Con Marcelo Vives
Marcelo, nació un 26 de diciembre.
Motivo por el cual se considera un capricorniano, “bien capricorniano”, nos dice.
Su lugar de residencia mientras transcurría su niñez y adolescencia, tuvo lugar en Termas de Daymán. Y aunque luego formó su hogar en las cercanías de nuestra ciudad, por motivos laborales reside además en Termas del Arapey.
Fue un hermoso diálogo que mantuvo con EL PUEBLO. Y comenzó de esta manera:
¿Desde cuándo tu encanto por la música?
Siempre hay algo que te marca, haciendo un clic que nos dice “esto es lo tuyo”.
Siendo niño vivía en “Casa verde” en Costanera sur y abajo se juntaban muchas hojas secas que una vez por semana se quemaban.
Era un humo fuerte, cerrado y yo siempre observaba que en los shows del mundo, había humo.
Solía tomar una rama y entre él cantaba, sintiéndome el mejor cantante del mundo.
Pero cuando volvía y entraba a mi casa, mi madre me quería matar. Estaba, íntegramente impregnado en olor a humo.
¿Qué cantabas?
Canciones de moda.
Tenía referentes por la familia de mi papá, Fernando, los cuales tocaban instrumentos. Sobre todo de percusión con un grupo de amigos y vecinos en bailes de campaña, sin tener la posibilidad de desarrollarse.
Mi mamá Mabel siempre acompañaba sus pasos y me parece que de ahí viene mi vocación.
Mis padres han trabajado siempre para el ROTARY CLUB y cuando yo tenía 11 años nos trasladamos a Termas de Daymán, para que se hicieran cargo de un restaran en el año ´93.
En esa época estaba el auge de la llegada de argentinos, explotaron las termas, creciendo y allí estuve hasta los 23 años.
¿Cuándo comienzas a desarrollar tu vocación?
Estudiando profesorado de teclado con 14 años, el cual me llevó seis años. Me recibí y allí comencé a tocar órgano electrónico, cantando algo.
Y en el ´99 es donde comienzo a cantar en dúo folklore con Sergio Dutra (hijo) en campaña.
En el 2001, comienzo con Sergio Pérez, excelente músico con temas inéditos, cantando en un grupo que se llamaba “Morada Interior”.
En el 2003, por causalidades de la vida, tomo la decisión de independizarme, cantando como solista en el Parque Acuático Acuamanía y luego comienzo a cantar en Etiqueta Negra, me llaman del Hotel Horacio Quiroga, luego de Los Naranjos y así sucesivamente.
¿Por qué estilo te inclinas?
Cuando comienzo en Etiqueta Negra, por solicitud de los contratantes, la idea era cantar solamente temas melódicos y ¡como me gustan a mí!: Ricardo Montaner, Alejandro Sanz y cumplí con lo pactado. Pero notaba que la gente pedía subir un poquito más el ritmo. Intenté hacer un tema musical así, con la debida autorización y me dijeron que probara.
Canté “Sol negro” de Mogambo y comenzaron a pedir otra, otra y terminé haciendo Los Palmeras y más.
Y a partir de ese día permitieron a todos los demás cantantes que pudieran agregar en su repertorio, éstos temas.
Pasó que se dieron cuenta, que a nuestro estilo no lo podemos modificar. Marcar sí una línea, pero siempre tener una fracción, porque los públicos son diferentes.
Yo me siento, no sé si orgulloso, pero sí influí en que a partir de esa noche se pudieran agregar temas tropicales al finalizar.
¡La gente estaba contentísima!
¿Cuáles son los cambios que notas?
Creo que el público salteño cambió para mejorar en muchos aspectos.
Ya que hasta ese momento se divertía, después de haber estado un buen rato en el boliche y tomado alguna bebidita alcohólica. Hoy noto que el salteño se liberó de muchos prejuicios.
En estos trece años que pasaron, noté la apertura mental que tuvieron como espectadores de un show.
¿Cómo fue incursionar en las dos épocas?
Viví la experiencia del público frío, frío, mirando que también uno se va liberando como cantante y ello te va enseñando el trato con él.
Eso influye mucho.
Pero además en la otra etapa, noté la apertura mental positiva del público.
¿Actúas también fuera de Uruguay?
Sí y también en otros departamento, pero me doy cuenta que me quedo con el público salteño, siempre.
Algunos pueden pensar que lo uso como estrategia, pero no. Es la verdad.
