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Carolina Cunha Raviola: el Arte y la Fonoaudiología “son las dos grandes pasiones que tengo”

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Nacida en Salto el 27 de diciembre de 1972, Carolina Cunha Raviola es una reconocida Artista Plástica y Fonoaudióloga. En ambas actividades, a las que considera verdaderas pasiones, su trabajo es constante. Ahora quisimos saber más sobre ella, así que fuimos tras su palabra, para convertirla en protagonista de nuestro Al Dorso de hoy.

1- Hablanos de vos en los primeros años de vida…

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Mis papás son Ana María y José. Nací y me crié en la casa materna, en calle Asencio, un barrio donde todos los vecinos son como de la familia porque nos conocemos de toda la vida. Fui a la Escuela 5, donde trabajaba mi mamá, primero como maestra, después subdirectora y directora. Momentos inolvidables, éramos los primeros en llegar y los últimos en irnos; eso me encantaba, cuando la escuela quedaba vacía, recorrer las aulas…Recuerdo que en aquella época hubo algo que se llamó Taller de la Libre Expresión, que los maestros se quedaban después de clases y trabajaban de manera honoraria, enseñando distintas disciplinas del arte, era hermoso… Mamá fue alumna de José Cziffery en el Taller Figari y ahí conoció a los grandes alumnos que tuvo Cziffery. Como a él le costaba el idioma, mamá lo ayudaba con las cartas que él tenía que responder, mamá se las escribía a mano, eso es muy lindo. Ella es quien siempre nos inculcó el amor por el arte. Teníamos libros, pero también teníamos su pinacoteca, entonces a veces nos acostábamos todos en la cama grande, con mis hermanos y mamá, para ver la pinacoteca, así que los artistas clásicos los conocimos desde chiquitos, siempre con ese amor por hacer, por crear, muy impulsado siempre por mamá. Fui al Liceo Piloto, con amigos con los que seguimos juntos, son los que me dicen “Carola”, los amigos del alma, los hermanos de la vida.

2- ¿La inclinación por el arte ya estaba instalada entonces?

Sí, ya en el liceo comencé a hacer trabajos en plástica con mis profesores de Dibujo, Presentado, Bety Vázquez…Y recuerdo que hubo en el Cerro un proyecto de pintura de algunos murales, y uno de mis dibujos había sido seleccionado para pintarse en un mural sobre calle Julio Delgado casi Diego Lamas, que después se derribó porque se construyó un instituto de inglés…Pero ahí empecé como a darme cuenta que tenía cierta capacidad y sensibilidad para el quehacer artístico.

3- ¿Por qué decidiste ser Fonoaudióloga?

Mi papá del corazón es Julio Schuler, esposo de Tita Pedetti, vecinos que no tenían hijos y ya no están con nosotros, pero yo pasé muchos momentos de mi infancia con ellos, yo era como su hija y a ellos les debo mucho también de mi andamiaje emocional tan importante para la vida adulta. Julio tuvo un ACV, quedó con una afasia, entonces iba la fonoaudióloga a trabajar con él, dejaba tareas para que él hiciera, ejercicios, y yo los hacía con él y me encantó eso. Entonces dije: esto es lo que quiero hacer, ayudar y rehabilitar. Así que desde 4to. de liceo más o menos ya sabía que iba a estudiar Fonoaudiología. Cuando fui bachiller fui a la Facultad, primero Medicina porque la carrera de Fonoaudiología no abría todos los años sino cada cuatro años. Pero hice primer año y se abrió mi carrera, así que dejé Medicina para entrar en la Escuela Universitaria de Tecnología Médica, de la Facultad de Medicina de la UDELAR y me apasioné con la carrera. En mi formación como fonoaudióloga ha sido muy importante haber realizado dos cursos de postgrado, pero sobre todo una maestría en Neuropsicología Clínica en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. Esto último completó mis necesidades de comprender nuestro funcionamiento cognitivo y me brindó mayores y más efectivas herramientas de trabajo. Por otra parte, algo que es muy necesario para mí y por lo cual me siento muy agradecida es el hecho de tener la posibilidad de recorrer ciudades y pueblos, conocer personas y costumbres, culturas y religiones muy diversas. Me siento una viajera, jamás una turista. Esto nutre mi espíritu y mi arte. Me gusta la historia, por lo que antes de cada viaje leo, me informo, investigo. En los viajes elaboro bitácoras donde atesoro información que temo olvidar, con vivencias e impresiones de los sitios visitados. Estas páginas las voy completando cada noche y así revivo cada jornada…

4- ¿Cómo llevás esa relación entre Pintura y Fonoaudiología?

