La Licenciada en Psicología, Sofía Escobal, analiza las características de las relaciones tóxicas, el impacto en la autoestima y la importancia de reconocer la manipulación. Ofrece pautas para identificar patrones no saludables y propone buscar apoyo para romper el ciclo y recuperar la libertad y autosuficiencia.
«Cuando una relación es tóxica, es porque una de las personas o ambas desarrollan características que no son sanas para la relación, para la otra persona y para sí mismas. Una persona que es tóxica, al inicio capaz se muestra un poco más complaciente, y es ahí cuando la persona comienza su relación con la otra, pero a medida que pasa el tiempo o enseguida de la relación ya se empiezan a ver rasgos que manifiestan que la relación no está siendo sana, así como el control y celos injustificados. La otra persona comienza a sentirse insegura, baja la autoestima, y esto se da en personas que, por ahí, han vivido ya en una familia que tiene este tipo de conducta, capaz que padres que estaban envueltos en una relación tóxica. Entonces, lo que tiende a hacer la persona es repetir patrones conductuales, por normalizar la situación. Para esa persona esto está bien, lo vivió toda su vida, es lo que aprendió. Los humanos aprendemos de lo que vemos, entonces lo normalizó y cree que eso está bien. Le hace un daño, sí, sabe que por ahí no la está pasando bien, pero lo justifica y, encima, siente culpa porque siente que está haciendo algo malo; el que está haciendo algo mal es él o ella, entonces tiende a cambiar», expresaba Escobal.
Lo que se espera de la persona es que cambie; la víctima espera un cambio que nunca se va a dar.
«La víctima tiende a complacer a la pareja, deja de ser ella misma o él mismo para complacer al otro o a la otra, pierde su identidad, pierde sus vínculos, porque lo que pasa en estas relaciones es que se forma una simbiosis. La persona queda aislada de todo lo demás porque ya se han cansado de decirle, o a ella o a él ya le da vergüenza contarlo otra vez, y por ahí se han dejado muchas veces, pero vuelve a la misma relación porque hay una relación de codependencia emocional. Esto se ve en personas que tienen baja autoestima, que han atravesado una relación anterior; por eso se repiten patrones, y es muy difícil salir de relaciones tóxicas».
Al consultarle a Sofía cómo se sale, esta respondía: «Primero que nada, la persona tiene que identificar que la está pasando mal. En segundo lugar, que no se merece nadie pasar por una situación así; todas las personas debemos ser libres: libres de decidir, libres de elegir a dónde salimos, libres de estar con quien queremos, libres de salir con amigos, de comer una pizza, de mirar una serie, de vestirte como quieras, de maquillarse, de no tener relaciones sexuales cuando no querés, de hacer tu vida».
¿La persona que te manipula no se siente mal? «No, porque estas personas pueden ser narcisistas, pueden ser niños o niñas que se hayan criado en una situación así, entonces lo normalizan; ellos tienen la razón y el otro tiene que modificar su conducta para complacerlos a ellos».
«A veces existen engaños, y el mecanismo es ‘yo hago sentir mal a la otra persona, le hago sentir que ella o él me está engañando para yo no sentir culpa’, aunque a veces ni siquiera sienten culpa, pero sí hacen que la otra persona esté alerta».
«La pareja está siempre en alerta».
«Cuando uno vuelve con estas personas, pueden durar una semana bien, pero después el círculo se repite, comienza lo mismo. Entonces, la persona, como yo siempre les digo, cuando vuelve a esa relación tóxica da diez pasos hacia atrás».
«La otra persona, en ese tiempo que se dejan, vuelve a ser esa persona que ella o él quiere que sea para la reconquista, y después de unos días vuelve al círculo de hacer lo mismo».
«Primero hay que identificar qué está pasando, que se está en una relación que no es sana; segundo, buscar ayuda, ya sea de un profesional (que sería lo ideal), pero también una red de apoyo. Esta persona no puede estar sola; tiene que estar contenida por familiares, amigos, y a veces es eso lo que falla un poco, porque uno como familia o como amigo tiende a enojarse, a preguntarle ‘¿por qué volvés con lo mismo si ya sabés cómo es?’, pero en realidad es una relación de codependencia emocional. A las personas a veces no les gusta, no han aprendido o sienten que son felices a través de esta persona».
«Cuando la persona comienza a descubrirse a sí misma, saber qué quiere, qué le gusta y estar sola, ahí va a poder recién salir de esta relación, porque comienza a sentirse autosuficiente».
«No necesita de un hombre ni de una mujer para estar bien, y ahí es cuando puede salir de una relación, pero esto va a tener que ser con ayuda».
«No está pidiendo sola y, más aún si hay hijos en el medio, se complica muchísimo más, porque va a estar vinculada a esta persona toda la vida, o a veces también los niños quedan de rehén en esto de la separación, porque el manipulador usa a sus niños o para volver con la pareja o para que las cosas le falten, y para que ella o él sienta la necesidad de estar en esta relación nuevamente».
«Muchas veces se vuelve a dar todo el círculo y ahí es cuando el entorno dice ‘listo, me cansé’. Yo sé que es cansador para los familiares y para los amigos, pero hay que acompañar y hay que estar porque es un proceso».
«El trato cero siempre que no se tengan hijos, porque ahí se complica un poco más, ya que la persona va a tratar de manipular la situación para que vuelva».
Sofía hacía hincapié en que «cuando esto se termina, hay que identificar qué me llevó a mí a estar en una relación así, porque si yo no identifico y no trabajo eso, lo más probable es que yo vuelva a buscar un vínculo tóxico».
«A veces se repiten patrones conductuales y las personas normalizan este tipo de situaciones. Te criás en un entorno donde hubo celos, una relación de manipulación, una relación tóxica, y vos te criaste viendo eso, entonces lo naturalizás; para vos eso está bien y te merecés eso».
«Hay que cambiar esa idea, cambiar estas creencias que uno las tiene inculcadas de que se merece eso».
«Nadie se merece eso; tenemos que ser libres, elegir lo que queremos, con quien estamos y con la persona que estés, no porque te complemente, sino porque la elegís».
«Hay que priorizarse como mujer, como hombre, primero que nada; es lo ideal para estar bien para vos y después estar bien para los demás».