Lamentablemente, los niños de Campos de Todos no pudieron viajar a Montevideo como estaba previsto. Se quedaron en la puerta de la escuela, con las mochilas puestas, los gorritos que les había obsequiado el enfermero de esa localidad para ir a alentar a la Celeste y, lo más importante, se quedaron con la ilusión de un viaje que no se pudo concretar. Un sueño que se apagó de golpe, a último momento y por motivos que para un niño no son fáciles de entender. Para los adultos, es cuestión de protocolos y se entiende que eso también se deba cumplir, guste o no. Pero vayamos a la explicación del caso…

Desde hace unos años, existe una muy interesante iniciativa que consiste en que niños de diferentes escuelas del interior más profundo del país, viajen a alentar a la Selección Uruguaya de fútbol en algún partido importante que se dispute en el Estadio Centenario.
Es lo que se había preparado para el partido Uruguay – Bolivia, despedida de Uruguay de las eliminatorias para el próximo mundial, ya que se retomarán recién en setiembre del año venidero. El partido se jugó el jueves pasado y de hecho asistieron escolares de Sauce Chico y Laureles, pero no pudieron hacerlo los de Campo de Todos.
PROBLEMA CON EL ÓMNIBUS
Si se dice que el problema fue el ómnibus, alguien puede pensar en problemas mecánicos, pero no, no fue eso. Sucede que la empresa de ómnibus contratada para dicho viaje, a la que ya se le había abonado el dinero correspondiente, decidió a último momento cambiar de coche y enviar uno más pequeño. Pero en la Inspección de Educación Inicial y Primaria ya figuraban los datos del ómnibus que se había destinado antes, y era ese y no otro el que contaba con la debida autorización de las autoridades. Es decir, cuando desde la escuela se plantea que irá otro ómnibus, aunque se presente toda la documentación del mismo, no se lo autoriza a viajar, ya que no es lo que se había estipulado. Era al otro ómnibus, al más grande, al que se había otorgado la habilitación. Dicho de otra manera, la Inspección optó por «no» en una decisión que tenía que tomar sobre la hora misma del viaje. De todas maneras, personas allegadas a la institución educativa, dijeron a este diario que «entendemos que fue la empresa la que jugó con la ilusión de los niños, no podría haber hecho eso de cambiar el coche a última hora, cuando ya estaba la autorización para que fuera el otro».
LA ESCUELA CUMPLIÓ EN TIEMPO Y FORMA CON LO ESTABLECIDO
Una de esas personas, ante la consulta de EL PUEBLO de cómo se habían dado los hechos manifestó: «Todo el procedimiento que se debe hacer desde la dirección de la escuela en la inspección, solicitud de salida, permisos, presentación de la documentación de ómnibus que efectuaría el viaje y demás, fue realizado en tiempo y forma, de tal manera que todo estaba listo y coordinado con hora de salida desde la escuela. Sobre la hora, la empresa contratada avisa al director que el ómnibus contratado no se encontraba, por lo que les enviaría otro coche…Y eso no se puede, ya que para poder salir con niños, previamente se realiza presentación de habilitación del coche a Primaria. Es parte de un protocolo que nos parece excelente, porque es una gran responsabilidad salir con niños. Pero esto hace que la inspectora no autorice a que se realice el viaje. No se puede a la noche, sobre la salida, cambiar un ómnibus por otro, no fueron los tiempos correctos para poder registrar en Primaria correctamente el ómnibus».
UN VIAJE MARAVILLOSO
Para los niños es maravilloso estar en un estadio que casi todos ellos solo han visto por televisión; pero además, viendo directamente a sus ídolos del fútbol. Sin embargo esos viajes son mucho más que eso. Son también, para la mayoría de esos niños, la oportunidad de viajar por primera vez a la capital. Esto significa, por ejemplo, conocer en vivo y en directo edificios que los dejan sorprendidos, sea por su tamaño, por su arquitectura, por su importancia. Se puede mencionar el Palacio Salvo o el Palacio Legislativo tan solo a modo de ejemplo.
«Ahora, con solo lamentarse no se gana nada -han dicho familiares de estos niños-, lo que estamos haciendo es ver si nos devuelven la plata o si se organiza otro viaje». Cabe aclarar finalmente que las escuelas que sí pudieron viajar (de Laureles y Sauce Chico), lo hicieron con el servicio de otra empresa.