Además no existe en ningún departamento, tantos shows en vivo como acá.
¿Observas competencia?
No, no la siento.
Más o menos trabajamos todos.
¿Qué tiene que tener un buen cantante?
La autenticidad.
El artista tiene que ser él.
Si algo me voy a llevar de ésta vida, es que siempre fui auténtico. No me gusta llevar ningún cartel, que me alaguen mucho, ni jactarme de nada. Porque no me gusta decir que soy malo o bueno: yo te entrego lo que tengo.
Y soy de muy bajo perfil. Estando en un lugar determinado, no me gusta sobresalir, ni tapar a nadie. Al contrario, egoísmo cero y siempre estoy tratando de dar una mano cuando puedo, siendo lo más solidario posible.
En Hotel Casino Salto he tratado de darle oportunidades a muchos de los que hoy están cantando, pero lo he hecho con todo el amor del mundo. No me gusta comentarlo. Mientras lo sepa yo, ya está. Y creo en eso de que cuando uno da, vuelve multiplicado. Porque cuando uno logra la fidelidad en la gente, ya está.
¿Cuál es tu actividad laboral?
Estoy trabajando como Jefe de animación en Altos del Arapey. Hotel catalogado como uno de los mejores del mundo.
No solamente por lo que es su estructura como tal, sino por todo lo que ofrece.
Es el único hotel en Termas de Arapey con pozo propio, Club de Golf de dieciocho hoyos, pista de aterrizaje, trabajando mucho con empresas con capacitaciones y demás.
Al área de animación en la que desarrollo mi tarea le corresponde todo lo relacionado a las actividades recreativas del hotel.
Estoy a cargo conjuntamente con la Sub Jefa: Belén González, de que las veinticinco actividades diarias, (cuando hay congresos más), salgan en tiempo y forma.
Es una gran responsabilidad.
Dentro del paquete que ofrece el hotel y desde donde trabajamos, contamos en la parte recreativa desde aquagym, zumba, ritmos latinos, stretching, (estiramiento), esferodinamia, hasta el trabajo con las pelotas de goma, para fortalecer la columna.
Además de cabalgatas, paseos en jeep por todo el pueblito de Arapey.
También nos corresponden los paseos en lancha y todo lo que es fútbol, fútb-golf, golf, aquabóley, aqua bingo.
También en el snack, realizamos bingos, loterías, Karaokes, shows en vivos, con invitaciones a cantantes de jueves a sábado, conmigo. Y los demás días actúo solo.
¿Cómo notas la receptividad del público del hotel?
La tarea que nos corresponde es bastante compleja. Tenemos que ir muy de a poquito, logrando des estresarlos a los huéspedes, como dándoles una bienvenida.
A medida que van llegando los vamos invitando a participar en los juegos para irnos aflojando, para que puedan interactuar con el debido dinamismo,
Al segundo día ya te los ganaste un poquito más y al tercer día ya podemos divertirnos juntos, haciéndolos sentir cómodos.
Pero al ser un público exigente, nos ayuda mucho a crecer, es muy positivo trabajar con ellos.
Nos da más herramientas, que son conocimientos.
Si nos ganamos el público de un hotel cinco estrellas, quiere decir que nos ganamos todos los públicos.
¡Te brinda un desarrollo el desenvolverte allí, al tener que recurrir a sacar lo que sea de la galera para convencer…! Y si lo logras, es porque estás preparado para actuar en cualquier lugar.
Yo a este trabajo lo he tomado como un desafío personal sin duda alguna.
Ayuda mucho a desenvolverte rápido. Resolver un problema en minutos, ¡ya!
Pero automáticamente, tienes que tener un plan B.
Además, si tienes una actividad afuera y las inclemencias del tiempo no te lo permiten, hay que organizar algo dentro del hotel.
¿Cómo te llevas con el estrés?
Ahora, bastante bien.
El primer mes fue complicado, pero me adapté.
Además cuento con el apoyo de mi pareja, que para mí es fundamental y vivimos en un entorno, donde se encuentra casi toda nuestra familia, muy unida.
¿Un proyecto ambicioso?
Sí, el de ser cantante solista, con temas inéditos.
A partir del año entrante, lo voy a empezar a implementar y con banda.
Sin encasillarme en ningún estilo
¡Porque creo mucho en el mercado nuestro!
Y lo más importante: el desafío que llevo conmigo, de seguir creciendo, aprendiendo y mirando hacia adelante.