Mirá, hace unos días Gonzalo, mi compañero de vida, me preguntaba por qué no dejaba un poco de horas de fonoaudiología para dedicarme más al arte. Pero a mí me encanta así como es mi vida (risas)… dedicarle las horas que puedo al arte y otro tanto a la fonoaudiología. Son las dos grandes pasiones que tengo. Las dos son importantes en mi vida, no puedo decir cuál más que la otra, llevo las dos de manera simultánea y me encanta…De repente terminar el informe fonoaudiológico de un paciente y tener que organizar una muestra, una exposición, pensar obras… Es como si en una actividad descansara de la otra y viceversa…

5-¿Cómo se da ese tránsito a una pintura más profesional?

Cuando era estudiante en la Facultad, me presenté a un concurso que se llamaba Mujeres Creativas. Algo nació en mí que me dijo que tenía que presentarme. El único requisito era que el soporte fuera en arpillera, así que me puse a hacer un dibujo, una pintura, que se llamaba “El tamaño del hombre depende de su actitud”. Lo presenté y fui una de las ganadoras. Había seis premios, se presentaron más de 2.000 trabajos. Ahí fue como el primer pasito que di en el arte y fue muy bueno porque tuve la oportunidad de recibir clases con profesores del Atelier de Acrilex de San Pablo, entonces ahí aprendí cuestiones más formales sobre arte y pintura. Lo mío había sido hasta entonces autodidacta. Y fue como que me despertó todo ese amor para trabajar de manera más profesional en el arte, no de manera recreativa como lo venía haciendo hasta entonces. Cuando volví a Salto ya recibida de Fonoaudióloga, comencé a tomar clases con Elsa Trolio, fui muchos años a su taller, y después comencé con el maestro Óscar Larroca, pero también participé de talleres con distintos artistas como Arostegui, Pedro Peralta, Rimer Cardillo que tuve oportunidad de conocer a este gran maestro con quien nos escribimos con frecuencia, él vive en Nueva York y es divino compartir esos conversatorios, él tiene en Montevideo su casa y una Fundación de la que soy parte también…

6- Luego te has vinculado también con grandes artistas y has hecho muchas muestras…Hablemos de eso.

La vida me permitió vínculos con otros artistas muy buenos como Jacqueline Lacasa, que fue la curadora de la muestra sobre Marosa el año pasado. También por supuesto con Óscar Larroca que además de mi maestro es como mi confidente en el arte, a veces compartimos charlas o mensajes privados de cuestiones socio políticas que nos movilizan o que nos interpelan…De las cosas lindas que hice en el arte, atesoro primero el grupo que formó Hugo Llobet con Ricardo Lagos, Andrés Martínez, Ana Luisa Testa y yo, junto con Zully Vallarino y Pavelesky en la parte de arte escénico, que dirigió el gran Luis Vlaeminck. Fue fantástico, esas dos muestras que hicimos, para mí fue increíble, super contemporáneas, bien montadas, la primera fue “Dialogar D´Espacio”, donde presenté la visión platónica y la visión aristotélica del espacio. Hubo charlas muy interesantes, por ejemplo con Edmundo Rodríguez Prati. Al año siguiente hicimos otra que fue “Ucronías”. Después hice muestras que fueron muy importantes en mi carrera profesional, como “Des-Tramas”, que se exhibió en Salto y en Montevideo…“Catálogo de supermercado” fue muy enriquecedora para mí porque abordé la temática de las personas ciegas…

7- Precisamente, me interesaba preguntar sobre aquella muestra porque fue algo muy innovador y conmovedor…

