invertido en lo que es la profesión y no me parece justo.
    La gran mayoría se compra una camarita de pocos dólares y ofrece un trabajo que por una noche lo hace por dos mil pesos. No olvidemos que esta gente no tiene ningún gasto.
    Le veo gran diferencia a un fotógrafo y a un sacador de foto. La cámara no puede ser solo una herramienta para facturar, tiene que ser una herramienta para registrar momentos.
    Pero todo está, en la conciencia del cliente.
    ¿Qué te deja la trayectoria de 25 años?
    Me satisface enormemente mi trabajo, porque soy una persona muy detallista.
    Es satisfacerme a mí mismo, de ser consciente de que entregué un trabajo lo mejor posible y que el cliente me lo agradeció.
    Fuera de lo económico, me interesa que el cliente esté satisfecho con el trabajo que le dejo.
    Poder vivir de ello y mantener mi familia, ver crecer a mis dos hijos junto a mi esposa y hacer lo que amo.
    Creo que más allá de los estudios que he realizado y de lo profesional que intento ser, lo más importante es estar en el ruedo.
    Eso es lo que marca, aprendiendo de los propios errores.
    ¿Hay proyectos?
    Hay un proyecto de una exposición de retratos, que lo voy a empezar a hacer sin costo económico, a personas comunes que conozco.
    Un trabajo fotográfico de estudio, para que con el tiempo un jefe de empresa solicite su perfil de retrato para tenerlo en su oficina.
    Y la fotografía de niños, derivándoselo a mi hija que tiene un perfil para ello.
    ¿A quién admiras?
    Un ejemplo muy cercano es Juan Román.
    Lo admiro a él, por la responsabilidad, por lo buen emprendedor y administrador que es y sobre todo, por su compañerismo.
    Y a nivel internacional, tengo uno o dos fotógrafos que me gustan, pero no tengo un referente.
    ¿Tu mejor fotografía?
    Creo que es la que voy a hacer mañana.

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