Un día estaba en mi consultorio ordenando la biblioteca y encontré unos catálogos de supermercado que había traído de Buenos Aires cuando fui a hacer un curso para ciegos. Me puse a mirar las páginas ¡y me dio una impotencia no entender nada! porque era un catálogo íntegramente escrito en Braille, entonces uno pasaba esas páginas y era todo blanco…Me interpeló de tal manera que arranqué las páginas, me las llevé para casa e inmediatamente me puse a intervenirlas plásticamente, a jugar con esas cosas que yo puedo ver y no entender y lo que podría entender no lo veo, y esas cosas así. Después me contacté con Catalina Alpuy, una señora ciega de acá de Salto, que me dio una mano tremenda para conocer más la interna de las personas ciegas, el día a día de sus vidas…Me fui a la ciudad de La Rioja, un congreso de ciegos y tuve la oportunidad de tener un día de sensibilización donde me vendaron los ojos y tuve que caminar así y estar un día sintiendo lo que es una persona ciega y fue una experiencia super trascendental. En momentos hasta sentía falta de aire de la desesperación, y los ciegos se mataban de risa porque me llevaba cosas por delante, fue increíble. Esa muestra también fue seleccionada para ser exhibida en Montevideo. Estuvo muy bueno porque invité al presidente de la Asociación de Ciegos del Uruguay, que estaba súper agradecido porque abordar esta temática abría un camino hacia la sensibilización y a que las personas ciegas puedan disfrutar del arte así como los videntes lo hacemos.

8- ¿Sentís que realmente lograste ese disfrute del arte en las personas no videntes?

Sí, porque es algo absolutamente posible. Porque después acá en Salto recibimos a personas ciegas y explicándoles la muestra, contándoles, además que había obras para tocar, para ellos, escritas en Braille, fue una experiencia muy linda. En esa exposición también hay una obra que recibió uno de los premios de la Clínica Echagüe, de Montevideo, y me contó el Dr. Echagüe que uno de los jurados es un crítico de arte que estaba perdiendo la vista y fue de la única obra que no pudo hablar, porque se emocionó muchísimo con esas páginas que yo había intervenido. Esa muestra me dio muchas satisfacciones. Después vinieron otras, como “Natura Naturans”, o “Alma-cenados”, y la muestra que hice el año pasado homenajeando a la gran Marosa, que fue algo que llenó mi alma.

9- Y varias exposiciones más…Algunas incluso con muy buena crítica, ¿verdad?

Cuando exhibí “Des-Tramas” en Montevideo, en la Fundación Unión, recuerdo que Jorge Abbondanza, gran crítico de arte, casi una especie en extinción, aunque ya partió, hizo un artículo muy lindo en Diario El País, fue una sorpresa para mí, nunca imaginé que iba a escribir sobre mi obra, y termina escribiendo algo así como que le llamaba la atención que por mi profesión yo trabajara en el arte, cómo una cosa tan de la comunicación, del habla, me llevara a la vez a un lenguaje tan silente como el dibujo. Pero creo que mis obras no son para nada silentes, todo lo contrario, creo que tienen mucha poesía, uno puede ir encontrando en cada pieza pequeños diálogos conmigo misma o dibujos que pueden dialogar con el espectador, que cuentan un cuento, cuentan algo…

10- ¿Algunos proyectos a futuro, en lo inmediato?

El 30 de agosto es el aniversario del Museo Olarreaga y la Intendencia va a presentar un video que hizo con ocho artistas de Salto: Elsa Trolio, Alfredo López, Carlos Guinovart, Federico Arnaud, Dita Carbone, Pablo Sánchez, Mario Perillo y yo. Lo va a presentar ese día y después vamos a hacer una pequeña exhibición de nuestros trabajos en la Sala Carmelo de Arzadum, pienso que va a estar bueno. Además, actualmente estoy trabajando en una muestra que se va a llamar “Sacro” y que está constituida por la estructura ósea que conforma la columna vertebral y la pelvis, es su restitución y desplazamiento desde lo real para conferirle nuevos conceptos…

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